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viernes, 26 de enero de 2018

SEÑOR DE LOS ÁNGELES


Señor de los Ángeles



Sabes que cuando nos reunimos para la celebración de la Misa, escuchamos la Palabra de Dios, damos gracias al Padre, renovamos la muerte y resurrección de Jesús y comemos el Pan de Vida. Por las palabras de la consagración y la fuerza del Espíritu Santo, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. En su “Diario” santa Faustina narra lo que le pasó al ingresar en el hospital:

Esa noche la hermana que me asistía me dijo: ”Mañana, hermana, no tendrá la Comunión porque está muy cansada, después veremos”. Eso me dolió muchísimo, pero contesté con  calma: “Está bien”. Me abandoné por completo al Señor y traté de dormir. Al amanecer hice la meditación y me preparé para la santa Comunión, aunque no recibiría a mi Jesús. Cuando ardió mi anhelo y amor por Jesús, vi de repente, junto a mi cama, a un Serafín que me dio la santa Comunión y decía: “He aquí el Señor de los Ángeles”. Al recibir a Jesús, me sumergí en el amor de Dios y en el asombro .Eso se repitió durante trece días.

Por la fe y la comunión nos unimos a Jesús para vivir por él y nos hacemos hermanos entre nosotros. Jesús dijo: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». Para comulgar con provecho debes tener el corazón limpio de cualquier pecado grave y prepararte con fe. El ejemplo de Santa Faustina te aliente.



* Enviado por el P. Natalio

EL SANTO ROSARIO


EL SANTO ROSARIO



Parece curioso que una oración tan sencilla como el Rosario sea particularmente asociada a los dominicos. Pensamos raramente en los dominicanos como en personas sencillas. Tenemos la reputación de escribir obras teológicas largas y complejas. Sin embargo, hemos luchado para conservar el Rosario. Es nuestra santa herencia. (…)

Pero ¿por qué esta oración sencilla es tan amada por los dominicos? Probablemente porque en el corazón de nuestra tradición teológica reside una aspiración a la sencillez. Santo Tomás de Aquino decía que no podemos comprender a Dios por que Dios es perfectamente sencillo. (…)

Hay una sencillez falsa de la que nos tenemos que deshacer. Es la simplificación de aquellos que tienen siempre una respuesta fácil a todo, que saben todo por adelantado; o son muy perezosos o son incapaces de pensar. Hay una verdadera sencillez, la del corazón, la de la visión clara. Y nosotros sólo podemos acceder poco a poco con la gracia de Dios, acercándonos a la cegadora sencillez de Dios.

El Rosario es sencillo, en efecto, bien sencillo. Pero de una sencillez sabia y profunda a la que aspiramos y en la cual encontraremos la paz.



(Fr. Timothy Radcliffe, OP)

DIFERENCIA ENTRE APÓSTOL Y DISCÍPULO


Diferencia entre Apóstol y Discípulo



En el cristianismo, las palabras ‘apóstol’ y ‘discípulo’ a menudo se usan indistintamente, pero lo cierto es que hacen referencia a realidades diferentes. Aunque a primera vista las palabras pueden confundirse con facilidad, después de aprender sus definiciones, la distinción es clara.

La palabra ‘apóstol’ deriva del griego apostello, que significa ‘enviar’. Aunque apenas se usa en el Antiguo Testamento, sí se puede encontrar al menos 80 veces en el Nuevo Testamento. Según la Enciclopedia Católica, es probable que Jesús usara originalmente la palabra aramea seliah, que describe a “quienes eran enviados desde la ciudad madre por los gobernantes en alguna misión al extranjero, especialmente aquellos que estaban encargados de recoger los tributos que se pagaban para el servicio del templo”.

Un apóstol es alguien que es “enviado” por Dios para predicar el Evangelio por las naciones. Durante muchos siglos, la palabra se empleó exclusivamente para identificar a los 12 apóstoles que fueron enviados por el mundo por Jesús. De forma similar, san Pablo a menudo es llamado “apóstol” debido a su encargo divino recibido de Jesús.

