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domingo, 19 de mayo de 2019

COMO YO OS HE AMADO - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 19 MAYO 2019


Como yo os he amado



Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?

Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.

Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.

Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la "cultura del intercambio". Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que "el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea". La gente capaz de amar es una excepción.

Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.

Si la Iglesia "se está diluyendo" en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.

Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.



Padre José Antonio Pagola

LAS SEÑALES DE DIOS


Las Señales de Dios
Pueden ser muy claras en ocasiones y en otras puedes tardar en detectarlas. 


Por: Marlene Yañez Bittner | Fuente: Catholic.Net 




No te da el juego armado ni el tutorial paso a paso que debes seguir para ser feliz. Dios te da “señales” para que disciernas y tomes el camino que responde a su voluntad. A veces las señales son muy claras, pero en otras ocasiones te puedes tardar años en detectarlas. Así como también las señales pueden ser muy evidentes, pero simplemente no las logras ver.

“Yo le pregunté: ¿Qué debo hacer, Señor? El Señor me dijo: Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 22,10)

Lo cierto es que nada ocurre al azar en esta vida. Todo lo que sucede desde lo grande a lo pequeño pertenece al Plan perfecto de Dios, quien al darnos libre albedrío, espera que sigamos su voluntad que revela mediante esas señales.

“Reconócelo a él en todos tus caminos y él allanará tus senderos” (proverbios 3,6)

“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen” (Juan 10,27)


Pero, ¿cómo logramos verlas? Más complejo aún… ¿Cómo logramos detectar de que esas señales provienen realmente de Dios y no de otras fuentes o simplemente de nuestra imaginación? Es recurrido el comodín: “Dios me lo reveló mediante sueños y visiones”. Tampoco se trata de engañarse y de obedecer a todo que llega a nosotros o a cualquier pensamiento que se nos venga a la mente.

Seguramente hemos escuchado el relato de aquel pescador que tras el naufragio de su bote, se estaba ahogando en el mar; esperaba la ayuda de Dios, pero sólo llegó a él la ayuda de un barco pequeño, uno más grande y un helicóptero. Tras su muerte le pregunta a Dios: ¿Por qué no me salvaste cuando te pedí ayuda? Dios le contesta que aquellos salvavidas fueron enviados por Él, sin embargo el pescador no lo creyó en su momento. Y es que Dios se comunica con cada uno de nosotros sirviéndose de cualquier instrumento.

En la medida que nuestra fe sea más fuerte y mediante una vida de oración constante, podemos ir discerniendo cada vez más la voluntad de Dios. La lectura de la Sagrada Escritura, que es la palabra viva del Señor, es también el instrumento por medio del cual Dios se comunica con nosotros. Y por cierto, podemos recurrir a la intercesión de la Virgen María, pidiendo en oración que nos ayude a ver las señales que Dios va colocando en nuestro camino. Él quiere que nos abandonemos en su voluntad y confiemos en su Plan maravilloso aunque a veces resulte difícil o simplemente inimaginable.

Generalmente se trata bastante este tema en aquellas personas que sienten una inquietud vocacional respecto a la vida consagrada. Podemos recoger muchos testimonios de personas consagradas que jamás imaginaron serlo; que luego de muchas señales que Dios les enviaba pudieron responder con un Sí. Cada caso es único, pues Dios se ha manifestado en ellas de diferentes maneras; lo común de todas esas personas es su grandioso amor, pues en ellas fijó su mirada, las eligió y las llamó para servirles en su Reino. Esas personas viven en paz y con alegría, gozando de este regalo inmenso de Dios.

Sin embargo en nuestra vida cotidiana, siempre se nos presentan inquietudes de todo tipo y en toda materia. Generalmente tenemos más de un camino al que podemos optar y estamos en constante inseguridad de qué opción tomaremos. Los cristianos le pedimos ayuda a Dios y nos aferramos a la oración mientras que otros buscan respuestas en dónde por cierto, no las encontrarán. Y en este punto debemos reflexionar. ¿En dónde esperamos encontrar las señales que debemos seguir? Debemos tener presente que sólo Dios tiene ese Plan perfecto para cada uno de nosotros, un plan único e intransferible, un plan que con toda seguridad nos llevará a encontrar la felicidad. Lo demás, es fantasía, bienestar momentáneo quizás o una opción menos exigente, pero en ningún caso la voluntad de Dios y el camino a la Santidad.

Es el espíritu Santo quien nos guía para caminar en la senda que Dios nos ha preparado desde siempre. Por ello debemos invocarlo en todo momento, pidiendo que nos asista y que nos indique el camino que responde a la voluntad del Padre.

“Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”  (Romanos 8,14).

“Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu” (Gálatas 5,25)

“El Espíritu dijo a Felipe: Acércate y camina junto a su carro” (Hechos 8,29)

“El Señor iba al frente de ellos, de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego, para iluminarlos, de manera que pudieran avanzar de día y de noche” (Éxodo 13,21)

PAPA FRANCISCO EXPLICA CÓMO SE PUEDE PERDONAR Y AMAR A LOS ENEMIGOS


El Papa explica cómo se puede perdonar y amar a los enemigos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco afirmó, durante el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro del Vaticano este domingo 19 de mayo, que “la única fuerza capaz de transformar nuestro corazón es el amor de Jesús, siempre que también nosotros amemos con ese amor”.

