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viernes, 3 de noviembre de 2017

PRIMER VIERNES DEL MES DE NOVIEMBRE, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE NOVIEMBRE
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




Breve Consideración
Jesús a su hija Margarita María de Alacoque: "Así herido como me ves, me han puesto varias almas, que me acaban de maltratar por una Comunión indigna: han hecho revivir todos los dolores de mi Pasión. !Y son almas escogidas! !Mira la herida que me infieren los de mi casa y de mi pueblo! Los otros, los extraños, se conforman con flagelarme, pero éstos !ay!, lastiman mi Corazón que no ha cesado de amarles un instante".




ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR MEDIO DE LA VIRGEN SANTÍSIMA
!Santísima Virgen, Madre de Dios y querida Madre y abogada nuestra! Tus hijos, unidos en un mismo sentimiento de cariño, nos arrojamos a tus plantas deseosos de renovar el propósito de servirte con la mayor fidelidad. Te suplicamos que nos consagres, como esclavos tuyos, al adorable Corazón de Jesús, con todo lo que somos, sin reservarnos cosa alguna, pues no queremos tener otra libertad que la de amarle, ni otra gloria que la de pertenecerle en calidad de siervos y víctimas de su amor.

!Oh María, esperanza nuestra! Haz que sintamos cuán poderosa eres con el Corazón de Jesús, y acredita tu valimiento cobijándonos en él, como en mansión perpetua. Ruégale que ejercite su dominio supremo en nuestras almas, reinando por amor a nuestros corazones, a fin de que nos consuma y transforme totalmente en sí. Sea Él nuestro tesoro, nuestra delicia, nuestro amor y nuestro Todo en todas las cosas, destruyendo y anonadando en nosotros todo lo que sea nuestro, y poniendo en su lugar todo lo que es suyo. Sea Él el sostén de nuestra incapacidad, la fuerza de nuestra flaqueza y la alegría de todas nuestras tristezas.

!Oh Sagrados Corazones de Jesús y de María! Remediad todas las miserias de los nuestros, suplid por todo lo que nos falta y consumid nuestras frialdades y tibiezas, ya que ciframos nuestra felicidad en vivir y morir como esclavos del adorable Corazón de Jesús y como siervos de la dulcísima Madre. Así sea.

(De Santa Margarita María de Alacoque)



UNDECIMA PROMESA QUE SE CUMPLE EN EL MES DE NOVIEMBRE:

Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre grabado en mi Corazón y jamás será borrado de el.

Agradezcamos al Salvador tan consoladora promesa, y pidámosle que nos haga acreedores a semejante predestinación, recitando las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús:

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.


UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS LOS ASOCIADOS:

"No os arredren las contradicciones en la obra de amor y sacrificio por el  Corazón de Jesús...  El mismo Salvador me ha asegurado que reinará a pesar de las oposiciones, y no obstante sus enemigos. !Oh, sí!, el infierno no podrá nada en contra de este último esfuerzo de Jesús. !Ánimo, pues, y apresuremos la victoria de su Sagrado Corazón!

Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros 
(Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

COMUNIDAD: CAMINO COMPARTIDO


Comunidad: camino compartido



Soy parte de grupos humanos y mis tareas contribuyen a lograr los objetivos que dan sentido a la empresa. Por lo tanto es importante que aprecie y respete a todos —incluso a los más humildes— porque todos llevan adelante la organización. Y que sienta la alegría y la responsabilidad de aportar lo que me corresponde para mi propia satisfacción y la de mis compañeros. 

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen, para hacer entre todos la marcha más liviana; abrazo de miradas que se buscan, para buscar unidas la mirada de Aquel que, por nosotros, dio la vida. Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Es pensar en el otro, y en lo mejor para el otro, y pensar juntos en lo mejor de nosotros para todos los demás. Decir comunidad, es darse fuerzas entre todos. Es animarse a crecer juntos poco a poco. Decir comunidad es hablar de apertura y entrega, servicio a los demás, aprender a brindarse con generosidad. Es compartir la vida de Dios, fuente de vida, de esperanza y de amor.

El amor que pide Jesús debe llevarme a evitar en la convivencia cotidiana las faltas de aceptación e incomprensiones. El Señor me quiere ver fraterno, bondadoso, pacífico, cordial… No es fácil, pero lo puedo, si lo pido cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente con todos”. Que pases un día feliz de buena convivencia.