Desde entonces, la palabra se usa a veces para grandes santos que fueron “apóstoles”, enviados de Dios para una misión específica. Por ejemplo, san Bonifacio es conocido como el “apóstol de los germanos”, debido a su obra misionera entre dicho pueblo. Aunque no fue encargado directamente por Jesús, sí siguió la inspiración divina para extender el cristianismo.

En cambio, la palabra ‘discípulo’ deriva del latín discipulus, que significa ‘estudiante’ o ‘pupilo’. Al igual que la palabra ‘apóstol’, se usa casi exclusivamente en el Nuevo Testamento. Normalmente designa a los muchos “estudiantes” que rodeaban a Jesús y aprendían con entusiasmo sus múltiples enseñanzas.

En este contexto, un discípulo de Jesús no es necesariamente alguien que es “enviado” a predicar el Evangelio por el mundo, sino una persona que está en aprendizaje constante de lo que significa ser cristiano.



© Philip Kosloski      

EL SANTO DE LA ALEGRÍA, SAN FELIPE NERI


El santo de la alegría
San Felipe Neri




San Felipe Neri (1515-1595) fue un santo muy simpático. Reunía centenares de niños desamparados para educarlos y hacerlos buenos cristianos. Estos muchachos en sus juegos hacían un ruido ensordecedor, pero Felipe sonriente les decía: "Hagan todo el ruido que quieran, a mí lo único que me interesa es que no ofendan al Señor. Lo demás no me disgusta".

Donde quiera que san Felipe Neri llegaba, se formaba un ambiente de fiesta y buen humor. Las gentes se reían de buena gana. A algunos muy serios les parecía que él debería ser un poco más mesurado y solemne. Por eso a veces se le llamaba “el bufón de Dios”. Tuvo siempre el don de la alegría. A él se le atribuye la frase: «Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía».  Un día, una señora rica se presentó delante de Felipe Neri calzada con un par de zapatos bastante elevados. Cuando le preguntó a Felipe tímidamente, temiendo una condena o una crítica, si podía andar así de engalanada, el santo se limitó a decir: «Cuide de no caerse». Y en aquel “caerse” la interlocutora entendió todo un discurso.

La expresión «Cuide de no caerse» está en la Biblia en 1 Corintios 10, 12, y es un llamado de atención a los que, con cierta presunción o vanagloria, piensan hallarse seguros en el camino espiritual, pues también ellos pueden caer, si no confían humildemente en Dios. Felipe le daba así una buena advertencia a esa dama. Que el Señor nos arraigue en la humildad.



* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 ENERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 de enero




No todos los días son iguales, ¿verdad? Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás triste, no te oprimas.

Cristo dijo que él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si vas por ese Camino, no te extraviarás; sí aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte.

Él dijo también que es la Luz del mundo; no te alejes de él y caminarás seguro, bañado por su luz.



* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO CUESTIONA: CÓMO SE PUEDE TRANSMITIR LA FE CON CALUMNIAS Y HABLADURÍAS?


El Papa cuestiona: ¿Cómo se puede transmitir la fe con calumnias y habladurías?
El Papa durante la Misa. Foto: Vatican Media



(ACI).- En una nueva Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre la transmisión de la fe y la importancia de las madres y las abuelas en la misma; sin embargo, dijo que esto no será posible si no se renuncia a las habladurías.

Al comentar las lecturas del día, el Santo Padre afirmó que la predicación “no puede ser tibia” y animó a evangelizar a través del testimonio. “La predicación es una bofetada que te conmueve y te lleva adelante”, comentó.

El Papa recordó que en lugar de amar muchas veces la gente se “despelleja”. “La lengua es un cuchillo para despellejar al otro. ¿Y cómo puedes transmitir la fe con un aire así de viciado de calumnias y habladurías?”.

“Mira, este nunca habla del otro a sus espaldas; este hace esta obra de caridad; este cuando hay alguno que está enfermo va a visitarlo, ¿porqué hace así?”, dijo sobre lo que la gente debería preguntarse de los demás.

El Pontífice subrayó que “la fe se transmite en el vientre materno, el vientre de la Iglesia” porque “la Iglesia es madre, la Iglesia es femenina. La maternidad de la Iglesia se prolonga en la maternidad de la madre, de la mujer”.

