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miércoles, 24 de agosto de 2016

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO 2016 - EL ENCUENTRO DE JESÚS CON NATANAEL



El encuentro de Jesús con Natanael
Solemnidades y Fiestas


Fiesta Bartolomé apóstol. Bartolomé permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús... ¡alabándole! 


Por: P Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: Aquel de quien escribieron Moisés y la Ley y los Profetas lo hemos encontrado: a Jesús, hijo de José, de Nazaret. Natanael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y verás. Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño. Natanael le contesta: ¿De qué me conoces? Jesús le responde: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natanael respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Jesús le contestó: ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores. Y le añadió: Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.

Oración introductoria
Jesús, eres el hijo de Dios, el rey de mi vida y mi mejor amigo, maestro y pastor. Me tomas de la mano y me conduces al Padre. Me insistes en la conversión, pues sólo un corazón decidido puede a orar en la fe. Ayúdame a orar disponiendo mi corazón para hacer la voluntad del Padre.

Petición
Señor, concédeme buscar la santidad en la coherencia y en el cumplimiento de tu voluntad.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Cadena de encuentros
«Ven y lo verás». Cada uno de nosotros ha llegado a conocer a Cristo gracias a otra persona. Un sacerdote nos bautizó y nos da los demás sacramentos; en casa o en la parroquia nos enseñaron el catecismo; seguramente algún amigo o amiga en concreto nos ha atraído más hacia la fe... En cada cristiano, a lo largo de los siglos, se repite el evento de Felipe, Natanael y Jesús.


Gracias, Señor, por todos aquellos que me han llevado a Ti. ¿Qué sería de mí sin la ayuda de mis papás, de los sacerdotes, de mis amigos y hermanos en la fe? Gracias, Jesús, porque entraste en mi vida gracias a las personas que amo y sé que me aman; gracias por ser ese tesoro que he recibido de otros. Gracias, por la oportunidad de venir y verte, de conocerte más de cerca y de descubrir tu amor. Gracias porque, siendo el Hijo de Dios, has querido vivir entre nosotros.
Quien ha conocido a Cristo, ha recibido el mayor don de esta vida. Pero con el don viene una responsabilidad. ¡Cuánta gente no ha escuchado hablar de Cristo! ¡Cuántos saben de Él, pero no lo conocen en realidad, y por eso no lo aman! Y cuántos de ellos viven a nuestro lado, trabajan junto a nosotros, pasan por nuestras mismas calles. No podemos guardarnos el mayor tesoro de la humanidad para nosotros mismos. Tenemos que compartirlo, transmitir la gran noticia: ¡hemos encontrado a Aquél que tanto anhela el corazón humano!
Jesucristo, Tú tienes el gran deseo de que todos te conozcan, para que encuentren el verdadero Amor del Padre. Pero has querido hacerte necesitado de mi boca para hablar de Ti. Cuenta conmigo. Aquí mismo donde vivo, en mi puesto de trabajo, entre mis amigos, sé que algunos no te conocen. Dame ese fuego misionero, la gracia de transmitir el encuentro contigo.
«Dios nos ha escogido y bendecido con un propósito: “Para que fuésemos santos e irreprochables en su presencia”. Nos eligió a cada uno de nosotros para ser testigos de su verdad y su justicia en este mundo. Creó el mundo como un hermoso jardín y nos pidió que cuidáramos de él. Pero, con el pecado, el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción.»
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de enero de 2015).
Reflexión
¿De este pueblo tan pequeño puede salir algo bueno? Estas fueron las palabras que San Bartolomé, también llamado Natanael, dijo a Felipe, sorprendido ante la noticia de que había un gran hombre venido desde Nazaret.

Natanael permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús, alabándole. Cristo demuestra que conoce perfectamente el interior del hombre, y por eso se permite elogiarle en público. ¿Y qué diría Jesús de nosotros? ¿Podría repetir las palabras que dirigió al santo que hoy contemplamos? Y tú, ¿qué opinión tienes de ti mismo?

Lo que en realidad somos está recogido en nuestra conciencia. Ella nos avisa ante la bondad o maldad de nuestros actos, antes y después de hacerlos. Por eso, el que actúa guiado por una conciencia recta, tiene la seguridad de llevar una vida honrada, ante sí mismo, ante los hombres y ante Dios.

