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lunes, 6 de noviembre de 2017

LAS 7 REGLAS DEL GALLO


LAS 7 REGLAS DEL GALLO




 Muchas veces nos sentimos incapaces de realizar ciertas actividades o desarrollar proyectos por creer que somos poca cosa. Sin embargo, nunca debemos pensar que no servimos, pues para Dios todos servimos (aunque no todos para lo mismo). Si Dios pudo utilizar un simple gallo para recuperar a un apóstol como Pedro, también puede apoyarse en ti para muchas cosas.

Tan sólo debes de seguir las 7 reglas del gallo:

1- El gallo se levanta temprano e inmediatamente emprende su tarea (que Dios le ha confiado).

2- El gallo no se niega a cantar porque existan ruiseñores. Hace lo que puede, lo mejor que sabe.

3- El gallo sigue cantando aunque nadie lo anime ni se lo agradezca. En realidad, no espera que nadie lo haga.

4- El gallo despierta a los que duermen. Su tarea es impopular, pero necesaria.

5- El gallo proclama buenas noticias: Acaba de amanecer. Ante ti tienes por estrenar un nuevo día, lleno de magníficas oportunidades.

6- El gallo es fiel cumplidor de su tarea. Se puede contar con él. No falla nunca. Es un excelente centinela.

7- El gallo nunca se queja de tener que hacer siempre lo mismo, de que nadie le felicite o de que a nadie le importe su cometido.

domingo, 5 de noviembre de 2017

LAS BOTAS VIEJAS


LAS BOTAS VIEJAS  



Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con uno de sus  profesores, a quien los alumnos consideraban un amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.
Mientras caminaban, vieron en el camino un par de botas viejas y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba a punto de terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor:
- Gastémosle una broma; escondamos las botas y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no las encuentre.
- Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. 


Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. 

El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus botas y su abrigo. 

Se puso su abrigo y luego deslizó el pie en la bota, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. A continuación, miró a su alrededor, hacia todos lados, pero no se veía a nadie. 

La guardó en el bolsillo y se puso la otra bota; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. 

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida, tendrían para cenar.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.
- Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras gastado una broma?
El joven respondió:
- Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.

EL TRABAJO ES SALUD


El trabajo es salud




Aprecia la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar el tiempo, de concentrarte en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, con empeño, y así crecerás en esta virtud con traje de faena.

En cierta ocasión vi a Satanás que tenía prisa y estaba buscando a alguien entre las hermanas, pero no la encontraba. Sentí en el alma la inspiración de ordenarle en nombre de Dios que me dijera a quién buscaba entre las hermanas. Y confesó, aunque de mala gana: "Busco las almas perezosas". Cuando volví a ordenarle en nombre de Dios que me dijera a qué almas del convento tenía el acceso más fácil, me confesó otra vez de mala gana que: "A las almas perezosas y ociosas". Que se alegren las almas fatigadas y abrumadas por el trabajo. (En el Diario de Santa Faustina Kowalska).

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona lo necesario para vivir. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de mucha acción.



* Enviado por el P. Natalio

sábado, 4 de noviembre de 2017

LA PACIENCIA


La paciencia



La paciencia es la virtud por la cual se sabe sufrir y tolerar los infortunios y adversidades con fortaleza, sin lamentarse. También significa ser capaz de esperar con serenidad lo que tarda en llegar.

Vivimos en un mundo frenético. La marabunta de la tecnología y el progreso de las comunicaciones nos han traído enormes beneficios y comodidades. Sin embargo, nos han hecho olvidar la paciencia y la serenidad. Hoy todo es urgente. Te mandé un email y no lo viste. Te llamé tres veces y no me contestaste. Te envié un whatsapp y no me respondiste. Te estuve esperando quince minutos y no llegaste. ¿Dónde te has metido? ¿Por qué no me avisaste inmediatamente? ¡Date prisa! ¡Al grano! ¿Qué estás esperando?

Por estas circunstancias, es importante que se aprenda a formar la virtud de la paciencia desde el seno familiar. Las dificultades cotidianas vividas con amor y paciencia nos ayudan a prepararnos para la venida del Reino de Dios. Cuando el niño pequeño llora, cuando el adolescente es rebelde, cuando la hija es respondona, cuando la esposa grita, cuando el marido se enoja, cuando el abuelo chochea, cuando otra vez han dejado entrar al perro en la casa y ha llenado todo de pelos nos llevamos las manos a la cara y exclamamos: ¡Señor, dame paciencia" pero ahora!