A este punto, Francisco recordó que en Albania conoció a una religiosa que durante la dictadura estuvo en la cárcel, pero cada cierto tiempo los guardias la hacían salir un poco. Ella iba a lo largo del río, mientras ellos pensaban que no podría hacer nada. Pero, contó el Papa, la monja era astuta y las mujeres le llevaban sus hijos para que los bautizase a escondidas.

“Me da tristeza cuando veo a los niños que no saben hacer la señal de la Cruz y que en lugar de hacerlo bien, saben que tienen que hacer algo y hacen algo parecido a un dibujo raro, porque les falta la madre y la abuela que les enseñe esto. Cuántas veces pienso en las cosas que se enseñan para la preparación al matrimonio, a la que será esposa, esa que será madre: ¿Se le enseña que debe transmitir la fe?”.

Al concluir, el Pontífice pidió “al Señor que nos enseñe como testimonios, como predicadores y también a las mujeres, como madres, a transmitir la fe”. 

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 26 ENERO 2018


Lecturas de hoy Santos Timoteo y Tito
Hoy, viernes, 26 de enero de 2018



Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 
(1,1-8):

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.10

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, 
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.




Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-9):
Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino.
En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros."




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 26 de enero de 2018
 Severiano Blanco, cmf


Queridos Hermanos

No es mala ocurrencia la de contemplar hoy, cerca del gran misionero de Tarso, a dos de sus numerosos discípulos y colaboradores, Timoteo y Tito. Pero es indudable que el título de “obispos”, que les conceden los libros litúrgicos, les viene muy pequeño.  Distintos en su relación con el gran difusor del cristianismo, Timoteo y Tito tuvieron en común el privilegio irrepetible, con la consiguiente responsabilidad, de ser receptores inmediatos de la herencia apostólica. Timoteo, una vez que Pablo le conquista para su  misión en Europa, será su colaborador de por vida; hasta podríamos decir su alter ego. Tito debió de acompañar a Pablo solamente una breve temporada, mientras desde Éfeso organizaba en Corinto la gran colecta para aliviar las carencias de la Iglesia de Jerusalén.

El apóstol nos dejó sus expresiones de elogio y agradecimiento para uno y otro. De Timoteo dice a los filipenses: “espero enviárosle pronto, para saber yo de vosotros y quedar tranquilo. No tengo a nadie de un espíritu como el suyo, que tan cordialmente se interese por vosotros… Ha servido conmigo al evangelio como un hijo junto a su padre” (Flp 2,19-22). Y a los de Corinto escribe: “Bendito sea Dios que pone tanto afán por vosotros en el corazón de Tito, pues aceptó mi ruego y, más solícito que nunca, por propia iniciativa, fue a donde vosotros… Es compañero y colaborador mío en lo referente a vosotros” (2Co 8,16s.23). Sin tanto frescor y lozanía, las cartas pseudónimas a Timoteo y Tito, más tardías y de índole predominante disciplinar, se hacen también eco de lo que estos “hijos verdaderos en la fe” (1Tim 1,2; Tito 1,4) significaron para Pablo. Sin duda es muchísimo lo que la Iglesia debe a estos dos santos, a su fidelidad en “guardar el depósito” (1Tim 6,20; 2Tim 1,14). Gracias a ellos permanecemos nosotros en la Iglesia “apostólica”. No es improbable que ellos mismos hayan conservado materialmente algunos de los escritos paulinos, tesoros de valor indecible para la posteridad.    

Al recordar a estos colaboradores de Pablo, la Iglesia nos invita a considerar que la misión no se agota en los apóstoles de primera hora, que ya Jesús envió a muchos más a evangelizar (“a otros 72”, el número de las naciones paganas), pues la mies es mucha… Y, junto la advertencia sobre la urgencia, se nos orienta acerca de cómo realizar la misión: 
a.- Dispuestos al martirio (“ovejas y lobos”), pues habrá que criticar a ciertos intereses opuestos al proyecto de Dios. 
b.- En gran desprovisión (“sin alforjas”), pues se trata de anunciar al Dios providente.
c.- Transmitiendo siempre paz, que es el don de los tiempos mesiánicos.
d.- En gran cercanía a los evangelizandos, participando de su mesa y de su vida.
e.- Acompañando la palabra con acciones salvíficas: mitigar el dolor y suscitar salud.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf