lunes, 12 de junio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 12 DE JUNIO DEL 2017


Dichosos los misericordiosos porque obtendrán misericordia
Santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12. X Lunes de Tiempo Ordinario


Por: H. Hiram Samir Galán Jaime, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, nos permitas que sea un desmemoriado; hazme recordar todas las veces que tu amor y tu gracia han borrado mi pecado, para que así, pueda ofrecer un corazón bondadoso y misericordioso a mis hermanos.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo:
"Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Durante nuestra juventud hicimos muchas elecciones y, dentro de ellas, muchas no fueron muy sabias. Fueron más bien tontas e inmaduras. Esto a pesar de que nuestros padres nos orientaban y aconsejaban para que no cometiéramos errores. Pero a pesar de ellos, considerábamos que nosotros teníamos la razón.Esto se debe a que no teníamos una visión completa y madura de las cosas, dada nuestra corta edad.
Lo que llama la atención es que, ahora que somos adultos, seguimos cometiendo errores en incluso más graves. ¿Por qué? Porque ignoramos los consejos de Dios, que lejos de ser prohibiciones como los llaman muchos, son los consejos de un Padre amoroso lleno de misericordia que sabe qué es lo que verdaderamente nos conviene. Cuando Él nos dice sean misericordiosos, es porque sabe que sólo así seremos felices, ¡dichosos! Sólo así podemos esperar que Dios tenga misericordia de nosotros.
Señor, ayúdame a encontrar la verdadera felicidad que se encuentra en el dar y no tanto en el recibir, en el amar y no tanto en el ser amado.
"¡Ese es el camino! Pero para eso hace falta sacrificio, hace falta andar contracorriente. Las Bienaventuranzas que leímos hace un rato son el plan de Jesús para nosotros. El plan... Es un plan contracorriente. Jesús les dice: "Felices los que tienen alma de pobre". No dice: "Felices los ricos, los que acumulan plata". No. Los que tienen el alma de pobre, los que son capaces de acercarse y comprender lo que es un pobre. Jesús no dice: "Felices los que lo pasan bien", sino que dice: "Felices los que tienen capacidad de afligirse por el dolor de los demás". Y así, yo les recomiendo que lean después, en casa, las Bienaventuranzas, que están en el capítulo quinto de San Mateo."
(Discurso de S.S. Francisco, 12 de julio de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré la experiencia de servir a alguien que se encuentre en una necesidad para salir de mí mismo y de mis problemas que sólo me mantienen en un egoísmo nervioso y estresante.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 11 DE JUNIO


Los cinco minutos de María
Junio 11



Hay miles de ermitas pequeñas,
que cobijan tu imagen, Señora;
campanas que el Ángelus rezan,
paisajes que cantan y lloran.

Más sé que prefieres y añoras
la ermita de mi corazón,
temblores de paz en el alma,
y el eco de una oración.

Son muchas las cosas hermosas,
que hizo el poder del Señor;
tú eres la flor más bonita,
la estrella que brilla mejor.
Santa María, Reina del cielo, que vivamos de tal forma que podamos entrar en la gloria.     


* P. Alfonso Milagro

FELIZ SEMANA!!!




domingo, 11 de junio de 2017

ACTO DE CONFIANZA EN EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Acto de Confianza en el Corazón de Jesús

Oh, Corazón de Jesús, Dios y Hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de los pecadores y esperanza de los que en Ti confían; Tú nos dices amablemente: Vengan a Mí; y nos repites las palabras que dijiste al paralítico: Confía, hijo mío, tus pecados te son perdonados, y a la mujer enferma: Confía, hija, tu fe te ha salvado, y a los Apóstoles: Confíen, Yo Soy, no teman.

Animado con estas palabras acudo a Ti con el corazón lleno de confianza, para decirte sinceramente y desde lo más íntimo de mi alma: Corazón de Jesús en Ti confío.

Sí, Corazón de mi amable Jesús, confío y confiaré siempre en tu bondad; y, por el Corazón de tu Madre, te pido que no desfallezca nunca esta confianza en Ti, a pesar de todas las contrariedades y de todas las pruebas que Tú quisieras enviarme, para que habiendo sido mi consuelo en vida, seas mi refugio en la hora de la muerte y mi gloria por toda la eternidad.

