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martes, 13 de junio de 2017

ALABEMOS A DIOS


Alabemos a Dios



Te ofrezco hoy un himno de vibrante sonoridad y perfecto ritmo. Es un hermoso poema que nos invita a comenzar el día con alabanzas y súplicas a un Dios que salva y conforta, ayuda y consuela.

Alabemos a Dios que, en su Palabra, nos revela el designio salvador, y digamos en súplica confiada: «Renuévame por dentro, mi Señor.»

No cerremos el alma a su llamada ni dejemos que arraigue el desamor; aunque dura es la lucha, su palabra será bálsamo suave en el dolor.

Caminemos los días de esta vida como tiempo de Dios y de oración; él es fiel a la alianza prometida: «Si eres mi pueblo, yo seré tu Dios.»

Tú dijiste, Jesús, que eras camino para llegar al Padre sin temor;
concédenos la gracia de tu Espíritu que nos lleve al encuentro del Señor..

Me impresionó la súplica, “Renuévame por dentro, mi Señor”, resonancia del salmo 51 que dice: “¡Oh Dios, crea en mi un corazón puro, y renuévame por dentro con espíritu firme”. El salmo 51 es el mejor de los salmos penitenciales: cánticos adecuados para expresar al Señor nuestro sincero arrepentimiento. Profundiza, repitiéndola, la frase que más te conmovió.


* Enviado por el P. Natalio

LUZ DEL MUNDO



Luz del mundo
El amor fraternal es el gran signo del cristiano, el único testimonio que aceptan los demás, la única invitación convincente para los de afuera.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




“Vosotros sois la sal de la tierra”. “Vosotros sois la luz del mundo”. El Señor dirige estas palabras a todos los cristianos, a cada uno de nosotros.

Somos llamados a ser testigos de nuestro cristianismo en este mundo, ante todos los hombres. Y este testimonio debe realizarse no tanto en muchas palabras, sino sobre todo en nuestras acciones y obras. Porque el mundo moderno quiere que las palabras se traduzcan en hechos; los principios, en efectos; la fe y la caridad, en obras.

El mundo actual no se convertirá nunca a Dios, si no encuentra en nosotros, en nuestras vidas cristianas, un signo y testimonio de la presencia de Dios. Sabemos que después de su ascensión, Cristo no tiene ya más que una aparición posible, la nuestra. El único rostro que Él puede mostrar a nuestros contemporáneos, para llamarlos y convertirlos, es el nuestro, el de nuestras familias, el de nuestras comunidades y grupos.

Entonces, ¿cómo podemos ser luz del mundo? ¿Cómo podemos dar testimonio de Cristo en medio de los hombres?

El signo característico del cristiano auténtico es el amor, el amor a Dios y el amor a los hermanos. Seremos sal de la tierra, luz del mundo en la medida en que seamos testigos fieles del amor sin límites de Jesucristo, en nuestra propia vida.

Es la única prueba convincente de que Él sigue vivo: que nuestra comunidad cristiana, nuestras familias, cada uno de nosotros vivamos con tanto amor y entrega servicial, que los demás sientan ganas de unirse a nosotros. Que ellos sólo puedan explicarse nuestra entrega cristiana, admitiendo que Cristo se ha hecho vivo de nuevo en nosotros.

Y sabemos: El amor al prójimo es amor a Dios. Porque a partir de la encarnación de Cristo, el segundo mandamiento es semejante, es igual al primero. ¡No separemos pues el amor a Dios del amor a los hermanos!

San Juan Crisóstomo nos explica: “Quien acepta uno de los dos preceptos, observa también el otro. Ni un alma sin cuerpo, ni un cuerpo sin alma pueden constituir un hombre. Así, pues, no se puede hablar de amor a Dios, si no se tiene como compañero el amor al prójimo”.

Cuando, por eso, amamos a nuestros hermanos, estamos amando a Dios de un modo auténtico y directo. Y, además, la prueba de que amamos a Dios es que nos amamos los unos a los otros. Cristo ha revelado que tenemos las mismas relaciones con Dios que con cualquiera de nuestros hermanos. Estamos tan cerca de Dios, como de cualquiera de nuestros prójimos.

San Juan nos explica en su 1ª carta: “El que dice que ama a un Dios, a quien no ve, sin amar a su hermano, a quien ve, es un mentiroso”. El amor a Dios se presta a muchas ilusiones, a mucha imaginación. Pero el amor a nuestros hermanos es extraordinariamente realista.

Podemos saber en cualquier momento en que punto nos encontramos. Así nuestro amor a los demás es nuestra manera concreta de entrar en el amor a Dios. El prójimo es Cristo al alcance de nuestro amor. No amamos verdaderamente a Cristo, si no lo amamos en el hermano.