Precisamente, es el amor de Cristo “el que nos hace capaces de amar a los enemigos y de perdonar a quien nos ha ofendido”.

“El amor que se manifiesta en la cruz de Cristo y que Él nos llama a vivir, es la única fuerza que transforma nuestro corazón de piedra en corazón de carne”, afirmó el Pontífice.

En su reflexión previa al rezo del Regina Coeli, el Santo Padre comentó el pasaje evangélico en el que Jesús, reunido con los discípulos en el Cenáculo, pronuncia su último discurso antes de su Pasión. “Después de haber lavado los pies a los Discípulos”, explica el Papa, “les dice: ‘Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Como yo os he amado, así os debéis amar también los unos a los otros’”.

Sin embargo, el Pontífice planteó la cuestión de en qué sentido Jesús dice que este mandamiento es nuevo, porque “sabemos que ya en el Antiguo Testamento Dios había mandado a los miembros de su pueblo que amaran al prójimo como a ellos mismos. Jesús mismo, a quien le preguntaba cuál era el mandamiento más grande de la Ley, respondía que el primero era amar a Dios con todo el corazón, y el segundo, amar al prójimo como a uno mismo”.

“Entonces, ¿cuál es la novedad?”, volvió a preguntar Francisco. La respuesta es que “el antiguo mandamiento del amor se ha convertido en nuevo porque ha sido completado con este añadido: ‘como yo os he amado’, ‘amaos como yo os he amado’”.

“La novedad está en el amor de Jesucristo, aquel con el que Él dio la vida por nosotros. Se trata del amor de Dios, universal, sin condiciones y sin límites, que encuentra el ápice sobre la cruz. En aquel momento de extremo abajamiento, en aquel momento de abandono al Padre, el Hijo de Dios ha mostrado y entregado al mundo la plenitud del amor”.

El Papa continuó: “Jesús nos ha amado en primer lugar, nos ha amado a pesar de nuestra fragilidad, de nuestros límites y de nuestras debilidades humanas”. “Al darnos el mandamiento nuevo, Él nos pide que nos amemos entre nosotros no sólo con mucho de nuestro amor, sino con el suyo, que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones si lo invocamos con fe”.

De hecho, “Dios nos ama mucho más de lo que podemos amarnos a nosotros mismos. De ese modo, podemos difundir por todas partes la semilla del amor que renueva los vínculos entre las personas y abre horizontes de esperanza”.

“Jesús siempre abre horizontes de esperanza, su amor abre horizontes de esperanza. Este amor nos hace convertirnos en hombres nuevos, hermanos y hermanas en el Señor, y hace de nosotros el nuevo Pueblo de Dios, es decir, la Iglesia, en la cual todos estamos llamados a amar a Cristo y en Él amarnos los unos a los otros”.

El Papa finalizó recordando que “el amor de Jesús nos hace ver al otro como miembro actual o futuro de la comunidad de los amigos de Jesús, nos estimula al diálogo y nos ayuda a escucharnos y a conocernos recíprocamente”.

“El amor nos abre hacia los demás, convirtiéndose en la base de las relaciones humanas. Nos hace capaces de superar las barreras de las propias debilidades y de los propios prejuicios. El amor de Jesús en nosotros crea puentes, enseña nuevos caminos, estimula el dinamismo de la fraternidad”, concluyó.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 5° DE PASCUA, 19 DE MAYO DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 5º de Pascua - Ciclo C
Hoy, domingo, 19 de mayo de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,21b-27):

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 144,8-9.10-11.12-13ab

R/. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

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Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (21,1-5a): 

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres: acamparé entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» 
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.»

Palabra de Dios

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

Palabra de Señor

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Comentario al Evangelio de hoy domingo, 19 de mayo de 2019
Fernando Torres cmf


Amar como él nos ama

      La comunidad cristiana es signo del cielo nuevo y de la tierra nueva de que habla la segunda lectura. Pero, ¿qué tipo de signo? ¿En qué se debe notar que somos la semilla de la nueva creación? La clave nos la da el Evangelio de Juan. Jesús está a punto de despedirse de sus discípulos y les deja un mandamiento nuevo que es como su testamento. Les dice que se amen unos a otros como él les ha amado. Ésa será la señal por la que conocerán que somos discípulos de Jesús. Así pues, lo más distintivo de los cristianos no es que nos reunamos los domingos para celebrar la misa. Tampoco el que tengamos una jerarquía con un papa, obispos y sacerdotes. Ni siquiera es nuestra característica el que celebremos siete sacramentos. Jesús no deseaba que fuésemos conocidos por ninguna de esas cosas. Jesús deseaba que los que no perteneciesen a nuestra comunidad nos conociesen por otra señal, más humilde si se quiere, pero más importante y mucho más humana: por el modo como nos tratamos unos a otros, por el modo como nos amamos y amamos a todos sin distinción. Jesús quería que nos amásemos como él nos había amado. 

