Sean sencillos como palomas
El alma quiere comprender lo que encierran los instantes de vida que le concedo, es decir, quiere saber qué pretendo al hacerla pasar de un estado a otro. En este deseo, cae fácilmente en la ansiedad, con la cual pone no poco obstáculo a Mi obra.
Yo dije: Sean sencillos como palomas y esto se refiere a la fe en las verdades que la Iglesia propone para esperar a todos los hombres; pero la sencillez procede de la verdad, por tanto ya está en la verdad quien es sencillo respecto de Mis verdades, grado por grado hasta obtener la máxima sencillez que se realiza en la unidad de la criatura y del Creador. Por eso es largo el camino de la sencillez y se detiene el día de Mi llamada.
Entre ustedes hablan, pero sin sencillez. En efecto, las mentes están llenas de reservas, recónditas, las cuales no serían por sí mismas dañinas, pero se vuelven, por el afecto no mortificado a cosas y personas.
Por esto hablan sin completa sencillez y por esto no pueden penetrar y permanecer en el corazón de sus hermanos, antes bien, siempre que se comportan así obtienen repulsas, encubiertas unas veces y francas otras.
Quiero decirles que en su mente están firmes algunas cosas que les impiden penetrar más en el espíritu de quien las escucha cuando hablan de Mí. Y Me urge mucho quitar estos obstáculos porque veo que han aceptado con ardor Mi propuesta que les hice hace tiempo. Por tanto, escúchenme.
Hablando de Mí empleen todas las palabras que se adapten a lo que su mente ve en el instante en que hablan; no tergiversen sino conténtense con decir simplemente lo que ven. El esfuerzo de hacer accesible su pensamiento al que escucha, lo admito, pero si no obstante el esfuerzo, no logran hacerse entender, callen; porque es mejor para ustedes y para quien los oye. No suspendan su discurso si ven que quien los escucha divaga. Persistan, nada más, pero manténganse sobre ella para cogerla en cuanto sea posible como ya hacen.
Hijo Mío, considera además que otro obstáculo en tu mente es creer que todos aquellos con quienes hablas, tienen tu misma mentalidad; pero no siempre es así. Ten justa estima de los dones que te He hecho y para que los guardes celosamente; estos dones son fruto de Mi amor por tí y serán tu corona y tu gozo.
Otro obstáculo que tu mente guarda, representan las divagaciones a las que estás sujeto a causa de la vida de culpa en que te pusiste cuando hacías compañía al maligno en las veredas del infierno. Optimas ocasiones estas para golpear con sabiduría al tentador que vuelve siempre más violento. Pues la sabiduría consiste, en estos casos particulares, darte a tí y a Satanás el más claro y rápido rechazo. Pero no insisto en esto porque ya te He instruido. Te lo indico para ser completo en la enumeración de los obstáculos de tu mente, que se contraponen a una completa sencillez cual es la que quiero de tí.
Habla, de lo que Yo manifiesto a tu inteligencia sin escuchar observaciones en contra. Por lo demás, Yo te mostraré que la eficacia de tus palabras está asegurada por Mi amor.
Sencillo como paloma, vuela al centro donde encuentras la vida; vuela, paloma, transformada por los cuidados del más tierno de los amantes, vuela y llega acá donde el Trino Amor acoge y abraza a sus pequeños amores. Sé bueno como es el amor; pero sé sabio como la Sabiduría para que uno y otra tengan en tí complacencia en el eterno gozo del Padre. Alaba, paloma Mía, la eternidad de bien que Me Ha dado Nuestro adorado Padre, alaba Conmigo la eternidad del Amor que Me Ha dado el Espíritu Santo, porque sublimando Mi Humanidad, te Ha hecho a tí y a todos los que Me aman, verdaderamente Mi imagen, es decir, los ha divinizado.
Bendice, paloma clara y veloz al eterno amor y bendícelo para siempre, porque para siempre El te Ha bendecido, para siempre te Ha hecho Suyo.
Alza un Himno a Nuestra Madre, a Ella que se levanta delante del demonio para evitarte sus instigaciones; bendícela también porque entre todos Sus hijos, tú privado de Su ayuda, serías verdaderamente uno de los peores. Ama mucho a la Altísima Madre y ámala como Yo te enseño, hora por hora; es decir, considerándola ante todo como Mi Madre. ¿Sabes que sonríe todo el Cielo cuando La alabas sólo porque es Mi Madre?
Vuela, paloma, al lado de María. Y tú, Madre Mía, lleva a esta paloma a los brazos del Eterno, infinito Amor por ella anhelado.
Jesús