Ese amor fraternal es el gran signo del cristiano, el único testimonio que aceptan los demás, la única invitación convincente para los de afuera.

Queridos hermanos, tratemos de ahondar en nosotros ese amor a Dios en los hermanos, y nos haga descubrir y superar todos los obstáculos para que sea más pleno. Así nuestra vida será cada vez más sal de la tierra y luz del mundo.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo es nuestra comunidad familiar?
2. ¿La cordialidad caracteriza a nuestras relaciones?
3. ¿Soy una luz de Cristo… encendida?

ORACIÓN A SAN ANTONIO DE PADUA - PARA REZAR EL 13 DE JUNIO


Oración a San Antonio en el día de su fiesta - 13 de Junio


Trece minutos con San Antonio

Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:

Trece minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios. Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente escuchados.

Hoy que es un día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones, poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas!

Espero Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres.

Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto.

Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.

ROSARIO A SAN ANTONIO DE PADUA


Rosario a San Antonio de Padua

El rosario de San Antonio está formado por 39 cuentas distribuidas en 13 grupos de 3 cuentas. Cada grupo de 3 cuentas se inicia con una invocación y a continuación se reza un padrenuestro en la primera cuenta, un avemaría en la segunda y un gloria en la tercera. Concluidos los 13 grupos de cuentas, se finaliza el rosario con el rezo del Responsorio.

Por la señal de la Santa Cruz…

SEÑOR MÍO JESUCRISTO

Señor mio, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocaciones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados,
y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte,
y me dareis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.
Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

Abrid, Señor mis labios para bendecir vuestro Santo nombre y el de vuestra Santísima Madre, la Bienaventurada Virgen María al rezar los Trece Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de vuestro siervo Antonio, cuyas virtudes deseo, con vuestra gracia, copiar en la tierra, para después gozar de vuestra gloria en el cielo. Amen.

INVOCACIONES

1ª. San Antonio de Padua, apóstol por la Fe, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
2ª. San Antonio de Padua, Patriarca por la Esperanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
3ª. San Antonio de Padua, serafín por la Caridad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
4ª. San Antonio de Padua, que practicasteis la Mansedumbre y la Humildad de Jesús, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
5ª. San Antonio de Padua, ángel por la Castidad, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
6ª. San Antonio de Padua, prodigio de Penitencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
7ª. San Antonio de Padua Espejo de Obediencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
8ª. San Antonio de Padua, mártir por la Paciencia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
9ª. San Antonio de Padua, querubín por la Oración, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
10ª. San Antonio de Padua, celador de la Justicia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
11ª. San Antonio de Padua, dechado de Templanza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
12ª. San Antonio de Padua, perla de Pobreza, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.
13ª. San Antonio de Padua modelo de Constancia, ruega por nosotros. Padrenuestro, avemaría y gloria.

LAS TRES AVEMARÍAS

1ª. Virgen purísima antes del parto, ruega por nosotros. Avemaría.
2ª Virgen purísima en el parto, ruega por nosotros. Avemaría.
3ª. Virgen purísima después del parto, ruega por nosotros. Avemaría.

RESPONSORIO DE SAN ANTONIO

Tomando la medalla del Santo en la mano se concluye el rosario rezando el Responsorio y Oración de San Antonio.

Si buscas milagros, mira:
Muerte y error desterrados,
Miseria y demonio huidos,
Leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

El peligro se retira,
Los pobres van remediados;
Cuéntenlo los socorridos,
Díganlo los paduanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ruega a Cristo por nosotros, Antonio divino y santo, para que dignos así de sus promesas seamos.

ORACIÓN FINAL

Haced, oh Señor, que la intercesión de vuestro Confesor San Antonio, llene de alegría a vuestra Iglesia, para que siempre sea protegida con los auxilios espirituales y merezca alcanzar los eternos gozos. Por Cristo, nuestro Señor. Amen.

HOY CELEBRAMOS A SAN ANTONIO DE PADUA, 13 DE JUNIO


San Antonio de Padua
13 de Junio



Nació en Lisboa, en 1195. Santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Su nombre de nacimiento era Fernando Martins; era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y de María Taveira.

Estudió en la escuela catedralicia, donde un tío suyo era maestrescuela; más tarde, en torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí tuvo como maestros al propio prior, Pedro, y a un hombre de amplios conocimientos como Petrus Petri. Pero su familia y amigos no aceptaron su vocación y trataron de hacerle abandonar.

Para evitar estas presiones renunció a la herencia familiar y se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, importante centro de enseñanza religiosa que contaba con una gran biblioteca. En este otro lugar recibió la influencia de la escuela teológica de San Víctor (París) a través de profesores que habían estudiado allí. Tampoco en Coimbra encontró tranquilidad, pues el monasterio se vio afectado por el enfrentamiento entre el rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III: su propio prior, Juan, fue excomulgado por apoyar al primero.