* Enviado por el P. Natalio

LA MUERTE ES EL COMIENZO DE LA VIDA


La muerte es el comienzo de la vida



Comencemos por decir hoy que hay muertes preciosas. Es una muerte maravillosa la de quien puede decir en ese momento: "He cumplido mi misión". Una muerte así es el comienzo de la vida verdadera. Es propiamente entonces cuando se nace. Por eso en el Martirologio, el libro donde se narra la vida de los santos y mártires, no se hace constar el día de su nacimiento, sino el de su muerte, como el verdadero día de su nacimiento, su "dies natalis".

La muerte para los buenos brilla como una estrella de esperanza. Sus frutos son la paz, el descanso, la vida. Con esta paz y serenidad murió San Juan XXIII: "¡Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor!.", decía en su lecho de muerte. Un muchacho decía a la hora de su muerte: "¡Qué bueno ha sido Dios conmigo, por haberme concedido vivir 17 años!"; y moría ofreciendo su vida por sus padres y por los que lo habían formado.

Otro decía: "No sé por qué lloran". Aquel joven moría pidiendo perdón a todos, incluso a su novia, pero la novia tuvo un gesto y unas palabras muy oportunas: "No tengo de qué perdonarte, y te lo digo delante del sacerdote, porque desde que te conocí soy más buena". ¿Lo podrías decir tú de tu novio o de tu novia?

Preguntémonos ahora la cosa más importante: ¿Cómo será mi muerte? He aquí lo importante, no el cuándo sino el cómo voy a morir. Es decir, en qué disposiciones. Aunque no podemos fijar el día, el lugar, la forma externa de morir, sí podemos fijar el cómo. Podemos preverlo: se muere según se vive. Si se vive bien, lo normal es que se muera bien; si se vive mal, lo normal es que se muera mal, si Dios no pone remedio. Si vivo bien, con su ayuda moriré bien; si vivo mediocremente, moriré como un mediocre; si vives santamente, no lo dudes, morirás como un santo.

Si desde hoy te decides a ser un buen hombre, seguro que morirás como un buen hombre, y nunca te arrepentirás; pero, si dejas ese asunto para más adelante, lo dejas para nunca. No se puede improvisar la hora de la muerte. Los dos ladrones que iban a morir, estaban al lado del Redentor, pero sólo uno de los dos compañeros de suplicio de Jesús se convirtió.

Comenta San Agustín: "Hubo un buen ladrón, para que nadie desespere; pero sólo uno, para que nadie presuma y se confíe". Hay que ser lógicos y aprovechar el tiempo. El que pasó, ya pasó, pero el que queda por delante hay que aprovecharlo con avaricia. Si muriera esta noche, ¿estaría preparado?; ¿tendría mis manos llenas, vacías o medio vacías? ¿Estaré preparado el día de mí muerte? Esta es la gran pregunta.

Podríamos terminar estas reflexiones con las palabras de un gran hombre, que todos los días medita sobre la muerte como maestra de vida: "Yo sé que toda la vida humana se gasta y se consume bien o mal, y no hay posible ahorro: los años son esos, y no más. Y la eternidad es lo que sigue a esta vida. Gastarnos por Dios y por amor a nuestros hermanos en Dios es lo razonable y seguro."

Según se vive, así se muere. Si esto es así: de los que viven santamente estamos seguros que morirán santamente. Pero de los que viven en pecado podemos estar seguros que morirán impenitentes.




Autor: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net 

SAN MARTÍN DE PORRES, 3 NOVIEMBRE

SAN MARTÍN DE PORRES
3 noviembre




El santo mulato nació en Lima en 1579 de padre español y madre panameña. De caballero y mulata nació el santo. Tardó su padre en reconocerlo pero al final asintió, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre. Son misteriosos los caminos del Señor: no fue sino un santo quien lo confirmó en la fe de sus padres. Fue Santo Toribio Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y actual patrono del Episcopado Latinoamericano, quien hizo descender el Espíritu sobre su moreno corazón, corazón que el Señor fue haciendo manso y humilde como el de su Madre. Martín aprendió el oficio de barbero y también algo de medicina. El muchacho era inteligente, y fue tal su amor por los hermanos que no tardó en aprender para poderlos servir mejor. Desde niño sentía predilección por los enfermos y los pobres en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de su Señor. A los quince años la gracia recibida y el ardor por vivir más cerca de Dios en servicio completo a sus hermanos humanos lo impulsó a pedir ser admitido como donado en el convento de los dominicos que había en Lima.

Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador. En 1603 le fue concedida la profesión religiosa y pronunció los votos de pobreza, obediencia y castidad. Hombre de gran caridad, unía a su incesante oración las penitencias más duras. Era mucho el amor, eran poco el sueño y la comida, lo sostenía la oración, la infinita misericordia de Dios. Es muy probable que haya conocido a Santa Rosa de Lima. El Señor tiene sus caminos, y los tuvo de dolor y alegría para nuestro mulato. Así nos ama el Señor, como a su Madre.

La virtud del santo, su intensa vida espiritual, sostenían su entrega, pero sin duda alguna, aquello que más recuerda el pueblo de Lima son sus numerosos milagros. A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. Otros lo vieron en dos lugares distintos a un mismo tiempo. Todos, grandes señores y hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo mulato: "yo te curo, Dios te sana" decía Martín con grande conciencia del inmenso amor del Señor que ha gustado siempre de tocar el corazón de los hombres con manos humanas.

Enfermero y hortelano herbolario, Fray Martín cultivaba las plantas medicinales que aliviaban a sus enfermos. Su amor humilde y generoso lo abarcaba todo: su amabilidad con los animales era fruto de su inmenso amor por el Creador de todas las cosas. El pueblo de Lima venera hoy su dulce y sencilla imagen, con su escoba en la mano dando de comer, de un mismo plato, a perro, ratón y gato.

Tras una vida de honda respuesta a la gracia de Dios, de intensa y perseverante entrega vividas al calor de la caridad y el sacrificio, ya a los sesenta años de edad, Fray Martín cayó enfermo y supo de inmediato que había llegado la hora de encontrarse con el Señor. El pueblo se conmovió, y mientras en la calle toda Lima lloraba, el mismo virrey fue a verlo a su lecho de muerte para besar la mano de quien decía de sí mismo ser un perro mulato, tal era la veneración que todos le tenían. Poco después, mientras se le rezaba el credo, besando el crucifijo con profunda alegría, el santo partió. Pero esta partida no lo alejó de su pueblo quien esperanzado le reza a diario aguardando su tierna intercesión y agradeciendo sus milagros. Fray Martín de Porres, el mulato "santo de la escoba" fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 3 NOVIEMBRE 2017


Lecturas bíblicas de hoy Viernes 3 noviembre 2017
Trigésima semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Hoy es: San Martín de Porres (3 de Noviembre)
“ Glorifiquemos a Dios ”




Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9,1-5

“Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.”


Salmo
Sal 147 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén


Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.



Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,1-6

“Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los maestros de la Ley y fariseos, preguntó: ¿Es lícito curar los sábados, o no? Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo: Si a uno de vosotros se le cae al pozo el hijo o el buey, ¿no lo saca en seguida, aunque sea sábado? Y se quedaron sin respuesta”.


Reflexión del Evangelio de hoy
Pablo amaba a sus hermanos


Pablo amaba a sus hermanos. La causa de su sufrimiento era ver lo equivocados que estaban, cómo se aferraban a sus “falsas seguridades.” Pablo era consciente de que la causa y raíz de lo que envenena a las personas, a los pueblos y a las naciones, y perturba la mente, es la ignorancia de la verdad. Y, no sólo su ignorancia, sino a veces hasta el desprecio y la temeraria aversión a ella.

Somos conscientes de que la ignorancia engendra errores de todo género, que penetran como peste en lo profundo de las almas y se infiltran en las estructuras sociales, tergiversándolo todo, con peligro de los hombres  y de la convivencia humana.

No tengamos miedo y no nos desanimemos por los inconvenientes, a veces incluso serios, que encontraremos al querer dar a conocer a Dios, su amor y su salvación gratuita.

