Mostrando entradas con la etiqueta ORACIONES A DIOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ORACIONES A DIOS. Mostrar todas las entradas

sábado, 12 de septiembre de 2015

ORACIÓN POR LA HUMILDAD


Oración por la humildad


Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran.

Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón.

No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan.
No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros... Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.
Dame la gracia de perdonar de corazón, la gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia, poder, con tranquilidad, criticarme a mí mismo.

La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago.

Ayúdame, Señor, a pensar menos en mí y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tú y mis hermanos.
En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno.
Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Así sea.


(P. Ignacio Larrañaga)

SEÑOR, AYÚDAME A SER HUMILDE


Señor, ayúdame a ser humilde



Aquí estoy, Señor, para darte ese tiempo de mi vida, que es muy poco, comparado con el tiempo que siempre tengo para trabajar, para distraerme y pasear. Es muy poco pero quiero que sea tuyo y que será el mejor de mi tiempo porque es para ti.

Dame paz, tranquilidad. Auséntame de todas mis preocupaciones, quedarme vacía de todos los problemas y dolores que llevo en mi alma, muchas veces causados por mi equivocado proceder, y entregarme de lleno a ti.

Desconéctame, Señor, de las cosas de mi vida que tanto amo.... quiero que tú me ayudes a encontrar esa "perla escondida" que es aprender a vivir en la humildad.

A veces pienso, al acercarme a ti, que es el único momento en que siento mi nada, mi pequeñez, porque cuando te dejo y me voy a mis ocupaciones me parece que piso firme, que hago bien las cosas, muchas de ellas, muy bien y casi sin darme cuenta reclamo aplausos, reclamo halagos y me olvido de ser humilde, de aceptar, aunque me duela, mis limitaciones, mis errores, mis faltas y defectos de carácter, que siempre trato de disimular para que no vean mi pequeñez y cuando llega el momento de pedir perdón... ¡Cómo cuesta! ¡Qué difícil es reconocer que nos equivocamos, qué juzgamos mal, que lastimamos y rogar que nos perdonen!



sábado, 8 de agosto de 2015

ORACIÓN A DIOS PADRE


ORACIÓN A DIOS PADRE


Padre, te pido que bendigas a mis amigos que leen esto ahora mismo y les reveles nuevamente Tu amor y Tu poder. Espíritu Santo te pido que seas la guía para sus almas.


Donde haya dolor, dales Tu paz y Tu misericordia.
Donde haya dudas renuévales la confianza.

Donde haya cansancio te pido que les des entendimiento, paciencia y fuerza aprendiendo a amarte.

Donde hay estancamiento espiritual, te pido que les reveles Tu cercanía, para un nuevo comienzo en la fe.

Donde haya miedo revélales Tu amor y transmíteles Tu fuerza.
Donde hay pecado bloqueando sus vidas, haz que éste desaparezca.

Bendice sus familias, sus finanzas, concédeles más visión de Ti, que tengan el apoyo de amigos para darles fuerza y valentía.

Concédeles a cada uno discernimiento para poder distinguir las fuerzas negativas que pudieran afectarlos y revélales el poder que tienen en Ti para superarlo.

Te ruego me concedas estas peticiones en el nombre de Jesús, Tu hijo amado. Amén.

lunes, 6 de julio de 2015

BUENAS NOCHES, SEÑOR


Buenas noches, Señor
Autor: Liturgia de las Horas
 
 
Tú, Señor...

Tu, a quien he buscado, Señor,
en este día,
a quien he escuchado,
dame el reposo de esta noche.

Tu, a quien he cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de esta noche.

Tu, a quien yo he negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de esta noche.
Amen

ORACIÓN POR EL BUEN USO DEL TIEMPO


Oración por el buen uso del tiempo
Tengo ante mí unos minutos, unas horas, unos días. ¿Qué voy a hacer? La decisión está en mis manos.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




Tengo ante mí unos minutos, unas horas, unos días. ¿Qué voy a hacer? La decisión está en mis manos. Si no hay urgencias inmediatas, si la enfermedad no corta las alas de mi vida, soy plenamente libre para escoger.