Hacia 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais, y se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza. Cuando poco después llegaron a su monasterio restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, decidió ingresar en la nueva orden, que a causa de su reciente creación aún estaba poco extendida y carecía del prestigio que alcanzaría más adelante. Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano (verano de 1220), en la que cambió el nombre de Fernando por el de Antonio (el eremitorio de Olivais estaba dedicado a San Antonio Abad), símbolo de su cambio de vida.

Tras un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, parece que en otoño de ese mismo año embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden, fray Felipe de Castilla, para alcanzar él mismo el martirio. Sin embargo, al poco de desembarcar contrajo la malaria, enfermedad que le dejaría secuelas para toda la vida; convaleciente todo el invierno, se vio obligado a abandonar el país.

Su intención era ahora llegar a las costas españolas y desde ellas volver por tierra a Portugal, pero una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia. Permaneció algún tiempo en Milazzo (costa noreste de la isla), donde había una comunidad franciscana, para completar su recuperación. En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís ("capítulo de las Esteras", que convocó a 3.000 franciscanos); allí conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coimbra para ponerse al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña (circunscripción franciscana que abarcaba todo el norte de Italia).

Éste lo envió durante un año al eremitorio de Montepaolo (cerca de Forli) para que se fortaleciese antes de encomendarle alguna misión de apostolado. A mediados de 1222, ya con buena salud, predicó en la catedral de Forli (sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad) con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos.

Su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Recorrió así, enseñando, numerosos lugares. Su labor catequética en Rímini en 1223, por ejemplo, fue difícil, pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, logrando convertir entre otros a Bononillo, obispo cátaro. A finales de este año o principios de 1224 estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de Santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden, recibiendo para ello el permiso de San Francisco, que le escribió una carta llamándole "mi obispo".

Hacia 1224 o 1225, sus superiores lo trasladaron al sur de Francia, donde los albigenses tenían más fuerza que en Italia. Su método para combatir la herejía consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos. Prosiguió su enseñanza teológica en Montpellier (donde se formaban los franciscanos y dominicos que iban a predicar en la región) y Tolosa (ciudad con fuerte presencia albigense), además de ser guardián del convento de Le Puy-en-Velay (al oeste de Valence y Lyon) y, desde el capítulo de Arlés de 1225, custodio de Limoges. Como tal estableció la residencia de los franciscanos de la ciudad en una antigua ermita benedictina y fundó un convento cerca de Brieve.

A finales de 1225 participó en el sínodo de Bourges, que examinó la situación de la región. San Antonio de Padua señaló a los prelados la necesidad de vivir sencillamente para dar ejemplo; el obispo de Bourges, Simón de Sully, respondió a sus palabras y aplicó en lo sucesivo la reforma de costumbres, ayudándose de franciscanos y dominicos para la evangelización de su diócesis.

La muerte de San Francisco el 3 de octubre de 1226 le obligó a viajar a Asís, como custodio de Limoges, para asistir al capítulo general que debía elegir nuevo ministro general; éste tuvo lugar el 30 de mayo de 1227, siendo elegido fray Juan Parenti. Buen conocedor de la valía de Antonio, le nombró provincial de Romaña. Muy querido por sus frailes, recorrió los lugares de su provincia donde había conventos franciscanos; uno de ellos fue Vercelli, donde predicó en la catedral con gran impacto y conoció al teólogo y canónigo regular Tomás Galo.

También por entonces debió estar durante estancias largas en Padua, donde fundó una escuela de franciscanos y comenzó a escribir una serie de sermones. Fruto de su labor fue el aumento de las misiones de predicación y la fundación de numerosos conventos. En el capítulo general de 1230, reunido con ocasión del traslado de los restos de San Francisco a su basílica de Asís, pidió a Parenti que le retirase el cargo, a causa de su mala salud.

El general aceptó su renuncia a cambio de formar parte de una comisión que debía presentar al papa Gregorio IX varias cuestiones sobre la regla franciscana que el pontífice debía estudiar y aprobar. Ante él y la curia romana predicó por entonces Antonio, siendo escuchado con entusiasmo: el papa lo llamó "Arca del Testamento". Es posible que colaborase en la redacción de la bula Quo elongati, respuesta a los problemas planteados por la orden al pontífice.

Después marchó al que sería su último destino, Padua, en la que se entregó con tal ardor que en lo sucesivo a su nombre quedaría asociado el de la ciudad: Antonio de Padua. Se instaló primero en la capilla de la Arcella, junto al convento de clarisas, pero solía predicar en el convento franciscano de Santa María, extramuros de la ciudad.

