Páginas

lunes, 25 de febrero de 2019

EL PAPA FRANCISCO INVITA A PRACTICAR LA CULTURA DE LA MISERICORDIA


El Papa Francisco invita a practicar la cultura de la misericordia
Redacción ACI Prensa





Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro este domingo 24 de febrero, el Papa Francisco invitó a los fieles, los discípulos de Cristo, a aprender bien y practicar la cultura de la misericordia.

El Santo Padre señaló que “el Evangelio de este domingo trata de un punto central y característico de la vida cristiana: el amor por los enemigos. Las palabras de Jesús son claras: ‘A vosotros que escucháis, yo os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a aquellos que os odian, bendecid a aquellos que os maldicen, rezad por aquellos que os tratan mal’”.

“No es algo opcional, es un mandato”, resaltó Francisco. “Él sabe muy bien que amar a los enemigos es algo que va más allá de nuestras posibilidades, pero para eso se hizo hombre: no para dejarnos igual que estábamos, sino para transformarnos en hombres y mujeres capaces de un amor mayor, el de su Padre y nuestro”.

Explicó que “ese es el amor que Jesús da a aquellos que lo escuchan”. “Con Él, gracias a su amor, a su Espíritu, nosotros podemos amar incluso a aquellos que no nos aman, incluso a aquellos que nos hacen el mal”.

De ese modo, “Jesús quiere que en cada corazón triunfe el amor de Dios sobre el odio y el rencor. La lógica del amor, que culmina en la Cruz de Cristo, es el distintivo del cristiano, y nos induce a ir al encuentro con corazón de hermanos”.

El Pontífice planteó de qué modo se puede superar ese instinto humano y “la ley mundana de la venganza”. “La respuesta nos la da Jesús en la misma página evangélica: ‘Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso’. Quien escucha a Jesús, quien se esfuerza en seguirlo a pesar de las dificultades, se convierte en hijo de Dios y comienza a parecerse verdaderamente al Padre que está en los cielos. Nos volvemos capaces de cosas que jamás habríamos pensado que podríamos decir o hacer”.

“No hay nada más grande y más fecundo que el amor”, aseguró el Papa. “El amor confiere a la persona toda su dignidad, mientras que el odio y la venganza disminuyen, degradan la belleza de la criatura hecha a imagen de Dios”.

“Este mandamiento de responder al insulto y al mal con el amor, generó en el mundo una nueva cultura: la cultura de la misericordia que da vida a una verdadera revolución”.

Esa revolución es “la revolución del amor, cuyos protagonistas son los mártires de todos los tiempos”.

“En ocasiones para nosotros es más fácil recordar el mal que nos han hecho y no las cosas buenas. Hasta el punto de que se vuelve una enfermedad, nos volvemos coleccionistas de injusticias: únicamente recuerdo las cosas malas que me han hecho, y ese no es el camino. Debemos hacer lo contrario, recordar las cosas buenas, y cuando alguno viene con una habladuría, hablando mal del otro, hay que contestarle: ‘sí, tal vez, pero tiene esto de bueno’. Darle la vuelta al discurso: esa es la revolución de la misericordia”.

El Papa finalizó insistiendo en que “debemos perdonar porque Dios nos ha perdonado y nos perdona siempre. Si no perdonamos del todo, no podemos pretender que seamos perdonados”.

Por el contrario, “si nuestros corazones se abren a la misericordia, si se sella el perdón con un abrazo fraterno y si se estrechan los vínculos de comunión, proclamamos ante el mundo que es posible derrotar el mal con el bien”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 25 DE FEBRERO 2019


Lecturas de hoy Lunes de la 7ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 25 de febrero de 2019



Primera lectura
Comienzo del libro del Eclesiástico (1,1-10):

TODA sabiduría viene del Señor
y está con él por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia
y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra
y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?
Antes que todo fue creada la sabiduría,
y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas
y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y sus recursos, ¿quién los conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?
Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.
Uno solo es sabio, temible en extremo:
el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes
y se la regaló a quienes lo aman.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 92,1ab.1c-2.5

R/. El Señor reina, vestido de majestad

V/. El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

V/. Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

V/. Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,14-29):

EN aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 25 de febrero de 2019
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

“Todo es posible para el que tiene fe”, contesta Jesús a la pregunta de si podía curar al niño que estaba poseído por un espíritu inmundo. El poder del Señor es eficaz, siempre lo utiliza para curar, liberar y ayudar a todo aquel que se lo pide y nunca lo usa para hacer exhibición de su condición de Hijo de Dios, pues bien sabía Él que ello podía alejar a la gente de verdadera imagen de Dios que quiere dar a conocer. Pero en esta liberación, Jesús nos enseña a confiar en el poder de la fe y en el poder de la oración cuando sus discípulos le vuelven a preguntar por qué ellos no han podido curar al niño. “Esta especie sólo puede salir con oración”, les dice.

Bastaría en nuestra oración de hoy meditar y repetir interiormente esta sentencia de Jesús: “todo es posible para el que tiene fe”. Y preguntarme en qué momento de mi vida estoy ahora; ponerme el termómetro de la fe para medir mi nivel de confianza en mi Dios y Señor, en Aquel que también quiere derramar su fuerza amorosa y su gracia en mí, para liberarme de aquellas ataduras que no me dejan ser libre, o que amargan mi existencia.

Señor, quiero vivir en la libertad de sentirme amado por ti, de saber que nada me falta si Tú estás conmigo, de sentir el alivio y la alegría que debió sentir aquel niño cuando Tú lo curaste de aquella terrible atadura. Que en esta jornada que me regalas pueda vivir todos los acontecimientos con confianza, con fe, sabiendo que, mirando la realidad con estas gafas, la mirada es más profunda, me acerco a ver cómo Tú ves los acontecimientos y a las personas. Gracias Señor por decirme hoy: “todo es posible, si tienes fe”.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

HOY CELEBRAMOS A DOS SANTOS MÁRTIRES SALESIANOS ASESINADOS EN CHINA, 25 DE FEBRERO


Hoy celebramos a dos santos mártires salesianos asesinados en China
Redacción ACI Prensa




El 25 de febrero se celebra la fiesta de los Santos Luis Versiglia y Calixto Caravario, mártires salesianos asesinados por comunistas en China. Ellos defendieron el honor y la dignidad de tres jovencitas que escaparon de ser violadas y esclavizadas. 

“El misionero que ora mucho logra mucho”, solía decir el Obispo San Versiglia. Mientras que el presbítero San Caravario, días antes de morir, le escribió a su mamá: “pasará la vida y se acabarán los dolores: en el Paraíso seremos felices. Nada te turbe, mi buena mamá; si llevas tu cruz en compañía de Jesús, será mucho más ligera y agradable…”.

Luis Versiglia nació en Italia en 1873. A los 12 años quedó fascinado con Don Bosco. Después de la muerte del Santo, decidió convertirse en salesiano para ir a las misiones.

En 1895 es ordenado sacerdote. Fue nombrado director de novicios en Roma por el Beato Miguel Rua y posteriormente lideró un grupo de salesianos que llegaron a China en 1906. Se instalaron con una obra en Macao y con un frente misionero en Heungchow.

San Luis Versiglia abrió orfelinatos y oratorios salesianos y en 1921 fue consagrado Obispo del Vicariato Apostólico de Shiuchow. Bajo su impulso se multiplicaron las casas misioneras, institutos, asilos, orfanatorios y se inició el seminario de nativos.


San Calixto Caravario, por su parte, nació en Turín (Italia) en 1903. Cuando en 1921 el joven salesiano se encontró con Luis Versiglia, le dijo: “Lo alcanzaré en la China”. Años después cumpliría su promesa, recibiendo la ordenación sacerdotal de manos del Obispo San Versiglia. Luego fue enviado a la misión de Lin-chow.

Por ese entonces la situación política en China se había vuelto tensa, especialmente contra los cristianos y misioneros extranjeros. Hasta las Iglesias eran incendiadas. De esta manera empezaron las persecuciones.

El Obispo Versiglia emprendió una visita pastoral a Lin-Chow y el P. Caravario salió a recibirlo en el camino.

El 25 de febrero los dos celebraron Misa en Ling-kong-how y luego subieron a una barca junto a dos maestros y tres jovencitas de la misión (María de 21 años, Paula de 16 y Clara de 22). En el viaje se les sumó una anciana catequista y un niño.

Un grupo de piratas comunistas les ordenó que detengan la barca y con fusiles y pistolas pidieron que los misioneros paguen 500 dólares para que puedan pasar. El Obispo le dijo a Caravario: “Diles que somos misioneros, y por lo tanto, no llevamos con nosotros tanto dinero”.

Los maleantes registraron la barca, descubrieron a las chicas, que se ocultaban rezando, y gritaron que se las llevarían. Quería violarlas y esclavizarlas.

Los santos intentaron detenerlos y les cayó una lluvia de golpes. Los dos terminaron ensangrentados y apresados con las jóvenes. Los piratas ordenaron a los demás de la barca que regresaran a Lin-Kong-How, quienes avisaron a las autoridades.

Con respecto a los misioneros, la joven María atestiguó: “Vi que don Caravario, con la cabeza inclinada, hablaba en voz baja con el Obispo”. Se estaban confesando mutuamente. “El Obispo y don Caravario nos miraban, nos señalaban con los ojos el cielo y rezaban. Su aspecto era amable y sonriente, y rezaban en voz alta”.


Mientras las muchachas eran trasladadas, se escucharon cinco disparos. Más adelante los maleantes comentaban: “todos tienen miedo a la muerte. Por el contrario, estos dos han muerto contentos”.

Días después los soldados regulares llegaron a las cuevas de los bandidos, los cuales huyeron abandonando a las jóvenes. Ellas, luego, de rodillas rezaron delante de los cuerpos mortales de los dos santos, que habían dado su vida por defenderlas.

San Juan Bosco siempre tuvo el deseo de ser misionero y en uno de sus sueños vio un cáliz lleno de sangre que hervía y se derramaba. Así comprendió que en los salesianos también habría mártires. Por eso a San Versiglia y San Caravario, primeros mártires salesianos, se les representa con un cáliz que derrama sangre.

El Beato Pablo VI los declaró mártires en 1976 y fueron beatificados en 1983 y canonizados en el año 2000 por San Juan Pablo II.