Formar una buena conciencia es gran parte del secreto de nuestro obrar. ¿Y cómo se forma? Con criterios objetivos, válidos para todos y siempre. Por ejemplo, los diez mandamientos son la ayuda básica para saber qué debemos hacer y qué hay que evitar. Y una vez que hemos establecido fuertemente los principios, es necesario mantenerse firme en ellos.

Propósito
Restar importancia a mis puntos de vista, para estar más abierto a la opinión de los demás.

Diálogo con Cristo 
Jesús, frecuentemente soy escéptico y desconfío en que puedo alcanzar la santidad, porque no me dejo transformar por tu gracia y no cumplo la voluntad de Dios. Por eso te pido, hoy, que abras mi espíritu, mi corazón, mi entendimiento, para que sepa reconocerte siempre y darte el lugar que te corresponde en mi vida.

UNA VIUDA Y SUS CRIADAS


Una viuda y sus criadas



El tiempo utilizado en estudiar un problema no es tiempo perdido. Evita los desánimos que surgen cuando se encuentran dificultades en plena acción. Esto detiene el empuje y entra la desconfianza al comprobar errores. Sin embargo, debes estar dispuesto a resolver siempre estas situaciones con inteligente paciencia. Que sepas discernir con sabiduría.

Una viuda muy laboriosa tenía unas jóvenes criadas a las que despertaba por la noche al canto del gallo para empezar el trabajo. Ellas, extenuadas siempre de fatiga, resolvieron matar el gallo de la casa por ser él —según su parecer— la causa de su desgracia, puesto que despertaba a su señora antes del amanecer. Sin embargo una vez que realizaron su plan, se encontraron con que habían agravado su mal, porque su señora, no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las hacía levantar mucho antes para empezar el trabajo.

En tu vida, como en la de cualquier persona, hay días decisivos en los que ves abrirse ante ti un horizonte nuevo, donde vislumbras más paz y felicidad. Es el momento de discernir con sabiduría y hacer una buena opción. Consulta si lo ves necesario con un experto en el tema. Y que no te pase como a las criadas de la viuda…


* Enviado por el P. Natalio

EL SALMO DE HOY MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO 2016, SALMO 144


Salmo
Sal 144,10-11.12-13ab.17-18


R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, 
que te bendigan tus fieles; 
que proclamen la gloria de tu reinado, 
que hablen de tus hazañas. R/. 

Explicando tus hazañas a los hombres, 
la gloria y la majestad de tu reinado. 
Tu reinado es un reinado perpetuo, 
tu gobierno va de edad en edad. R/. 

El Señor es justo en todos sus caminos, 
es bondadoso en todas sus acciones; 
cerca está el Señor de los que lo invocan, 
de los que lo invocan sinceramente. R/.

JESÚS ES SALVADOR


Jesús es Salvador


Jesús es Salvador. Pero ¿de qué nos salvó, de quién? Jesús nos salvó del pecado, nos rescató de las manos del demonio. Porque la humanidad estaba toda en poder del Maligno, ya que la había conquistado en Adán y Eva, mediante el pecado original y todos los pecados que se derivaron de él. Y hacía falta que alguien muy poderoso, alguien que fuera Dios, Único capaz de vencer a Satanás, que es un ángel caído pero muy poderoso, nos viniera a rescatar y a salvar.

Esto es muy importante saberlo para nuestra vida cotidiana, porque si Jesús rescató almas del poder del demonio; nosotros, que somos o debemos ser otros Cristos, tenemos también la misión de rescatar almas del poder del mal y conducirlas al Cielo.

Hacemos esto, cumplimos esta misión, en primer lugar con nuestra propia alma. A través de la propia conversión nos liberamos de las garras del diablo para entregarnos a Dios. Pero también tenemos la obligación de salvar a los hermanos que siguen en poder del Mal. Y los salvamos con nuestra oración, ofreciendo nuestros sufrimientos y cruces por ellos, y también con el buen ejemplo, la palabra oportuna y las obras de misericordia, es decir, con la caridad.

Por eso nuestra misión debe ser la misma de Jesús: salvar almas.