Escribió, por petición del cardenal Reinaldo dei Segni (el futuro Alejandro IV), una serie de sermones según las fiestas del año litúrgico y predicó hasta el agotamiento la Cuaresma de 1231; a sus sermones diarios asistió gran parte de la ciudad y consiguió del Consejo Mayor de la ciudad la liberación de los deudores presos por no tener medios con qué pagar sus deudas (origen del "Estatuto de San Antonio"). Poco después, el podestá Esteban Badoer le rogó que solicitase al poderoso Ezzelino IV da Romano la liberación de varios nobles paduanos que tenía prisioneros; de este modo, viajó a Verona y se entrevistó con Ezzelino, aparentemente sin éxito, si bien unos meses después de la muerte de Antonio acabaría por ceder.

En mayo, habiendo empeorado su salud por el viaje, se retiró al cercano lugar de Camposampiero para descansar y terminar de escribir los Sermones. Pero la gente tuvo conocimiento del lugar en que estaba y acudió en masa a oírle y pedirle consejo. El viernes 13 de junio sufrió un colapso y, ante el próximo fin, pidió que le trasladasen a Padua. Así se hizo, aunque para evitar las multitudes se detuvieron en la Arcella, donde murió Antonio esa misma tarde tras recibir la extremaunción y recitar los salmos penitenciales. No tenía aún cuarenta años, y había ejercido su intensa predicación poco más de diez.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, dejó varios tratados de mística y de ascética y se publicaron todos sus sermones. Un año después de su muerte fue beatificado. Su culto, muy popular, se generalizó a partir del siglo XV. Su representación más valiosa se debe a Goya, quien lo plasmó en San Antonio de la Florida. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946. Su fiesta se celebra el 13 de junio.

CONOCE A SAN ANTONIO DE PADUA


Conoce a  San Antonio de Padua


(Lisboa, hacia 1195 - Arcella, junto a Padua, 1231) Santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Su nombre de nacimiento era Fernando Martins; era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y de María Taveira.

Orador sagrado, fundador de hermandades y de cofradías, teólogo y hombre de gobierno, dejó varios tratados de mística y de ascética y se publicaron todos sus sermones. Un año después de su muerte fue beatificado. Su culto, muy popular, se generalizó a partir del siglo XV. Su representación más valiosa se debe a Goya, quien lo plasmó en San Antonio de la Florida. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946. Su fiesta se celebra el 13 de junio.

Se le llama el "Milagroso San Antonio" por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte.  Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia.  La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

Por regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. 

 En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras.  En ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real.

San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama "pan de San Antonio"; esta tradición comenzó a practicarse en 1890.  No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la "Chronica XXIV Generalium" (No. 21):  un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.

10 DATOS DE SAN ANTONIO DE PADUA QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS


10 datos de San Antonio de Padua que tal vez no conocías




 (ACI).- "Si predicas a Jesús, Él ablanda los corazones duros; si lo invocas, endulzas las tentaciones amargas; si piensas en él, te ilumina el corazón; si lo lees, te sacia la mente", recomendaba San Antonio de Padua.

Conoce diez datos curiosos de uno de los santos más queridos y populares entre los católicos.


1. No se llamaba Antonio, no nació en Padua ni era italiano
Nació en Lisboa, Portugal, en 1195. Se llamaba Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo. A los 25 años adoptó el nombre de Antonio cuando se hizo franciscano.

2. Fue agustino antes de ser franciscano. 
A los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín. Diez años después ingresó a los Frailes Menores Franciscanos.


3. Pudo ser mártir 
Decidió ingresar a los Frailes Menores para predicar a los sarracenos y estaba dispuesto a morir por amor a Cristo. Se fue a Marruecos, pero una severa enfermedad lo obligó a retornar.

4. Era un gran predicador
Tenía una voz clara y fuerte, talante imponente, memoria prodigiosa y un profundo conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros.

5. Lleva un Niño Jesús en brazos por una aparición
Fue testigo de una aparición del Niño Jesús a quien sostuvo en brazos.

6. Su milagro más famoso permitió que un hombre recupere un pie amputado 
En Padua, un joven de nombre Leonardo, en un arranque de ira, pateó a su propia madre. Arrepentido, le confesó su falta a San Antonio quien le dijo: "El pie de aquel que patea a su propia madre, merece ser cortado." Leonardo corrió a casa y se cortó el pie. Enterado de esto, San Antonio tomó el miembro amputado del joven y milagrosamente lo reunió al cuerpo.

7. Lo conocen como el santo más milagroso
Su fama de obrar actos prodigiosos nunca ha disminuido y aún en la actualidad es reconocido como el más grande taumaturgo de todos los tiempos.