No quiero, sin embargo, decidir a solas. Sé que hay un Dios que es Padre y me ama. Sé que Cristo me ha enseñado el camino de la vida. Sé que el Espíritu Santo habita en mi alma y me invita a optar por lo mejor.

Por eso, Señor, te pido luz para usar bien el tiempo que ahora me concedes. Ayúdame a renunciar a un uso egoísta del mismo. Ayúdame a dejar de lado caprichos, placeres malsanos, deseos de venganza, obsesiones que encadenan.

Permíteme la gracia de arrepentirme de mis pecados y de llegar a una conversión profunda, sincera, completa, decidida, desde la certeza de tu misericordia eterna.

Concédeme ver con claridad qué deseas de mí ahora, cómo puedo ayudar mejor a mis hermanos.

Fortalece mi voluntad para que la pereza no me detenga, para que el miedo no me paralice, para que esté dispuesto a arriesgar mi fama si se trata de defender la justicia, de ayudar al pobre, de proteger a la viuda, de corregir al que yerra, de consolar al triste, de transmitir tu Evangelio.

Ayúdame a tomar buenas decisiones. La vida pasa, y no puedo desgastarme en lo inútil y en lo dañino. Sólo tiene sentido escoger lo que me lleva a amarte a Ti y a servir a mis hermanos.

Señor, tengo ante mí este tiempo que me concedes. Haz que se convierta en un momento bello para acercarme más a Ti, para conocer mejor mi fe, para dejarme impulsar por la esperanza, para avanzar por el camino maravilloso del amor, del servicio, de la entrega hasta “dar la vida por los hermanos” (1Jn 3,16).

jueves, 18 de junio de 2015

LA ORACIÓN MÁS DIFÍCIL, LA QUE MÁS NOS CUESTA


La oración más difícil, la que más nos cuesta...
Dejar nuestras cosas a un lado, dejarlas por un momento y ponernos solo ante tu presencia, Señor.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net




A veces, Señor, cuando estoy ante ti, recorro mi alma en examen sincero preguntándome si solo vengo a ti buscando consuelo para mis penas y problemas...

¿Qué le falta a mi oración?

Señor, dame luz para comprender que la que tengo olvidada o que no me conviene es la "Oración de intercesión". Esa, que es el olvido de uno mismo, esa, que es "una petición en favor de otros". Es la que no tiene límites ni fronteras, ya que es la que puede alcanzar gracias hasta para los enemigos y es también la expresión de la Comunión de los Santos. Es la oración en que nos olvidamos de nosotros para pensar en los demás.

Es generosa, de una caridad sin límites cuando pedimos por alguien que no nos ama, por alguien que no nos hace caso o que tal vez nos hizo o hace mucho daño. Es acercarnos realmente a la forma de orar que tu oraste por nosotros a tu Padre, Señor.

Tu, Señor, siempre estuviste y estás presto a interceder por nosotros ante el Padre, en favor de todos los hombres, especialmente por los pecadores. En favor... de mi.
Y te quedaste con nosotros en este Sacramento, estás con nosotros cada momento del día en la Eucaristía para seguir intercediendo por nosotros, nos escuchas y te llevas nuestras peticiones al Padre.

Vale la pena hacer la prueba. Olvidarse de uno por un momento, desasirse de todos los problemas que nos agobian, de esa pena.... que llevamos colgada del corazón, de esa enfermedad, de ese malestar, de esa inquietud, temor o disgusto que no nos deja dormir...

Dejar "nuestras cosas" a un lado, dejarlas por un momento y poniéndonos ante tu presencia, Señor, pensar en los demás...y así, como una letanía de incienso, perfumada por el más grande amor, ese que nos cuesta tanto porque no es para nuestro beneficio personal, pedir, por todos los seres del mundo, por las autoridades que manejan el destino de los países, por los que sufren, enfermos o desamparados, por los que en este día morirán e irán a la presencia del Padre, por los sacerdotes, por los misioneros por los no nacidos y por los jóvenes, pero sobretodo por tal o cual persona, esa que nos hace sufrir, esa que no nos "cae bien", esa que no nos quiere...que siempre sabe cómo mortificarnos.... ¡esa es la oración que tu está esperando, Jesús mío, esa es la que más me cuesta pero... esa es la que tu quieres!.

Y cuando logramos hacerla, el alma y el pensamiento se van aligerando y un rocío de paz moja nuestro corazón, antes reseco por el rencor, tal vez por el egoísmo de vivir absortos en "nuestro pequeño mundo" tan solo con nuestras preocupaciones.

Si, Jesús Sacramentado, yo necesito que me escuches porque me agobian muchas cosas y tengo el alma triste pero con esta oración, he sentido el dulce consuelo de tu abrazo lleno de misericordia para mi y para todos aquellos por lo que te he pedido. ¡Gracias, Señor!.

miércoles, 10 de junio de 2015

GRACIAS SEÑOR!!


Gracias Señor



Gracias Señor por lo que ignoras...

Hola Señor, soy yo ¿me recuerdas?,
estoy seguro de que sí.

Siempre te he agradecido por lo que me has dado
y siempre me has respondido cuando te lo he pedido,
pero hoy quiero agradecerte por las
peticiones que ignoras ....
así es, aunque suene extraño,
quiero agradecerte por no hacer
caso de esas peticiones absurdas
que muchas veces en momentos
tristes o angustias en mi vida he hecho.

Gracias por no darme el dinero extra
que me hubiera quitado la paz.

Gracias por no darme ese trabajo lejano
que me hubiera alejado de mi
familia.

Gracias por no darme fortunas ni fama
que me hubieran hecho y frío.

Gracias por no darme el conocimiento,
que me hubiera hecho pensar que
no te necesitaba.

Gracias Señor, pues no me das lo que
no es bueno para mí,
no me das aquello con lo que me puedo
lastimar alejar de Ti,
aunque en el momento me halla enojado.
Ahora te doy gracias,
pues no me das lo que no me es útil ...
Gracias Señor por lo que ignoras...

Tu hijo.

Amén

viernes, 29 de mayo de 2015

ORACIÓN AL EMPEZAR UN DÍA DE TRABAJO

Oración al empezar un día de trabajo

Señor, comienza un nuevo día y como siempre pongo en tus manos mi trabajo. Ayúdame a realizarlo íntegramente y con éxito mi programa de hoy.

Señor, comienza un nuevo día
y como siempre pongo en tus manos mi trabajo.
Ayúdame a realizarlo íntegramente
y con éxito mi programa de hoy.

Dame fuerza y optimismo, poder de convicción
y sobre todo constancia y entrega a mi trabajo...
además de mis éxitos......
que es fácil ofrecerte, te ofrezco también
mis desilusiones, mis esperanzas inútiles,
mis errores y mi cansancio estéril...

Convénceme Señor de que ningún trabajo es
perdido y de que mañana cosechare gozoso
los aparentes fracasos de hoy.

Te doy gracias por mi hermosa profesión que
es un servicio y te pido me ayudes a prestarlo
con integridad y alegría.

Inflama tú mis ímpetus y mi mentalidad de triunfo.
pero consérvame siempre sencillo y dispuesto al servicio,
a la colaboración y al compañerismo.

EN TU NOMBRE ME LANZO A MI LUCHA DE HOY.
Amén

lunes, 11 de mayo de 2015

HAZNOS DIGNOS, SEÑOR


Haznos dignos, Señor


Señor…

♥ Cuando tenga hambre, dame alguien que tenga necesidad de alimento.

♥ Cuando tenga sed, mándame a alguien que necesite de bebida.

♥ Cuando tenga frío, mándame a alguien para que lo abrigue.

♥ Cuando tenga un disgusto, ofréceme alguien para que lo consuele.

♥ Cuando mi cruz se vuelva pesada, hazme compartir la cruz de otro.

♥ Cuando me sienta pobre, condúceme hasta alguien que esté necesitado.

♥ Cuando tenga tiempo, dame alguien a quien pueda ayudar unos momentos.

♥ Cuando me sienta humillado, haz que tenga a alguien a quien alabar.

♥ Cuando esté desanimado, mándame a alguien a quien dar ánimos.

♥ Cuando sienta necesidad de comprensión de otros, mándame a alguien que necesite de la mía.