Es cierto, la paciencia es un fruto del Espíritu Santo y debemos pedirlo constantemente. Esta virtud es la primera perfección de la caridad, como dice san Pablo: "La caridad es paciente, es servicial; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa, no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra en la injusticia; se alegra en la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta" (1 Co 13,4-7)

La vida familiar aquí en la Tierra es un gimnasio para entrenarnos en esta virtud. Las adversidades diarias nos invitan a sufrir con paciencia la ignorancia, el error, los defectos e imperfecciones de los miembros de la familia. Sufrir con paciencia, se convierte en una hermosa obra de misericordia espiritual. ¡Cuánto más paciente ha sido Cristo con nosotros!

Paciencia es espera y sosiego en las cosas que se desean.
Paciencia es aprender a esperar cuando realmente no quieres. 
Es descubrir algo que te gusta hacer mientras estás esperando, y disfrutar tanto de lo que estás haciendo que te olvidas que estás haciendo tiempo.

Paciencia es dedicar tiempo a diario a soñar tus propios sueños y desarrollar la confianza en ti mismo para convertir tus deseos en realidad.

Paciencia es ser complaciente contigo mismo y tener la fe necesaria para aferrarte a tus anhelos, aún cuando pasan los días sin poder ver de qué manera se harán realidad.

Paciencia es amar a los demás aún cuando te decepcionen y no los comprendas.

Es renunciar y aceptarlos tal y como son y perdonarlos por lo que hayan hecho.

Paciencia es amarte a ti mismo y darte tiempo para crecer; es hacer cosas que te mantengan sano y feliz y es saber que mereces lo mejor de la vida y que estás dispuesto a conseguirlo, sin importar cuánto tiempo sea necesario.

Paciencia es estar dispuesto a enfrentarte a los desafíos que te ofrezca la vida, sabiendo que la vida también te ha dado la fuerza y el valor para resistir y encarar cada reto.

Paciencia es la capacidad de continuar amando y riendo sin importar las circunstancias, porque reconoces que, con el tiempo, esas situaciones cambiarán y que el amor y la risa dan un profundo significado a la vida y te brindan la determinación de continuar teniendo paciencia.

Paciencia, tú la tienes, úsala.

Señor, enséñanos a orar en familia como Santa Teresa de Jesús para tener paciencia: "Nada te turbe. Nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia, todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta: solo Dios basta".



Web católico de Javier

viernes, 3 de noviembre de 2017

COMUNIDAD: CAMINO COMPARTIDO


Comunidad: camino compartido



Soy parte de grupos humanos y mis tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa. Por lo tanto es importante que aprecie y respete a todos —incluso a los más humildes— porque todos llevan adelante la organización. Y que sienta la alegría y la responsabilidad de aportar lo que me corresponde para mi propia satisfacción y la de mis compañeros. 

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen, para hacer entre todos la marcha más liviana; abrazo de miradas que se buscan, para buscar unidas la mirada de Aquel que, por nosotros, dio la vida. Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Es pensar en el otro, y en lo mejor para el otro, y pensar juntos en lo mejor de nosotros para todos los demás. Decir comunidad, es darse fuerzas entre todos. Es animarse a crecer juntos poco a poco. Decir comunidad es hablar de apertura y entrega, servicio a los demás, aprender a brindarse con generosidad. Es compartir la vida de Dios, fuente de vida, de esperanza y de amor.

El amor que pide Jesús debe llevarme a evitar en la convivencia cotidiana las faltas de aceptación e incomprensiones. El Señor me quiere ver fraterno, bondadoso, pacífico, cordial… No es fácil, pero lo puedo, si lo pido cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente con todos”. Que pases un día feliz de buena convivencia.



* Enviado por el P. Natalio

jueves, 2 de noviembre de 2017

LAS DOS CARTAS


Las dos cartas



La humildad consiste en el reconocimiento de que Dios es el autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino crear distancia respecto de los otros.

El Cura de Ars dijo en cierta ocasión: “He recibido dos cartas en el mismo correo; una decía que yo era un gran santo, y la otra, que era un hipócrita y un impostor. La primera no me hacía mejor de lo que soy y la segunda no me hacía peor de lo que soy. Delante de Dios, todos somos lo que somos, nada más ni nada menos”.

Ubicarse ante Dios significa ser conscientes de nuestra pequeñez y dependencia, porque “El Señor es un Dios grande, tiene en su mano los abismos de la tierra, son suyas las cumbres de los montes, suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos” (Sal 95). Ante él “somos polvo y ceniza”, como le dijo Abrahán.



* Enviado por el P. Natalio

miércoles, 1 de noviembre de 2017

PODER DEL BUEN EJEMPLO


Poder del buen ejemplo



Un refrán dice “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. El poder del testimonio es enorme y decisivo. Las palabras están devaluadas. Nunca el mensaje de Jesús tuvo tanta fuerza como cuando pregonó el amor desde la cruz. Para construir a tu alrededor una civilización del amor aporta cada día gestos de servicio, de humildad y generosidad.