Amén.

sábado, 10 de junio de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DEL DOMINGO 11 DE JUNIO 2017, LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Santísima Trinidad – Ciclo A
Domingo 11 de Junio de 2017




Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 34, 4b-6.8-9:

En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.»
Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.»

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 3, 52-56

R/. A ti gloria y alabanza por los siglos

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos. R/.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 11-13:

Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según san Juan 3,16-18:

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Palabra del Señor

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A INTIMIDAD DE DIOS

Si por un imposible la Iglesia dijera un día que Dios no es Trinidad, ¿cambiaría en algo la existencia de muchos creyentes?Probablemente no. Por eso queda uno sorprendido ante esta confesión del P. Varillon: “Pienso que, si Dios no fuera Trinidad, yo sería probablemente ateo […] En cualquier caso, si Dios no es Trinidad, yo no comprendo ya absolutamente nada”.

La inmensa mayoría de los cristianos no sabe que al adorar a Dios como Trinidad estamos confesando que Dios, en su intimidad más profunda, es solo amor, acogida, ternura. Esta es quizá la conversión que más necesitan no pocos cristianos: el paso progresivo de un Dios considerado como Poder a un Dios adorado gozosamente como Amor.

Dios no es un ser “omnipotente y sempiterno” cualquiera. Un ser poderoso puede ser un déspota, un tirano destructor, un dictador arbitrario: una amenaza para nuestra pequeña y débil libertad. ¿Podríamos confiar en un Dios del que solo supiéramos que es omnipotente? Es muy difícil abandonarse a alguien infinitamente poderoso. Parece más fácil desconfiar, ser cautos y salvaguardar nuestra independencia.

Pero Dios es Trinidad, es un misterio de Amor. Y su omnipotencia es la omnipotencia de quien solo es amor, ternura insondable e infinita. Es el amor de Dios el que es omnipotente. Dios no lo puede todo. Dios no puede sino lo que puede el amor infinito. Y siempre que lo olvidamos y nos salimos de la esfera del amor nos fabricamos un Dios falso, una especie de ídolo extraño que no existe.

Cuando no hemos descubierto todavía que Dios es solo Amor, fácilmente nos relacionamos con él desde el interés o el miedo. Un interés que nos mueve a utilizar su omnipotencia para nuestro provecho. O un miedo que nos lleva a buscar toda clase de medios para defendernos de su poder amenazador. Pero esta religión hecha de interés y de miedos está más cerca de la magia que de la verdadera fe cristiana.

Solo cuando uno intuye desde la fe que Dios es solo Amor y descubre fascinado que no puede ser otra cosa sino Amor presente y palpitante en lo más hondo de nuestra vida, comienza a crecer libre en nuestro corazón la confianza en un Dios Trinidad del que lo único que sabemos por Jesús es que no puede sino amarnos.


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn 3,16-18

EL POZO DE AGUA


El pozo de agua


Conocerme a mí mismo es llave de sabiduría, porque desde mi realidad personal puedo crecer y superarme. Epitecto, filósofo griego, escribió: “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tu realidad: límites y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte serenamente.

Un hombre se acercó a un monje y le preguntó: — ¿Qué es lo que aprendes en tu vida de silencio? El monje estaba sacando agua de un pozo y dijo al visitante: — Mira allá abajo, en el fondo del pozo. ¿Qué ves? El hombre miró no vio nada. — No veo nada, dijo. Después de un tiempo en que el monje estuvo absolutamente quieto, el monje dijo de nuevo al visitante: — Mira ahora. ¿Qué ves en el pozo? El hombre obedeció y respondió: — Ahora me veo a mí mismo: el agua es mi espejo. El monje le dijo: — Ves, cuando sumerjo el cubo, el agua se agita; ahora, en cambio, el agua está tranquila. Esta es la experiencia del silencio: el hombre se ve a sí mismo.

Conocer tus fortalezas y debilidades, está en la base del crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza esa labor cotidiana de realizar el proyecto de Dios sobre tu vida. Para eso busca un tiempo de silencio y reflexión.