♥ Cuando necesite que se ocupen de mí, mándame a alguien de quien tenga que ocuparme.

♥ Cuando pienso sólo en mí mismo, atrae mi atención sobre otra persona.


Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos que, en todo el mundo, viven y mueren pobres y hambrientos.

martes, 5 de mayo de 2015

CONFÍO EN TU DECISIÓN, SEÑOR


Confío en tu decisión, Señor
Pero a veces no comprendo por qué tardas, porque estoy pidiendo cosas buenas.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net




Te pido, Señor, que termine esta crisis, que mejore la salud de un pariente, que un amigo deje de emborracharse, que lleguen a tiempo las lluvias para la nueva cosecha, que inicie la paz en tantos lugares que sufren por la guerra.

Te pido tantas cosas, para mis seres queridos y para quienes viven lejos. Te pido también para mi propia vida: paz, fortaleza, perdón, esperanza.

Pero a veces no comprendo por qué tardas, por qué no llega tu respuesta. Quisiera que tocases, que sanases, que limpiases, que concedieses eso que tanto necesitamos. Porque, espero no equivocarme, estoy pidiendo cosas buenas.

Tú, sin embargo, tienes un modo de actuar que me supera. Si no llega la lluvia, si la enfermedad avanza, si la muerte arrebata a un padre de familia, lloraré, pero aceptaré humildemente tu voluntad.

También Tu Hijo, oh Padre, te pidió que apartases ese cáliz. Luego, llegó la  hora de las burlas, de los azotes, de la condena, del Calvario. ¿Por qué? Solo lo sabremos en la mañana de Pascua.

Por eso ahora respeto, Dios mío, lo que Tú decidas. Un día comprenderé por qué esperaste, por qué permitiste una guerra injusta, por qué no bajaste a curar a aquel enfermo.

Seguiré rezando: Tú mismo nos has dicho que pidamos. Y seguiré esperando: sé que todo lo que ocurre es para nuestro bien, aunque ahora no entienda casi nada.

Como me enseña María, la Virgen humilde, y como rezamos en el Padre nuestro, acepto. “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo...”

viernes, 17 de abril de 2015

SE BUSCA UN SANTO


Se busca un Santo



Perdóname, Señor, que venga a molestarte, pero se me acaba de ocurrir una idea:

Dicen que tienes necesidad de un Santo y pienso que tal vez podría servirte yo...

Vengo, pues, a ofrecerme para tal empleo; creo que podría cumplir bien esa ocupación.

A pesar de lo que digan, el mundo está lleno de personas perfectas.

Hay muchos que te ofrecen tantos sacrificios que, para que no te
equivoques al contarlos, los marcan con pequeñas cruces en un
cuadernillo. A mí, la verdad, no me gustan los sacrificios, me fastidian enormemente...

Lo que te he dado, Señor, tú sabes bien que lo has cogido tú mismo sin pedirme permiso y, lo más que yo he hecho, ha sido no protestar...

Hay también otros que se corrigen de un defecto por semana y ¡claro! serán forzosamente perfectos al cabo de un trimestre.

Pero yo no tengo suficiente confianza en mí para hacer eso, ¿quién sabe si perseveraré al cabo de la primera semana?
¡Soy tan impulsivo, Dios mío!

Por eso, prefiero quedarme con mis defectos, aunque usándolos lo menos posible...

Las personas perfectas tienen tantas cualidades, que no hay sitio en su alma para otra cosa y por lo tanto nunca llegaran a ser Santos.

Además, tampoco tienen ganas de serlo por miedo a faltar a la humildad.

Pero un Santo, Señor, yo creo que es ser un vaso vacío, que tú llenarás de tu gracia, con el amor que desborda tu Corazón, con la santidad de los Tres...

Mira, Señor, que yo soy eso: un vaso vacío, sin nada; sólo hay un poco de fango estancado en el fondo y no está muy limpio, ya lo sé...

Pero seguro que ahí arriba tú tienes algún detergente celestial! y además, ¿para qué serviría el Agua de tu Costado sino para lavarlo antes de usarlo?

Pero si tampoco tú quieres de mí, Señor, no insistiré...

Piensa, sin embargo, en mi propuesta, que va en serio.