8. Es conocido como “el Santo de todo el mundo”
León XII lo llamó “el Santo de todo el mundo” porque por todas partes se puede encontrar su imagen y devoción. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.

9. Acuden a él para pedir un buen esposo o esposa 
Por esta razón algunas personas llegan a poner su imagen de cabeza, pero esto es una superstición y una práctica no cristiana.

10. Su canonización fue la más rápida de la historia
El Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232.

JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 13


Día 13: Ocasiones peligrosas.


Hasta ahora hemos tomado del Corazón de Jesús aquellas palabras que condenan el pecado. Ahora Jesús quiere sugerirnos también el medio con el que podemos evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria. ¿Quieres huir del pecado? Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confiésate, pero si no huyes de las ocasiones peligrosas todo será tiempo malgastado. ¿Cuáles son las compañías que frecuentas? ¿Quizá se encuentran allí personas con las que permites confidencias que hacen llorar a tu ángel custodio? ¿Se encuentra acaso alguna persona que te insinúa dudas sobre la fe, que susurra palabras que repugna oírlas, que te aleja de tus prácticas de piedad?
¿Cuáles son tus diversiones? ¿Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la vergüenza, donde las pasiones se levantan impetuosas?

P. León Dehon

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 13 DE JUNIO DEL 2017


No sólo me invitas a ser luz, me dices que soy luz
Evangelio según San Mateo 5, 13-16. X Martes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ante los caminos obscuros de la vida; ante aquellos callejones sin salida… ante todo aquello, sé Tú mi luz.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
A veces no es fácil comprender que soy más feliz, no cuando obtengo algo para mí, sino cuando doy algo de mí…; cuando me doy a mí mismo es entonces cuando soy feliz.
Dar aun cuando no se tiene; consolar aun cuando no hay nadie que me consuele; hacer reír cuando por dentro lo único que quiero es llorar; es lo que me hace feliz… sé que no es fácil de explicar.
Me invitas a ser luz de este mundo. A iluminar los caminos obscuros; descubrir los tesoros escondidos… Me invitas a ser luz para alumbrar aquella imagen que ya en sí es bella sólo para resaltar su belleza. Como luz al final del túnel que indica una salida… un lugar a donde hay que llegar.
Señor, no sólo me invitas ser luz; me dices que soy luz. Luz que debe estar apagada…luz que necesita estar encendida para guiar, para reconocer… para caminar, para iluminar. Luz que no se ilumina a sí misma, sino que sale de sí, se dona, se da.
Sé Tú mi luz, Señor, para que yo pueda ser luz. Tú eres esa luz que no sólo se necesita para vivir… sino para realmente vivir, para ser feliz.
"Estas palabras subrayan que nosotros somos reconocibles como verdaderos discípulos de Aquel que es la Luz del mundo, no en las palabras, sino de nuestras obras. De hecho, es sobre todo nuestro comportamiento que —en el bien y en el mal— deja un signo en los otros. Tenemos por tanto una tarea y una responsabilidad por el don recibido: la luz de la fe, que está en nosotros por medio de Cristo y de la acción del Espíritu Santo, no debemos retenerla como si fuera nuestra propiedad. Sin embargo estamos llamados a hacerla resplandecer en el mundo, a donarla a los otros mediante las buenas obras. ¡Y cuánto necesita el mundo de la luz del Evangelio que transforma, sana y garantiza la salvación a quien lo acoge! Esta luz debemos llevarla con nuestras buenas obras."
(Ángelus de S.S. Francisco, 5 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Intentaré hoy ser luz para aquellos que me rodean poniéndome a su servicio en alguna necesidad que tengan.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 13 DE JUNIO


Nardo del 13 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, obediente hasta la muerte!

Meditación: La oscuridad del Huerto parece que se hace más espesa…y allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza. La Sangre Bendita cae sobre la roca fría, y hasta parece una alegoría, el corazón del hombre endurecido cual piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el Llanto Santo que del pecado nos limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo decir: "Padre, si es posible que pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu Voluntad y no la Mía". La Oblación de Amor ya ha sido dada…se entrega el Hijo…se desgarra el Padre… "por Amor, a Su propio Hijo entregó". La Voluntad de Nuestro Unico y Trino Dios es dar todo por amor. Si, por amor a esta pobre criatura que soy yo, que tantas veces lo negó, que solo quiere bien vivir, y que me sirvan a mí, que no me importa conocerlo y que con mis miserias y egoísmos he construido ídolos en el lugar del Santo Templo.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Pidamos al Señor vivir cumpliendo Su Santa Voluntad, y aprender a amar. Leamos y reflexionemos la Primera Carta a los Corintios, 13.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE JUNIO


Los cinco minutos de María
Junio 13



“Te saludamos, oh María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se pude extinguir; corona de la virginidad, cetro de la fe ortodoxa, templo incorruptible, lugar del que no tiene lugar, por quien nos ha sido dado Aquel que es llamado bendito por excelencia y que ha venido en nombre del Padre.

Por ti la Trinidad es glorificada, la cruz es celebrada y adorada por toda la tierra; por ti los cielos se estremecen de alegría, los ángeles se regocijan, los demonios son puestos en fuga, el demonio tentador cae del cielo y la criatura caída es puesta en su sitio”
 (San Cirilo).

Santa María, socorro de los necesitados, extiende tu mano a los que necesitan de ti.


* P. Alfonso Milagro

NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DEL 14 AL 22 DE JUNIO 2017

NOVENA MEDITADA
 AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




DÍA PRIMERO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.


BREVE  REFLEXIÓN
Nos asomamos con esta novena a tu sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de tu Corazón una vez más!

Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que quieres vivir y habitar permanentemente dentro de nosotros, porque tú nos comprendes, conoces nuestra fragilidad, conoces nuestros más íntimos deseos de adorar, corresponder y reparar, y de amar a nuestro prójimo. Tú sabes qué difícil esto resulta a veces. Tú conoces tantos corazones secos y arrugados porque se han cerrado al amor gratuito del Padre, porque han hecho una fe al margen de la que Tú, a través de la Iglesia, nos has donado.

Jesús, tan divino porque tu costado traspasado sigue día a día, hora a hora, segundo a segundo, derramando el agua para purificarnos y la Sangre para salvarnos.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
¡Dulzura del Corazón de Jesús! ¡Penetra nuestro corazón! Ablándanos para que creamos en tu presencia, dulcifícanos para acoger tus inspiraciones en estos días de novena y toda nuestra vida, para acoger por igual a cada hermano, penétranos de tu amor, ternura y dulzura para querer amar y reparar tu Corazón por tantas ofensas, ingratitudes, omisiones e indiferencias hacia Ti y Tu Iglesia.


ORACIÓN FINAL AL PADRE  ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!




DÍA SEGUNDO
 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este segundo día de la novena a Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano porque tuviste una Madre como nosotros, tan divino porque has hecho a María, Madre de Dios y Madre nuestra.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Humildad del Corazón de Jesús ¡Anonada mi corazón! La manera de La Virgen es hacer silencio y escuchar, la manera tuya en los albores de la Pasión fue silenciar ante el insensato Herodes, y sentenciar ante Pilatos: “Tú lo has dicho: Yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad” (Jn 18, 36-37).

A nuestro orgullo y amor propio les da miedo anonadarse, silenciarse, humillarse. En la familia, en el trabajo, con los amigos o enemigos, si los tuviéramos. Tú desde la Eucaristía silencias y ahí estás anonadado, pero… ¡cómo nos hablas! Ayúdanos a ser humildes ante Ti, ante los demás, ante nosotros mismos y así ofrécenos al Padre para reparar, agradarte y amar en verdad.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!



DÍA TERCERO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este tercer día de la novena a tú sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de tu Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que nos enseñaste que no viniste a ser servido, sino a servir (Mt 20,28), tan divino que como Sumo y Eterno sacerdote no dejas de servirnos en nuestras muchas y pobres necesidades. Siempre estás con nosotros, en el Papa, en tus pastores, sacerdotes, en cada uno de nosotros miembros de tu Cuerpo Místico.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Reino del Corazón de Jesús ¡Establécete en mi corazón! Tú nos dices que aquel que no cumpla lo más pequeño de la Ley del amor que nos enseñaste, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Tú mismo, Jesús, vivo, presente y resucitado eres aquí y ahora el Reino de los cielos. “Será el más pequeño”… pero no echado, ni desechado. Porque Tú eres así de magnánimo, incapaz de contradecirte a Ti mismo, Dios de amor y verdad. Y también nos dijiste que el que viviera y cumpliera con amor la Ley de plenitud que nos trajiste, ¡ese será grande en el Reino de los cielos! Esto te pedimos, ser grandes en el Reino de Tú Corazón, sabiéndonos niños y pequeños ante Ti. Ayúdanos a crecer en nuestra vida interior, tu misma vida en nosotros; ayúdanos a tomarnos en serio la vida espiritual, a vivir y necesitar de Ti en tus sacramentos, a perseverar día a día en nuestra vida de piedad, sólo así Jesús, Tu Reino se establecerá en nuestros corazones.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías, Gloria.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!



DÍA CUARTO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este cuarto día de la novena a Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que aun viendo la huella del Padre en cada criatura, viviste rodeado del pecado y de la obstinación del mal. Tan divino que nos enseñaste a no juzgar, a ser compasivos y misericordiosos, a que nunca hay ‘nuncas’ Contigo, ni con el Padre. En Ti, siempre hay ‘siempres’, siempres para levantarnos, siempres para buscar tu perdón, siempres para ser prontos a perdonar, siempres para pedir perdón, siempres para disculpar, siempres para callar la crítica, siempres para nunca hablar mal de nuestros hermanos.

Nosotros, como Tú, también vivimos rodeados del pecado de una sociedad mortecina, triste, dividida y sin referente de eternidad. Del pecado de una Iglesia que es Madre y Maestra, pero también pecadora en muchas partes de Su Cuerpo. Te pedimos que aún en medio de la verdad del mal, nos eleves la mirada para saber mirar desde la tuya.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Hermosura del Corazón de Jesús ¡Cautiva mi corazón! Cautiva nuestros corazones, no para mirar a otro lado, sino para saber descubrir la inmensidad de la belleza escondida en nuestra Fe, en nuestra Iglesia, en cada persona, en nosotros mismos. Cautívanos, Tú que eres el más hermoso de los hombres, cautívanos desde la fealdad aparente de tu cruz, como desde la eternidad aún velada a nuestros sentidos, pero no a nuestras almas.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías, Gloria.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!




DÍA QUINTO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este quinto día de novena a las puertas de Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que te quedaste tres días en el templo sin avisar a tus padres, “porque estabas en las cosas de Tu Padre”. Tan divino, porque de esa forma misteriosa abriste aún más los ojos de la Fe a José y a María, ellos, al asomarse a Tu Templo y encontrarte allí y, escucharte… Se les debió abrir los ojos y oídos interiores para ver y descubrir ¡A la Trinidad misma! Quizá por eso: “María meditaba y guardaba todo en su corazón”.

Tu Corazón, ya desde Niño nos enseña la obediencia interior, esa que va más allá del propio estado de vida; esa obediencia dócil, discreta y humilde que busca solamente agradar al Padre, -“Porque tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará”-. Esa obediencia positiva que nace por amor, para amar y desde el amor. La obediencia sujeta y sometida llanamente al depósito de la Fe recibida. La obediencia que Tú nos muestras es muy amable a los ojos de Dios, quizá incomprensible a los ojos humanos.

La obediencia del detalle; la obediencia del corazón paciente; la obediencia del corazón que no busca imponerse; la obediencia del corazón abierto a otras posibilidades y perspectivas.

La obediencia del corazón reparador, sensible a tus dolores y a nuestro pecado. La obediencia que escucha a Tú Corazón y a su conciencia. Porque Dios, Tú Padre, Nuestro Padre, siempre renueva y nos regenera con su novedad inspiradora.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Obediencia del Corazón de Jesús ¡Somete mi corazón! Ayúdanos como a María a sumirnos en Tú Corazón y desear abandonarnos a tus designios tan personales sobre cada uno:
Amar a Jesús como María,
Dios en Ella y Ella en Dios
Sin más seña de identidad que su fe,
Sin más norma ni ley que el amor.
La norma sin amor… mera tradición.
La Madre de Dios entre los hombres paseaba,
Nadie… de Ella se admiraba,
Solo Dios, solo Dios.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías, Gloria.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!


DÍA SEXTO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este sexto día de la novena a las puertas de Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que nos enseñas el Reino de los cielos en parábolas, con el lenguaje de la creación, echando mano del día a día, de la realidad de quienes te escuchaban. Tan divino que tus palabras engendran vida, y vida eterna. Elevas a los incultos e ignorantes llenos de sencillo espíritu y muestras su ignorancia a los eruditos sin espíritu.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Sabiduría del Corazón de Jesús ¡Conduce mi corazón! Tu sabiduría es la escuela de la cruz, la que mana de tu Costado abierto, condúcenos ahí, enséñanos a contemplar y escuchar la verdadera sabiduría, esa que minimiza y ridiculiza nuestras más íntimas pasiones contrarias al espíritu de Dios; esa sabiduría que nos amansa, llena de gozo y conforma plenamente a Tu Voluntad. La sabiduría del que perdiendo en lo humano, lo gana todo. La sabiduría del corazón que relativiza lo inmediato y antepone la vida interior al mundo exterior. La sabiduría del corazón apóstol que se abandona en la aparente pasividad aguardando tu iniciativa y se presta a sembrar para que sólo Tú coseches y salves a las almas para llevarlas al cielo, a Tú cielo. La sabiduría del corazón que busca que prevalezca el ser en Dios, antes que el hacer ante los hombres.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!


DÍA SÉPTIMO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este séptimo día de la novena a las puertas de Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que al ver el cortejo fúnebre del hijo de la viuda de Naim, te conmoviste, sentiste compasión y así te mostraste ¡Tan divino! que sólo Tú podías realizar el milagro de resucitarle.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Misericordia del Corazón de Jesús ¡Perdona mi corazón! Perdónanos cuando nos mostramos inmisericorde, tu misericordia no conoces límites, más aún comienza donde acaba el límite del mal. Ayúdanos a no temer mostrarte un corazón contrito y humillado, porque tú no lo desprecias. Enséñanos el camino de la misericordia redentora y no permitas que nos salgamos de esa senda, sólo así podremos ser instrumentos dóciles en tus manos, sólo así repararemos tu Corazón dolido y mostraremos la alegría de Tú rostro a quienes aún no te conocen.


ORACIÓN AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!




DÍA OCTAVO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestros Párrocos y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este octavo día de la novena a las puertas de Tú Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tú Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que tus silencios siempre muestran la verdad. Aquella mirada silenciosa entre tu Madre y tú cuando exclamaste: “Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan” (Lc 11, 27-28), porque sin duda, mirarías a Tú Madre aunque fuera de soslayo, no preocupado por Ella, pues ya sabía en Quien había puesto toda su confianza, ni Ella preocupada por las miradas ajenas, ya te conocía, no le importaba quedar en segundo plano. Tan divino que desde el silencio de la Eucaristía nos hablas y transformas.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Silencio del Corazón de Jesús ¡Habla a mi corazón! Muchas veces silencias en nuestras almas tu divina presencia, así nos enseñas lo que dijiste a la Samaritana: “Dios es espíritu” y aquello de que “Dios busca adoradores en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23-24). Enséñanos a escuchar a Tú Corazón, háblanos y conviértenos en adoradores humildes poniendo todo nuestro espíritu al servicio de Tú verdad. Fortalécenos pues tú mejor que nadie sabe cómo somos, cómo arrastramos las heridas del pecado original, cómo nos alejamos cuando atisbamos a algo o a alguien de espíritu elevado, no permitas que el demonio tire de nosotros hacia abajo, ennoblece nuestro corazón y háblanos, grítanos de esa forma suave que sólo Tú sabes para transformar nuestro corazón y hacerlo semejante al Tuyo.


ORACIÓN FINAL AL PADRE ETERNO
Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén. 

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!



DÍA NOVENO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA
Ven, Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con Él, por la Redención del mundo. ¡Señor mío y Dios mío Jesucristo!, por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino. Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por nuestro Párroco y sus intenciones.


BREVE REFLEXIÓN
Nos asomamos este último día de la novena a las puertas de Tu Sagrado Corazón ¡Ábrenos las puertas de Tu Corazón una vez más! Jesús, tan humano y tan divino. Tan humano que no dudaste en echar a los vendedores y farsantes de Tu templo, de la Casa de Tu Padre. Tan divino que sólo Tú puedes tolerar y perdonar tantos sacrilegios, infidelidades, mentiras, saqueos, manipulaciones de tus hijos y hermanos redimidos. 

En estos tiempos de zozobra para la humanidad, donde aún permanece la oscuridad del pecado en el seno de Tu Iglesia. Donde la mediocridad, la acedia y la tibieza dominan a tantos corazones buenos de católicos, pero fríos en su piedad y amor a Ti, ¡muéstranos el verdadero celo de Tú Corazón! En estos tiempos donde el sentido de lo sagrado, la verdadera religiosidad la viven unas minorías, revélanos la ciencia del verdadero celo por el amor al Padre, por el ansia de eternidad, abominación del pecado y deseo sincero de salvación eterna en correspondencia y gratitud a tanto amor tuyo.


DE LAS INVOCACIONES AL CORAZÓN DE JESÚS
Celo del Corazón de Jesús ¡Devora mi corazón! Aquí nos tienes, que Tu celo lleno de santidad, mansedumbre, coherencia, valentía y humildad nos devore. Destierra de nuestros espíritus la somnolencia e incredulidad ante el mensaje del Evangelio. Sacúdenos con tu amor y alegría llena de paz para entregarnos de veras a Ti y a Tu obra redentora. No sólo nos has redimido, en tu magnanimidad sin límites, nos has hecho poderosos en el orden de la Gracia, nos asocias a Tu intercesión constante, y a la de tu Madre María. Concédenos la Fe para creer y renovarnos en las Promesas de tu Sagrado Corazón. Sacúdenos para que seamos sin complejos devotos de tu Sagrado Corazón y extender la verdad de Tu Reinado. Señor, que la presencia de tu Corazón nos abrase en amor a Ti y a la salvación de la humanidad.


ORACIÓN AL PADRE ETERNO
¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena- Tres Padrenuestros y Avemarías.

Sagrado Corazón de Jesús ¡En Vos confío!
Inmaculado Corazón de María ¡Sé la salvación mía!