San Pablo no huía de las dificultades ni de los sufrimientos, porque era muy consciente de que forman parte de la cruz que, como cristianos, debemos llevar cada día. Comprendió a fondo la condición a la que la llamada de Cristo expone al discípulo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.» Es decir, Pablo era consciente de que la evangelización y su éxito pasan por la cruz y el sufrimiento. El sufrimiento nos une a Cristo y a los hermanos, y expresa la plenitud de nuestro amor, cuya fuente, y prueba suprema, es la misma cruz de Cristo. Por ello, Pablo quería ser «por el bien de sus hermanos, un proscrito lejos de Cristo»

No perdamos de vista que la primera forma de evangelización es el testimonio de la propia vida. La santidad de vida es un don precioso que debemos ofrecer a nuestras familias, a nuestros amigos, a nuestras comunidades. Hoy más que nunca la santidad es una exigencia de perenne actualidad.

La sociedad en que vivimos tiene necesidad del testimonio claro y atrayente de una vida coherente y ejemplar.

Acojamos el don de su amor y de su verdad
A veces los hombres estamos equivocados y nuestra manera de actuar es falsa, porque no nos mueve el Amor a Dios y a los hermanos. Lo que nos mueve es la apariencia: “somos observantes de nuestros deberes religiosos”, “somos piadosos”, pero, nuestra vida interior, nuestra relación con Dios, se debilita porque nuestra vida está vacía de Amor a Dios y a nuestros hermanos.

Curando al enfermo hidrópico, Jesús nos invita a vivir en favor de los que sufren y de los que son poco valorados y apreciados. Nos invita también a “bajar” del pedestal, a vivir desde la humildad y la valentía de la bondad. Así mismo nos invita a aceptar el rechazo de los demás, actuando, a pesar de ello, con misericordia.

Debemos huir del “qué dirán”, poniendo como motivación de nuestro vivir el amor a Cristo Jesús, teniendo en cuenta que la caridad no se reduce a una simple actividad, sino que implica el don de nosotros mismos, y, esto requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia: debemos comenzar educando nuestro corazón, por medio de pequeños sacrificios cotidianos, necesarios,  pequeños gestos mediante los cuales demostramos amar a Dios y a nuestro prójimo.

Para no caer en la falsedad de los fariseos es absolutamente necesario que dialoguemos, que trabajemos por conocernos mutuamente, respetarnos, tolerarnos, aceptando nuestra diversidad, y tratando de colaborar, de todas las formas que nos sea  posible, para lograr los grandes objetivos de la humanidad, sus grandes necesidades, para que todos superemos nuestros fanatismos y, vivamos con espíritu de paz y de amor.

La finalidad fundamental del dialogo es ayudarnos a vivir en el amor y hacer que ese amor se pueda difundir por todas las partes del mundo.

La enseñanza del Señor Jesús en el Evangelio es el gran don de Dios a los hombres, es el don de Su Amor y de Su Verdad, que no podemos retener sólo para nosotros mismos, sino que debemos ofrecerlo a los demás, teniendo en cuenta que Dios nos da a todos la libertad y la luz necesarias para admitir Su Amor y Su Verdad.

Hoy celebramos con gozo  la santidad de nuestro hermano San Martín de Porres nacido en Lima en 1.579. Su vida es muy conocida, no por ello quiero dejar de resaltar que: Vivió en plenitud la caridad y la humildad alimentadas por su amor a Cristo Crucificado, sus largas horas de adoración Eucarística, el amor a la Virgen María sobre todo en su advocación del Rosario con la que conversaba amorosamente, y, también profesaba gran devoción a su Ángel de la Guarda. Su muerte acaeció el 3 de Noviembre de1.639. Gregorio XVI lo beatificó en 1.837, y Juan XXIII lo canonizó en 1,962, dándole el hermoso apelativo de "Martín de la caridad".


Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio de Santa Catalina de Siena (Paterna)

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 3 NOVIEMBRE


Los Cinco Minutos de María
3 de Noviembre





Cuando María Santísima presenció la muerte de su Hijo, no perdió la fe, no olvidó sus palabras y sus promesas; esperó su resurrección, que cambió la derrota en triunfo, las lágrimas en sonrrisas, el dolor en alegría, las tinieblas en luz.

No lo olvide el cristiano: el término final no son los brazos de la cruz, sino la gloria de la resurrección final.

Nada debe alentarse tanto en las pruebas como esta idea de luz.

"Nuestra Señora de América, que vive tu devoción, arraigada en lo 
más íntimo de su ser" (Juan Pablo II)


P. Alfonso Milagro