Cuando vayas a tu bodega a sacar el vino de tu amor, acuérdate que, en cierto lugar de la tierra, tienes un pequeño vaso a tu disposición.

Y  YO... ¿QUÉ HAGO?

domingo, 12 de abril de 2015

ATIENDE MI ORACIÓN




Atiende mi oración
Autor: J. Alonso Lockward 


Hoy que estoy triste 
y que la mente vaga en la nube 
del tiempo, 
déjame decirte que te quiero. 

Déjame reafirmar que solamente 
buscaré ser tu siervo. 
Que nada me interesa en esta tierra, 
que nada intento ser sin ti. 

Señor, 
ahora que retuerce 
mis telas interiores la tristeza, 
escucha mi oración. 

Te hablo 
desde el fondo del pez 
que me ha tragado 
y en este fango de cisterna rota, 
sin llanto y sin canción, 
con todas mis entrañas 
yo te alabo. 

Yo te alabo, Señor, 
aunque esté triste. 
Vacío de saber, 
lleno de nunca, 
lanzo el alma a tu cielo. 

Quiero que sepas
que mi amor es tuyo 
Ayer, cuando fui, 
Ahora cuando estoy 
Y mañana cuando no sé.

viernes, 27 de marzo de 2015

GRACIAS SEÑOR


Gracias Señor

Gracias Señor por lo que ignoras...

Hola Señor, soy yo ¿me recuerdas?,
estoy seguro de que sí.

Siempre te he agradecido por lo que me has dado
y siempre me has respondido cuando te lo he pedido,
pero hoy quiero agradecerte por las
peticiones que ignoras ....
así es, aunque suene extraño,
quiero agradecerte por no hacer
caso de esas peticiones absurdas
que muchas veces en momentos
tristes o angustias en mi vida he hecho.

Gracias por no darme el dinero extra
que me hubiera quitado la paz.

Gracias por no darme ese trabajo lejano
que me hubiera alejado de mi
familia.

Gracias por no darme fortunas ni fama
que me hubieran hecho y frío.

Gracias por no darme el conocimiento,
que me hubiera hecho pensar que
no te necesitaba.

Gracias Señor, pues no me das lo que
no es bueno para mí,
no me das aquello con lo que me puedo
lastimar alejar de Ti,
aunque en el momento me halla enojado.
Ahora te doy gracias,
pues no me das lo que no me es útil ...
Gracias Señor por lo que ignoras...

Tu hijo.

Amén

sábado, 15 de noviembre de 2014

GRACIAS SEÑOR...


Gracias Señor


Gracias, Señor, por ese mundo lleno de amor que sale a nuestro paso para llenar el corazón con su belleza.

Gracias por el pan que nos das para aplacar el hambre.

Por la risa del niño que se vuelve caricia. Por el mar y la nube.
Por el don de sentir a plenitud la vida.

Gracias por cada hora, aún cuando no todas sean iguales de buenas.

Gracias por el valor de la mariposa que enciende sin conciencia de su milagro, un pabilo de ensueño.

Gracias, Señor, por los espejos maravillosos del mirar de nuestros padres y nuestras mentes.

Por la amistad que prolonga ese sereno privilegio de ser hermanos.

Gracias por la lluvia fuerte, por la llovizna bienhechora, por haber puesto trinos y alas en las ramas.

Gracias por cada gota de rocío y por el arcoiris y por el árbol que madruga su júbilo en el fruto.

Gracias, Señor, por el ayer que se prendió al recuerdo. Por el hoy que vivimos y por el mañana que nos espera con sus brazos repletos de misterio.

Gracias, a través de mis labios, desde mi alma, en nombre de aquellos que se olvidaron de dártelas, en nombre de los que somos y los que seremos.

Gracias por toda la eternidad.

Amén.

sábado, 8 de noviembre de 2014

INVOCACIÓN A LA CONFIANZA


Invocación a la confianza
Autor: A. Pangrazzi 


Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está el Sol; que los desnudos árboles de otoño volverán a vestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar. 

Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco. 

Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro; ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia. 

Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones. 

Confío en tí como un niño que se siente seguro en brazos de su madre. 

Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo. Amén.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...