En una ciudad alemana bombardeada en la última Guerra Mundial, encontraron, entre las ruinas, un Cristo a quien le faltaban las manos y las piernas. Aquellos habitantes decidieron conservar así, sin manos y sin pies, a aquel Cristo, como recuerdo de la barbarie de la guerra, y de que somos nosotros los llamados a ser las manos y los pies de Cristo. Una excelente manera de describir nuestra misión de testigos: ser las manos y los pies de Cristo para llevar su mensaje de justicia, de fraternidad, de esperanza, de amor a cuantos nos rodean.

Tanto los buenos como los malos ejemplos moldean el ambiente en que vivimos. Ojalá que triunfen los que favorecen lo bueno, digno, noble. Porque si prevalece el egoísmo salvaje, llegaremos a una pérdida tal de los valores humanos que la vida será muy triste, que faltará lo más hermoso: el respeto, la comprensión, el amor. Amigo/a, aporta hoy tu granito de arena.



Padre Natalio

MI AMIGO SECRETO


Mi amigo secreto



La historia de un niño enfermo terminal de cáncer y la demostración de amor de su madre.

Cuando Andrés Bremer, de ocho años, ingresó en un hospital de Chicago para someterse a un tratamiento contra el cáncer, recibió un alud de tarjetas de sus amigos de la escuela, vecinos y primos, que le deseaban pronta recuperación. Pero una vez que salió del sanatorio, nadie volvió a escribirle.

Día tras día, el pequeño revisaba el buzón en busca de cartas que estuvieran dirigidas a él, pero no encontraba nada. Decía su madre.
Era muy duro para ella ver cómo su hijo se sentía cada día más abandonado por sus amigos.

“Muchas cosas en la vida de Andrés escapaban de mi control –las radiaciones, la quimioterapia, su recuperación-“, cuenta su madre, Sara. “Pero sí estaba en mis manos, el que mi hijo recibiera correspondencia, así que empecé a escribirle y a firmar como si fuera un amigo secreto”.

Al niño le encantó recibir esas misteriosas misivas de apoyo. Una tarde se sentó a la mesa del comedor y se puso a dibujar con sus lápices de colores. Solía obsequiar a su madre sus pequeñas obras de arte, pero esa vez hizo una excepción:
-Este dibujo no es para ti-le dijo, a la vez que enrollaba la hoja de papel para luego dejarla sobre la mesa-. Es para mi amigo secreto.

Esa noche, cuando Andy ya se había acostado, Linda desenrolló el dibujo. En una esquina de la hoja el artista había dejado un mensaje: “Posdata: te quiero, mamá”

Así comenzó entre Andy y su “anónimo” amigo un intercambio de correspondencia que duró hasta la muerte del niño, en 1984. Madre e hijo nunca hablaron acerca de su juego.

Tiempo después, en cierta ocasión en que estaba poniendo orden en el armario de Andy, Linda encontró una agenda con los nombres de varios amigos que su hijo había hecho en un campamento de verano para niños con cáncer. Decidió entonces enviarle un mensaje a cada uno de ellos. Las respuestas no se hicieron esperar:

“Gracias”, respondió un pequeño. “No creí que alguien supiera que existo”.

Han pasado diez años y la señora Bremer sigue escribiendo a niños con cáncer y otras enfermedades. Su asociación de voluntarios, Love Letters, Inc. Envía hasta 7000 tarjetas y paquetes cada mes, con un modesto presupuesto que depende de donativos. La agrupación envía, además, cerca de 1100 juguetes y dulces en Navidad, y otro tanto en julio.

“Nuestra misión es seguir enviando tarjetas y paquetes”, explica Linda. “Nunca dejaré a estos niños esperando frente al buzón”.



Autor: Kevin Lumsdon, del Hospitals & Health Networks

lunes, 30 de octubre de 2017

NOVICIO IMPACIENTE


Novicio impaciente



La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo del Señor. Como los apóstoles implorémoslo con frecuencia. Pidamos al Padre, por Jesús, que derrame sobre nosotros un Espíritu de oración y de alabanza (Zac. 12, 10).

Después de una sesión matinal de oraciones en el monasterio, el novicio preguntó al abad: —¿Estas oraciones hacen que Dios se acerque a nosotros? —Te voy a responder con otra pregunta –dijo el abad. —¿Estas oraciones harán que el sol salga mañana? —¡Claro que no! ¡El sol sale porque obedece a una ley universal! —Entonces, ahí ésta la respuesta. Dios está cerca de nosotros, no por las oraciones que recemos. El novicio se enojó: —¿Entonces estas oraciones son inútiles? —Absolutamente. Si tú no te despiertas temprano no podrás ver la salida del sol. Si tú no rezas, aunque Dios esté siempre cerca, no conseguirás notar su presencia.

Para robustecer tu fe en el Señor que te ama y te acompaña, lee con atención la Biblia. Al inicio del capítulo 43 de Isaías encontramos esta perla deslumbrante: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo. No temas, yo estoy siempre contigo”. Medítalo, y agradece al Señor su ternura por ti.




Enviado por el P. Natalio

NO ESTÁS SOLO


No estás solo



Tú no estás solo, jamás lo has estado y nunca lo estarás. Dios está contigo en cada segundo de tu vida, más cerca que tus propios pensamientos. Sólo es tu idea la que te hace creer que Dios te puede abandonar, pero esto es imposible.

Te voy a explicar: Dios está en el aire que estás respirando y te da la vida. Si te pones la mano en el corazón, sentirás que ese latido de vida es Dios en tu corazón.

El sol que nos viene alumbrar cada mañana es una bendición de Dios para ti, para que vivas y seas feliz.

¡Tú no tienes por qué estar triste nunca! El estado natural del hombre es la alegría, lo que pasa es que vivimos quejándonos por todo lo malo, en vez de dar gracias por todo lo que tenemos y esto nos pone tristes.

Comienza ya a dar gracias por el aire que respiras, por cada objeto de vestir o de adorno que llevas en el cuerpo, por la cama que tienes, por cada pedacito de comida que te llevas a la boca, por cada canción que te sabes. Cada vez que pienses en quejarte, busca algo por lo cual dar gracias a Dios.

Acostúmbrate a decir por todo "Gracias Padre". Tú vas a ver como tu mundo va a cambiar.

Comienza a sonreírle a todo, y no importa lo que te diga la gente, es mejor sonreír que estar mal encarado. Sonríele al guardia, al médico, al abogado, al barrendero, al maestro, al cajero, a los que cocinan, al chofer, a la enfermera. Sonríele al mundo y verás que el mundo te sonreirá también.

El rencor y el odio son la madre de la infelicidad. Comienza a perdonar ya a todo el mundo, no importa lo que te hayan hecho o dicho, eso es problema del que condena; el tuyo es el de perdonarlos. Diles: te doy mi amor y mi perdón.

Si hablan mal de ti, te critican o te condenan, eso no importa, de los más grandes seres se han dicho las peores cosas. Piensa: si eso lo dicen, ¿dónde está lo que hacen? Yo soy un ser que hago y solo me entiendo con los que hacen y no con los que dicen. Si has perdido algo o te han robado, eso tampoco importa. Acuérdate que lo verdaderamente valioso y eterno en ti nadie te lo puede quitar, es tu Ser y tu derecho soberano de sentir y pensar.

"Lo maravilloso de cuando se pierde es que solamente nos queda Dios". Acostúmbrate a bendecir en vez de maldecir o decir malas palabras y verás que las cosas se transforman. Di constantemente a todas las cosas y a todas las personas, no importa lo que sean, hagan o digan: "Dios te bendice".

Cada vez que no sepas qué hacer y estés desesperado y no te acuerdes de nada, repite simplemente el nombre de Dios tantas veces te sea necesario y verás milagros.

miércoles, 25 de octubre de 2017

FE


FE


¿Tienes fe para repartir, es decir, tienes tanta abundancia que te sobra, y, por consiguiente, puedes dar a otros esa fe, esa visión de la vida, ese amor a Dios que tú tienes? ¿O es una fe que apenas te alcanza?

Como cuando uno va a comprar en el mercado, y se le antoja llevarse muchas cosas; pero, a la hora de sacar la cartera, se da cuenta de que no le alcanza, y empieza a dejar un objeto aquí, y luego otro, y luego otro, y se lleva solamente unas cuantas cosas porque no le alcanza el dinero.

¿Eres tú de ésos? ¿De los que son católicos a ratos? Quizás el domingo un momento. Quizás en algún evento especial de la vida. Pero luego hay horas, días y meses en que parece que ya no crees. Parece que no tienes un fuerte sostén espiritual. Parece que andas sin brújula en la vida.

Se necesita hoy gente que esté llena, llena de esa fe, llena de ese amor, llena de esperanza para repartir; porque hay más pobres, más mendigos del espíritu que mendigos de un pedazo de pan. Hay mucha hambre de fe, mucha hambre de Dios, y se requiere gente que la tenga en abundancia para repartirla.


Mariano De Blas

ACEPTA TUS LÍMITES


Acepta tus límites



Por un sabio plan divino las personas somos distintas, con diversas capacidades, y diferentes inclinaciones y gustos. Es una realidad y tienes que aceptarla buenamente, sin dejarte alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni por el orgullo de lo que te ha tocado. Acepta con madurez tus capacidades y carencias.

Peter Ustinov,  famoso actor y dramaturgo, fue invitado a la Distribución de Premios de un colegio inglés. Al final del acto se refirió con modestia a su preparación académica, diciendo entre otras cosas: “Yo no poseo ningún título ni preparación y creo que el mundo tiene una gran necesidad de la gente no cualificada. Me siento inclinado hacia los dos que no han aprobado los exámenes, corno me siento atraído hacia cualquier “minoría”. Si yo hubiera sido alumno de este colegio, casi seguro que hubieran sido tres los suspendidos. Todos aquellos que no han alcanzado las cumbres de la sociedad, siguen siendo muy valiosos en este mundo”.

“Oh humildad, flor hermosa, veo que son pocas las almas que te poseen. ¿Será porque eres tan bella y a la vez tan difícil de conquistar? Oh sí, una y otra cosa. Dios mismo se complace en ella. Sobre un alma humilde están entreabiertas las puertas celestiales y un mar de gracias fluye sobre ella. Santa Faustina Kowalska (Diario, nº 1306).


* Enviado por el P. Natalio

martes, 24 de octubre de 2017

UNA RARA FLOR EN EL PRECIPICIO


Una rara flor en el precipicio



Confiar en Dios, es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Unos  científicos exploraban un rincón desconocido de los Alpes, en busca de nuevas especies de flores. Un día notaron con sus binoculares una flor muy rara y bella, de gran valor para la ciencia. Pero la flor se hallaba en un profundo precipicio. Sólo sostenido de una cuerda se podía bajar por el despeñadero.
Un muchacho curioso observaba la escena. Los científicos le propusieron pagarle bien si se dejaba bajar por el despeñadero, para cortar la flor que había en el fondo. El muchacho miró el peligroso precipicio, y luego dijo:
- Regreso en un minuto. Al poco rato volvió seguido de un hombre de pelo canoso, se acercó al botánico y le dijo: "Bajaré por el despeñadero, y les traeré la flor, si este hombre sostiene la cuerda. Es mi papá". Si alguna otra persona sostiene la cuerda, no me atreveré.

“No temas, yo estoy contigo”, es un maravilloso tema bíblico que puedes profundizar en el libro de Josué, capítulo 1, 1-10. Allí Dios una y otra vez repite al héroe, antes de su gesta guerrera en la tierra que mana leche y miel: “Sé valiente, no temas, porque yo estaré siempre contigo, adonde quiera que vayas”. Que estas palabras fortalezcan tu confianza.


* Enviado por el P. Natalio

lunes, 23 de octubre de 2017

LA VIDA UN LABERINTO


La vida un laberinto



Tener fe es haber descubierto el inmenso amor que Dios tiene por ti; y, ante tan enorme y fascinante hallazgo, organizar tu vida como una respuesta fiel y coherente. El Espíritu de Dios, Espíritu de amor, te ayude a interiorizar este pensamiento en la meditación, porque está en el centro de la auténtica relación con el Señor.

La vida no es un pasillo recto y fácil... por el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez, atrapados en un callejón sin salida. Pero, si tenemos fe, Dios siempre nos abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será buena para nosotros. A. Cronin.

No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica”. Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.


* Enviado por el P. Natalio

sábado, 21 de octubre de 2017

EL CIELO Y EL INFIERNO


El cielo y el infierno



Cierto día un hombre santo estaba teniendo una conversación con el Señor y dijo: "Señor, me gustaría saber como son el Cielo y el Infierno. El Señor llevo al hombre santo hacia dos puertas. Al abrir una de las puertas, el hombre santo miró dentro y en medio del cuarto había una gran mesa redonda. En medio de la mesa había una gran olla de guisado que olía tan delicioso que hizo agua la boca del hombre santo.

La gente sentada alrededor de la mesa estaba delgada y enferma y parecían hambrientos. Ellos estaban sosteniendo cucharas con mangos muy largos que estaban atados a sus brazos, así que cada uno no fue capaz de meter la mano en el pote de guisado y tomar una cucharada, pero por causa de que el mango era más largo que sus brazos, no podían poner las cucharas dentro de sus bocas.

El hombre santo se estremeció ante semejante cuadro de miseria y sufrimiento. El Señor le dijo: "Has visto el Infierno".

Luego fueron y abrieron la siguiente puerta. Era exactamente igual como el primer cuarto. Había gran mesa redonda con el gran pote de guisado que hizo agua la boca del hombre santo. La gente estaba equipada con las mismas cucharas de mangos largos, pero aquí la gente estaba bien alimentada y llena de salud, riéndose y hablando.

El hombre santo dijo: ¡No entiendo...!

"Es simple" dijo el Señor: Esto requiere de una habilidad..."Mira: Ellos han aprendido a alimentarse el uno al otro, mientras que los avaros piensan solamente en ellos mismos".

El verdadero sentido del amor es dar. Jesús murió para darte todo por amor.

RECONOCER LA ABUNDANCIA


Reconocer la abundancia



Cuando nos concentramos en la abundancia, sentimos que nuestra vida es abundante; cuando nos concentramos en la escasez, sentimos que nuestra vida está llena de carencias. Todo depende simplemente de donde centremos nuestra atención.

Es verdad que no podemos negar los sufrimientos de la vida. Eso es perjudicial para la salud, tanto la física como la emocional. Pero igualmente importante es lo siguiente: ¡No podemos negar la abundancia que hay en nuestra vida!

Te recomiendo que escribas para ti un "Libro de la Abundancia". Cada noche, antes de acostarte, anota por lo menos cincuenta cosas maravillosas que te hayan ocurrido ese día.

¡Vamos! ¿Cincuenta cosas? "Si difícilmente logro encontrar tres", dirán algunos.

Es obvio que no te has fijado en las bendiciones y bienes de tu vida. La finalidad de este ejercicio es ayudarte a hacerlo. He aquí algunas de las cosas que podrías anotar:

• Esta mañana arrancó el coche.
• Soy capaz de caminar.
• Tengo alimentos para comer.
• Alguien me hizo un elogio.
• Hoy mis hijos no se metieron en ningún lío.
• Sentí el calor del sol en la cara.
• Hablé con una de mis mejores amigas.
• Las flores están comenzando a abrirse.
• Tengo agua caliente para ducharme.
• Estoy respirando.
• Salió el sol.

Las cosas que anotes en tu "Libro de la Abundancia" no tienen por que ser brillantes y sensacionales. En realidad es mejor que no lo sean. Ten siempre presente que si sólo nos fijamos en las cosas brillantes y sensacionales, gran parte de nuestra vida parecerá triste, y eso desde luego no es cierto.

Respirar, por ejemplo, no es algo increíble, realmente extraordinario. Al principio, encontrar esas 50 cosas que agradecer te va a llevar mucho tiempo, muchísimo tiempo. Pero muy pronto las cosas buenas van a llover sobre el papel, porque te pasarás gran parte del día buscando las bendiciones de tu vida para poder tener cosas nuevas que añadir a tu "Libro de la Abundancia" cada noche. ¡Y las encontrarás!

Los beneficios son evidentes... Cuando empieces a buscar las cosas buenas, inmediatamente dejarás de fijarte en las malas, y te sentirás feliz, una persona afortunada. Si logras adquirir el hábito de fijarte en la abundancia, tu vida se transformará...

viernes, 20 de octubre de 2017

UN MILAGRO EN LA CÁRCEL


Un milagro en la cárcel



La siguiente historia ocurrió en Misisipi, Estados Unidos, en 1944 y se transmite como verdadera. Lo relata el padre O'Leary, que atendía la cárcel.

Claudio Newman, hombre de raza negra, tenía dos años de casado cuando, defendiendo a su mujer, mató a un hombre blanco que la atacaba. Fue arrestado y condenado a morir en la silla eléctrica.

Estando en la cárcel, uno de los presos se arrancó una medalla religiosa y la tiró al piso maldiciendo. Claudio la recogió y se la puso por curiosidad. Esa noche, mientras dormía fue despertado. Y allí de pie estaba una señora muy hermosa. Le dio miedo, pero la Señora lo calmó y dijo: “Si quieres que yo sea tu Madre, y si te gustaría ser mi hijo, haz que te traigan un sacerdote de la Iglesia Católica”. Luego desapareció.

Claudio empezó a gritar, pero luego pidió un sacerdote católico. Acudió el padre O'Leary, quien relata esta historia, y comenzó instruirlo en la fe católica junto a otros, aunque dudaba de la verdad de las apariciones.

Claudio no sabía leer, ni nada de religión, ni quién era Jesús. Por eso sorprendió cuando dijo: “Yo ya sé de la Confesión, pues la Señora me dijo que cuando nos confesamos nos arrodillamos, no delante de un sacerdote, sino ante la cruz de su Hijo. Y cuando sentimos dolor por nuestros pecados, la Sangre que Jesús derramó nos baña y libra de todos los pecados. No deberían de sentir miedo de confesarse, pues es decirle los pecados a Dios”.

Ante las dudas del padre O'Leary, Claudio le dijo en privado: “Ella me dijo que le recordara que en la guerra, cuando estaba caído en una zanja en Holanda, en 1940, usted le hizo una promesa, que Ella aún espera que le cumpla”. Eso convenció al Padre O'Leary que decía la verdad.

Días después, Claudio volvió a decirles: “La Señora me dijo que en la Comunión, yo solo puedo ver lo que parece un pan, pero eso es realmente y verdaderamente Su Hijo. Me invitó, como Ella, a amarle, adorarle, agradecerle, alabarlo y pedirle sus bendiciones”.

Finalmente Claudio fue recibido en la Iglesia Católica.

Llegó el día de la ejecución de Claudio. Pidió como último deseo hacer una fiesta, pues era una alegría ir hacia la Virgen.

En eso el abogado de Claudio llegó con una prórroga de dos semanas. Claudio se puso triste por su retraso al Cielo, pero aceptó lo que el sacerdote le dijo: “Quizás Nuestra Madre Santísima quiere que ofrezcas ese dolor, para la conversión del preso lleno de maldad que te odia mucho”.

Dos semanas después, Claudio fue ejecutado. El padre O'Leary comentó que nunca había visto a nadie ir a su muerte con más felicidad.

Dos meses después, llegó el día de la ejecución del hombre que odiaba a Claudio. Padre O'Leary decía que era el hombre más inmoral que conocía, pues tenía gran odio a Dios.

Antes de su ejecución, iba renegando y maldiciendo, pero de repente el condenado fijo sus ojos en una esquina y gritó con un rostro llenó de terror. Pidió un sacerdote para confesarse. El Padre O'Leary acudió.

Después el prisionero reveló: “Vi a la Virgen María y a Claudio que me dijo que ofreció su muerte por mi salvación. Ella me daba la gracia de poder ver mi lugar en el Infierno, si no me arrepentía. Por eso grité aterrorizado”.

Gracias a la Virgen, no fue inútil la muerte de Claudio. Acudamos con frecuencia a su intercesión seguros de ser oídos.



Pbro. José Martínez Colín

EL VALOR DE LOS PEQUEÑOS PASOS


Valor de los pequeños pasos



No es fácil cambiar y crear de la noche a la mañana una vida mejor. Pero, hay pasos pequeños que podemos dar para alcanzar el cambio que tanto anhelamos. Aunque al principio no logremos mucho, el solo hecho de mantener un estado mental adecuado y receptivo nos va a poner en movimiento, nos va a ubicar en el camino correcto hacia la superación personal.

Juan quiere dejar de ser malhumorado y convertirse en una persona que la mayor parte del tiempo sea amable y de buen carácter. Lo animo a empezar con pequeños gestos, como sonreír un poco más cada día, apreciar verbalmente el trabajo de alguno de su familia o de algún colega, usar cada vez más un "por favor" y un "gracias". Dejar atrás el mal carácter, la rudeza, el enojo cotidiano; es imposible de un día para otro, pero son posibles los cambios minúsculos, que parecen imperceptibles pero que con el tiempo se convierten en buenos hábitos, tan naturales que no requieren ningún esfuerzo para realizarlos.

¿Y tú? Tú puedes comenzar ahora mismo, ¿cuáles son esos pequeños cambios que puedes ejecutar?, ¿cuáles son esos pequeños pasos que puedes dar y que te conducirán a los grandes cambios?.... Empieza ahora y viendo los resultados positivos, poco a poco te sentirás motivado para seguir adelante. Empieza ya, no esperes más.


* Enviado por el P. Natalio

jueves, 19 de octubre de 2017

UN PROYECTO ETERNO DE DIOS


Un proyecto eterno de Dios



La persona menos dotada de cualidades y dones es una “superdotada” por el solo hecho de pertenecer a la humanidad. En efecto, nos ha sido dada la vida con sus fuerzas físicas y espirituales, con sus amplias posibilidades de relación y actuación. Y nos fue dada la fe y la esperanza y un gran capital de amor y gracia. Tú eres un proyecto eterno del amor de Dios.

Señor, quiero recordar que cada ser humano es obra de tus manos de Padre. A cada uno le diste la vida con inmensa ternura. Ilumina mi mirada para que reconozca que nadie ha nacido por casualidad. Cualquier persona es un proyecto eterno de tu amor. Por eso traigo ante ti a los seres humanos que encontraré hoy y mañana. Quiero contemplar a tu Hijo que se hizo hombre para rescatarlos, que derramó su preciosa sangre para salvarlos y por ellos sufrió el abandono de la cruz. Dame tu luz, Padre, para que pueda reconocer las cosas buenas que pusiste en ellos, todas las posibilidades bellas que hay en el interior de esas personas. En todo ser humano brilla algo de tu luz divina. Dame tu gracia para descubrirlo. Amén (V. M. Fernández).

Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, integrándonos a la familia humana? Que pases un día de buenas relaciones con todos.


* Enviado por el P. Natalio

LA HIPOCRESÍA INTOLERABLE


La hipocresía intolerable
Por: Pedro García, misionero claretiano | Fuente: Catholic.net 




Al leer el Evangelio nos encontramos con un Jesús todo bondad, que acoge a todos los pecadores, y que, sin embargo no tolera a unos hombres con los cuales está en lucha frontal.

Son los fariseos y los escribas, a los que llama con una palabra que, desde Jesús, se ha convertido en uno de los vocablos más odiosos del diccionario, como es la palabra ¡Hipócrita!... 

Llamar a uno ¡hipócrita! ha venido a ser un baldón y la mayor vergüenza.

La hipocresía es la mentira utilizada para aparecer ante los demás bueno y noble escondiendo toda la maldad que se lleva dentro.

Pero, para empezar de una manera más amable y positiva, se me ocurre el caso bonito, que leí no hace mucho, sobre un papá que quiso formar a su niño en la sinceridad que nos pide Jesús.
El pequeño fue sorprendido en una mentira, y el papá le dio una lección que no olvidaría nunca, de modo que después el joven y el hombre ya no dijo jamás una falsedad.
Tomó el papá al hijito mentiroso, lo llevó delante del Crucifijo, y le dictó despacio esta oración que el niño iba repitiendo: Jesús, yo te he ofendido. Mis labios se han ensuciado con una mentira. Ven, y límpiamelos.
Las lágrimas le empezaron a correr al niño por las mejillas. Pero el papá, sin inmutarse, tomó un trozo de algodón que aplicó a los labios de la imagen de Jesús, lo empapó después con alcohol, se lo pasó bien por los labios a su hijo, y le hizo seguir con la oración:
Señor, purifícame y perdóname. Haz mi corazón sincero, y que nunca salga de mí otra mentira. 

Todos estaremos conformes en dar a ese papá una cátedra de sicología y de pedagogía en la universidad...

Jesús se encontró en su predicación de buenas a primeras con una oposición terrible de parte de los que dominaban al pueblo: los escribas y los fariseos.

Los fariseos, de gran influencia en el pueblo, formaban un partido religioso-político que oprimía a la gente humilde con capa de santidad y de fidelidad a la ley de Dios, mientras que ellos se las sabían arreglar de mil maneras para librarse de lo que les exigía esa misma ley dada por Moisés.

Los escribas eran los intérpretes de la ley y brazo derecho de los fariseos. Unos y otros vivían en la mentira, procedían con doblez, y exigían con rigor insoportable la observancia de una ley que ellos no querían guardar.

La mejor definición de los escribas y fariseos la dio el mismo Jesús cuando los llamó sepulcros blanqueados, muy bonitos por fuera pero por dentro llenos de podredumbre...

Pronto vino el enfrentamiento de los escribas y fariseos con Jesús. Era imposible entenderse la mentira con la verdad, el rigor con la mansedumbre, la justicia despiadada con el perdón misericordioso... Y Jesús, al denunciarlos ante el pueblo, usó siempre la expresión ¡Hipócritas!

Jesús no soportaba la hipocresía porque ésta es la falsificación de la vida, la perversión del pensamiento, la profanación de la palabra. Al mentir, el hipócrita quiere pensar como habla, y vivir después como piensa, es decir, siempre en contradicción con la verdad.

El mentiroso e hipócrita se encuentra muy pronto con el rechazo total, como le pasaba en los tiempos de Jesús al personaje más importante del mundo, a Tiberio, el emperador de Roma. Era el dueño de todo el mundo conocido, pero al mismo tiempo era tan mentiroso, que, como dice un escritor romano de sus días, ya nos se le creía aunque dijera la verdad...

Aquella antipatía de Jesús con los fariseos, es la misma que sentimos también nosotros con cualquier persona que procede con dolo. Aguantamos toda clase de defectos en los demás, porque todos nos sentimos débiles y sabemos ser generosos con el que cae.

Pero usamos una medida diversa con el que nos miente. No lo soportamos, y le aplicamos la sentencia de la Biblia:
La esperanza del impío hipócrita se desvanecerá.

El hipócrita y mentiroso no puede esperar nada de nadie, porque se le rechazará del todo.

Todo lo contrario le ocurre a la persona sincera. Quien dice la verdad siempre, aunque le haya de costar un disgusto, se gana el aprecio de todos y todos confían en ella. Es el premio del sentir, vivir y decir la verdad.

Jesucristo nos lo dijo con una sentencia bella y profunda, cargada de mucha sicología: La verdad os hará libres.

Quien nunca dice una mentira y confiesa siempre la verdad, y vive conforme a sus convicciones, es la persona más libre que existe. No oculta nada. Es transparente como el cristal. Y de ella dice Jesús como de Natanael: Un israelita en quien no hay engaño. Un cristiano o una cristiana sin doblez...

Sentimos todo lo contrario por aquel que dice y vive siempre la verdad. Ante él nos inclinamos reverentes. Porque es todo un hombre o toda una mujer. Nos fiamos de su palabra. Le tenemos por el ser más valiente y digno de respeto.

La verdad, como dice Jesús, le hace libre, y nos demuestra tener un corazón y unos labios tan limpios como el niño que aún no ha dicho la primera mentira....
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