* Enviado por el P. Natalio

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 11


11.-EL RESPETO HUMANO



A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los corazones más obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. Él ha hablado claro, que si queremos contentar al mundo, no estamos con Él, estaremos en contra de Él.

Tú sabes que ciertas amistades son un continuo peligro para el alma y comprendes que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper esa triste cadena. ¿Cuántas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las críticas de alguna mala lengua?


P. León Dehón

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 11 DE JUNIO


Nardo del 11 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, desgarrado en el Huerto!

Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace 20 siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario. Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se olvidaron del Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos, que te seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del pecado desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios, perdón.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario, meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre nuestras faltas de caridad.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 10 DE JUNIO


Los cinco minutos de María
Junio 10



Pablo VI, al proclamar a María Madre de la Iglesia afirmó: “Así, para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el Pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los Pastores, que la llaman Madre amorosa, y queremos que, de ahora en adelante, sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título”
Estas palabras fueron pronunciadas por el papa en la promulgación de la Constitución dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II. Están cargadas de precisión dogmática y de acentos pastorales. Honremos pues, e invoquemos a María como Madre de la Iglesia.


Santa María, Madre de la Iglesia, intercede por el pueblo de Dios para que sea fiel al Evangelio.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 10 DE JUNIO DEL 2017


Olvidarme
San Marcos 12, 38-44. IX Sábado de Tiempo Ordinario.


Por: H. Iván Yoed González Aréchiga LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, creo en Ti. Pongo todo mi ser a tu disposición, mis afectos, mis pensamientos, mis sentidos, todo mi corazón. Quiero estar aquí contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Señor, no deseo suscitar en mí un sentimiento falso de culpabilidad, pero siento que la actitud del "fariseo" puede aplicárseme también. ¡Tengo un corazón que tan frecuentemente se busca a sí mismo! O, para decirlo más directamente: tantas veces me percato que aún soy egoísta. Pero esto no lo traigo a mi memoria para caer en la desesperación, sino para crear conciencia y dirigir nuevamente mi mirada sólo a Ti.
Sí: quiero apartar la vista de mí mismo, dejar de admirarme demasiado y contemplarte a Ti. Y en tu rostro ver también a mis hermanos y hermanas. ¿Me siento quizá el centro, el protagonista, la figura en torno a la cual de verdad gira todo el mundo? Es que, es cierto que tengo problemas y me parecen más grandes que los de los demás; quizá por eso me cuesta tanto quitar la vista de mí mismo.
Ahora bien, ¿alguna vez he intentado olvidarme un poco de mis deseos para cumplir los de mi prójimo?, ¿sean los de mis amigos, mi cónyuge, mis hijos, mis compañeros de trabajo o apostolado?, ¿por qué no hacer la prueba? En eso consiste, en parte,el testimonio del Evangelio: en negarse a sí mismo. Pero no es un negarse sin sentido, sino en miras a amar.
Ésa es la actitud que quiero formar en mi corazón, ése es el afecto que quiero que crezca en mí, Señor. El olvidarme un poco de mí en este día para pensar un poco en el otro. Y que mis obras se centren en amar.
Tengo tu testimonio, tengo tu gracia y tengo tu compañía.
"Pidamos al Señor que nos admita en la escuela de esta pobre viuda, que Jesús, con el desconcierto de los discípulos, hace subir a la cátedra y presenta como maestra de Evangelio vivo. Por intercesión de María, la mujer pobre que ha dado toda su vida a Dios por nosotros, pidamos el don de un corazón pobre, pero rico de una generosidad alegre y gratuita."
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de noviembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un detalle de caridad para con alguien que no suelo tenerlo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LA VIUDA POBRE, PARA QUIEN TODA ESPERANZA ERA DIOS


La viuda pobre, para quien toda esperanza era Dios
Quien no espera algo, no lucha por ello. 


Por: P. Juan J. Ferrán | Fuente: Catholic.net 




Encontramos este relato en Mc 12, 41-44.

Nos encontramos ante una escena que nos enseña la perspicacia de Cristo y el espíritu de observación que le caracterizan. Acababa de instruir a los suyos sobre el peligro de la vanidad, del apego a las cosas materiales, de la búsqueda de la fama, y toma asiento frente al arca del Tesoro. Desde allí ve cómo algunos ricos echaban mucho en el arca del Tesoro. Pero descubrió también a una pobre viuda que echó sólo dos monedas. Hasta allí todo normal. Unos echan más y otros echan menos. Entonces llama a sus discípulos y les dice algo que impresiona y que solo él podía conocer: Esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba; ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir. No hay más comentarios, ni la escena continua. Lo ha dicho todo. Sobre todo, ha descubierto en aquella mujer una actitud espléndida: el comportamiento de alguien que solo lo espera todo de Dios. Otra vez nos encontramos ante una mujer sin nombre, no sabemos si joven o mayor, de quien sólo sabemos que era viuda.

A veces resulta difícil comprender la realidad de la virtud teologal de la esperanza. La esperanza a nivel humano es una de las once pasiones más fuertes de la persona (amor, esperanza, deseo, gozo, odio, aversión, temor, tristeza, ira, audacia, desesperación) y consiste fundamentalmente en el sentimiento que confía poder poseer el bien ausente. Este sentimiento sostiene al ser humano a pesar de las dificultades. Pero lógicamente lo importante para nosotros es la esperanza teologal que es la que nos mantiene a los cristianos de pie en medio de las dificultades que se oponen a la salvación.

La esencia de la esperanza cristiana es el deseo de Dios como bien supremo nuestro, deseo que se asienta firmemente en la bondad y omnipotencia divinas que nos asegura el alcanzar la salvación eterna, es decir, a Dios mismo. Es el amor de Dios hacia nosotros quien nos asegura esta posibilidad y quien logra que no pongamos nuestro corazón en los bienes de la tierra, sino más bien en los bienes del cielo. Este deseo de Dios es realmente el que estimula el camino del bien. Quien no espera algo, no lucha por ello. Cuando más fuerte es el deseo, más fuerte es la lucha. En nuestra sociedad desgraciadamente para muchas personas Dios no es el Bien primero, ni el Bien supremo. Por eso, vemos a tantas personas mirar tanto hacia las cosas de la tierra, correr animosamente detrás de ellas, desgastarse por lo que perece, y mirar tan poco a las cosas de allá arriba.

Cuando el corazón humano se deja arrebatar por Dios y lo experimenta fuertemente, entonces la esperanza de poder poseer a Dios se convierte en la fuerza que mueve la vida. Basta ver cómo la esperanza de Dios ha hecho santos a niños, jóvenes y adultos, mujeres y hombres, que han sido capaces de dar la vida por él. También es verdad que la falta de ilusión por Dios conduce a muchos otros cristianos a la mediocridad, a la tibieza, al pecado. Son las leyes de la vida. Así es el corazón humano y así responde. No olvidemos, sin embargo, que es Dios quien acreciente en nosotros este deseo e incluso quien inspira los medios para poderlo realizar mediante una vida santa.

Debemos meternos dentro de nosotros mismos para constatar hasta qué punto Dios se ha convertido en el deseo de los deseos, en la aspiración suprema de nuestra vida, en el valor primero, en la ilusión que nos anima cada día. Poca respuesta habrá en la vida a las cosas de Dios, si Dios no es todo para nosotros, como lo era para S. Pablo: Para mí la vida es Cristo. Todo lo considero basura con tal de alcanzar a Cristo, mi Señor. Hay que pedirle a Dios que acreciente en nosotros cada día más este deseo.

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 10



Día 10: La murmuración

Toma la vida de Jesús y léela a fondo: no verás en Él una palabra de murmuración. El Sagrado Corazón es siempre Él mismo: tiene una palabra dulce para los justos y los pecadores, una palabra de ternura para sus traidores, una palabra de perdón para los que le crucifican. Sobre todos extiende el manto benigno de la caridad. Por eso odia tanto la murmuración y establece una regla especial: "No juzguéis y no seréis juzgados", dice.


En la medida con la que juzguéis a los otros, seréis juzgados. ¿Por qué ves la mota en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?

P. León Dehón

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 10 DE JUNIO


Nardo del 10 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, modelo de virtudes sos!

Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos, pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino. Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su Sagrado Corazón la lanza.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

FELIZ FIN DE SEMANA




viernes, 9 de junio de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE JUNIO DEL 2017


Dejarse sorprender por el amor de Dios
San Marcos 12, 35-37. IX Viernes de Tiempo Ordinario


Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te doy gracias por el don de la vida. Gracias por darme cada mañana la oportunidad de entrar en tu presencia y conversar un rato contigo. Quiero creer en Ti con más firmeza, esperar con más seguridad y amarte con más pasión. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi amor. Permíteme conocerte cada día más y mejor e inflama mi corazón de celo por la salvación de las almas y la extensión de tu Reino.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san  Marcos 12, 35-37
Un día, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mí derecha y yo haré de tus enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿cómo puede ser hijo suyo?".
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En este pasaje puedo contemplarte enseñando en el templo. Dice el Evangelio que te escuchaban con agrado. Dame la gracia, Señor, de saber escucharte en mi vida. Y no sólo escucharte, sino escucharte con gusto. Escucharte cuando me hablas en la voz de mi conciencia, en el fondo de mi alma, en el silencio de la oración, en la liturgia de la misa, en el consejo de un amigo. Más sencillo aún, escucharte en la belleza de un paisaje, en el amor de mis familiares, en la sonrisa de un conocido, en el abrazo de un hijo, en la precaución de un padre, en la caricia de una madre, en el esfuerzo de un esposo, en la ternura de una esposa. Por todos estos medios hablas a mi vida, en ellos puedo escucharte y hacerlo con agrado.
En esta enseñanza que haces en el templo puedo descubrir un reclamo a los escribas que estaban tan metidos en sus propios esquemas y formas de vivir que no se dejan sorprender por Ti. No podían salir de sus medidas e ir más allá, ampliar sus horizontes. Es lo que sucede con la profecía de que el Mesías sería hijo de David. Ellos habían interpretado todo literalmente y te juzgaban por no creer que fueras del linaje del rey David.
Ya les habías dado muchísimas pruebas de que eras el Mesías, y ellos seguían encerrados en la letra de una profecía, que aunque se cumplía, no querían aceptar. Y sales Tú, de nuevo, a su ayuda y les explicas mejor para que crean.
En mi vida, puede pasar lo mismo. No creo si no actúas de acuerdo a mis pensamientos, a mis necesidades, a mis planes. Me gusta un Dios a mi medida y temo dejarme sorprender por Ti. Y, sin embargo, las sorpresas son las que hacen interesante mi existencia; y más si las sorpresas vienen de Ti. Dame la gracia de dejarme sorprender por tu acción en mi vida, de dejarte libremente actuar en mí y no encasillarte en mis planes y esquemas.
"Dejarse sorprender por Dios, no le tengas miedo a las sorpresas. Que te mueven el piso, ¿eh? Nos ponen inseguros, pero nos meten en camino. El verdadero amor te lleva a quemar la vida, aun a riesgo de quedarte con las manos vacías.Pensemos en san Francisco. Dejó todo. Murió con las manos vacías, pero con el corazón lleno. ¿De acuerdo? No jóvenes de museo, sino jóvenes sabios. Y para ser sabios, usad los tres lenguajes: pensar bien, sentir bien y hacer bien. Y para ser sabios, dejarse sorprender por el amor de Dios."
(Mensaje de S.S. Francisco, 18 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me esforzaré por tratar con delicadeza y respeto a todas las personas sabiendo que soy instrumento del amor de Dios para ellas.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EL ANILLO


El anillo



- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante  tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo, le dijo:
- Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después...- y haciendo una pausa agregó: - si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

 - … Encantado, maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

- Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó:
- Toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de  una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El  joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con  algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda  de oro y rechazó la  oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se  cruzaba en el mercado, más de cien personas, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro!  Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.
- Maestro -dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda  engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-  Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo

- ¡¡¡58 MONEDAS!!! Exclamó el joven.

- Sí, -replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé...si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una  joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede revaluarte verdaderamente un  experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

Todos somos  como esta joya, valiosos y únicos, y andamos por los mercados de la vida  pretendiendo que gente inexperta nos valore.
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