      Ése es el signo que hará descubrir a los que no son cristianos que la comunidad cristiana es la semilla de un nuevo mundo. Porque sólo Dios es capaz de dar vida a ese amor fraterno que hace que todo se comparta y que todos vivan más en plenitud. Cuando los que no son cristianos nos vean amar de verdad, necesariamente han de pensar que Dios está presente en nuestra comunidad, porque las personas, por nuestras solas fuerzas, no podemos amar de esa manera. 

      ¿Es que los cristianos estamos hechos de otra madera? ¿Es que somos superiores a los demás? En absoluto. Somos iguales. Pero la presencia de Dios está con nosotros. Y cuando le dejamos actuar en nuestros corazones, experimentamos que un amor mayor que nuestras fuerzas brota de dentro de nosotros. Es el amor de Dios. Es el amor que es signo de la tierra nueva y del cielo nuevo. Es, por ejemplo, el amor con que la madre Teresa de Calcuta amó a los enfermos y moribundos. Es el amor con que muchos padres aman a sus hijos. Sin medida, sin tiempo, sin límite, con absoluta generosidad. 

      Pero como no somos superiores a los demás, a los que no son cristianos, como cometemos errores y a veces nos hacemos daño unos a otros, hay una dimensión del amor que la comunidad cristiana debe saber vivir de una manera especial. Es la dimensión del perdón, de la reconciliación. Perdonar a los hermanos –y perdonarme– es una forma de amar que reconocer la limitación propia y la supera porque el amor va más allá de los límites que marca nuestra debilidad. Vivir el perdón y la reconciliación en la comunidad cristiana es la mejor forma de dar testimonio del amor que nos une. 



Para la reflexión

      ¿Qué signo crees que es el que nos distingue como cristianos? ¿Qué tendríamos que hacer en nuestra comunidad para dar mejor testimonio? ¿Y en nuestra familia? ¿Y en el trabajo?

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 19



El pensamiento de Dios es creador, san Juan nos afirma que todas las cosas han sido hechas por el Verbo de Dios.

Cuando  Dios pensó en María, pensó en ella como Madre del Dios-Redentor y la predestinó para tan sublime misión, de suerte que María no podía existir sino tal como fue pensada por Dios: como Madre del Dios-Redentor.

Indudablemente Dios también pensó en nosotros y nos destinó a cumplir una misión en la vida; no podemos frustrar los planes de Dios. Seamos lo que Él quiere que seamos; si no, no seremos nada.
Madre digna de ser amada, Dios te hizo buena para Él y para nosotros.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 18 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 18



La conversión es más propiamente una actitud que un acto, y se asemeja a la disponibilidad de María ante el Señor.

En efecto, ella no tuvo nunca nada de que arrepentirse, pero ella estuvo siempre en actitud de disponibilidad a la voluntad de Dios, actitud que ella mismo expresó con su palabra. “He aquí la servidora del Señor”.

No te contentes tú con el primer paso de la conversión, volviendo a Dios; aspira a una conversión permanente, a ponerte de cara a Dios, sin darle ya nunca más la espalda, a estar delante de Dios siempre de pie, en disposición de escuchar siempre su Palabra.

Madre de los pobres, que yo adquiera el verdadero espíritu de pobreza evangélica que me permita volver a Dios.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 17



¡Qué triste, qué infeliz puede llegar a sentirse quien vive alejado, o al menos olvidado, de la Madre celestial! A su lado, se sienten nítidamente los latidos de su maternal Corazón y ella nos participa el suave calor de su regazo.

Vivir la vida espiritual bajo la influencia de María es comunicarle calidez, alegría y deseo de perfeccionamiento, es vivir iluminado con la luz de un ideal que sostiene todos los esfuerzos, reaviva todos los entusiasmos, alegra la vida entera.

No te alejes, no te olvides de María; antes tenla presente en todos los momentos, en todas tus empresas, en todos tus júbilos y en todas tus tristezas. Con su presencia, hasta la pena se hará más llevadera.

Madre clemente, toda llena de bondad, acompáñame, no me dejes solo.



* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 16



Todos sentimos, lamentablemente con demasiada frecuencia, la tentación de recurrir a la fuerza, a la imposición, cuando no se aceptan nuestros criterios o no se siguen nuestros pareceres, gustos o conveniencias.

Si en estos casos acudiéramos a pedir consejo a la dulce Madre del cielo, ella ciertamente nos llevaría por otros caminos: el de la bondad, el de la comprensión, el de la paciencia, el de la humildad.
Nunca se equivocan los que siguen los consejos e inspiraciones de la Madre celestial; por eso es muy conveniente preguntarse, antes de obrar, cómo obraría María Santísima.

Madre, que eres alivio en el dolor, sé tú el bálsamo en nuestras penas.


* P. Alfonso Milagro