El valor de un alma es tan grande que todos los mundos creados, todo el universo no vale lo que vale una sola alma, porque ella fue redimida con la sangre de Dios, que es de un valor infinito.

Entonces tratemos de ser héroes, que el héroe no es el que da una paliza a los enemigos, como sucede en las películas, sino que el héroe es quien se sabe sacrificar por el bien de los hermanos, para salvar almas y llevarlas a Dios, que es su dueño, quitándoselas al poder de Satanás, que las quiere llevar a su Infierno, para torturarlas por los siglos de los siglos, vengándose de Dios en ellas.

Tenemos la posibilidad de ser héroes, de ser santos. No la desaprovechemos, sino tomémonos nuestra vida en serio y, tomados de la mano de Jesús y de María, avancemos con valor contra las fuerzas del mal.


© Sitio Santísima Virgen

BARTOLOMÉ, EL HOMBRE QUE SE ENTUSIASMÓ POR CRISTO


Bartolomé, el hombre que se entusiasmó por Cristo
Si dejas a Dios de veras entrar en tu corazón, todo lo que anhelabas, esperabas, deseabas, se convertirá en realidad.


Por: P. Juan P. Ferrer | Fuente: Catholic.net 




Vamos a contemplar en la figura del Apóstol Bartolomé el entusiasmo por Cristo de un hombre que poco antes, ante las palabras de Felipe, había dicho: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?

San Juan nos trasmite una historia bellísima en el relato de la vocación de los primeros discípulos (Jn 1, 45-51). Felipe, a quien poco antes el Señor había llamado a su seguimiento, se encuentra con Natanael y le dice lleno de gozo:  Aquel de quien, escribió Moisés en la ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret. El bueno de Natanael le responde con un cierto aire de desconfianza: ¿De Nazaret puede haber cosa buena?. Poco después tras el encuentro de Jesús y Natanael, éste último exclama con ilusión y fuera de sí: "Rabbi, tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel", y todo porque el Maestro le había dicho que lo había visto debajo de la higuera. Parece una escena surrealista, pero encierra una gran verdad, que vamos a comentar.

¿De Nazaret puede haber cosa buena? (Jn 1,46). Natanael, tal vez acostumbrado ya a tantos falsos mesías que habían salido como estrellas fugaces en la historia del pueblo de Israel, se extraña de aquellas palabras tan encendidas de Felipe en las que le comunica que un tal Jesús, de Nazaret, hijo de José, es el anunciado por Moisés y los profetas. No es rara esta experiencia para el hombre de hoy y de siempre, que lo ha esperado todo de todo y de todos y casi siempre se ha visto a sí mismo sorprendido por la inconsistencia de las cosas. Por eso, Natanael se sorprende y responde con esa pregunta: ¿De Nazaret puede haber cosa buena?.

Este tipo de repuestas se encuentran en los labios de muchos hombres de hoy a propósito de cualquier nueva proposición de dicha ofrecida por la sociedad o por un amigo. La desilusión y la desconfianza se han instalado en ese corazón ya un poco seco y pasota del hombre moderno.

"Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel" (Jn 1,49). Después de que Felipe le invite a acercarse a Cristo y de que Cristo hable de su honradez y rectitud, son esas palabras de Cristo: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi", (Jn 1,48), las que mueven de una forma terrible el interior de Natanael y en un grito de admiración y de reconocimiento llama a Jesús "Hijo de Dios".

Para Natanael, tal vez un inquieto rabino o estudioso de las Escrituras, de repente la vida se ha iluminado con la presencia de aquel hombre que le ha presentado su amigo Felipe. En él ha encontrado de repente y de golpe a quien buscaba y lo que buscaba en una armoniosa síntesis. Es como si una vida ya al borde del desencanto se encontrara de repente con esa verdad que lo explica todo y llena de paz y felicidad el corazón. Todavía no sabe cómo, pero Natanael intuye que aquel hombre va a colmar todas sus expectativas.

"Has de ver cosas mayores" (Jn 1,50). Jesús le anuncia que aquella primera experiencia se va a multiplicar. Es como si le dijese: si dejas a Dios de veras entrar en tu corazón, todo lo que anhelabas, esperabas, deseabas, se convertirá en realidad. Y es que Dios es mucho más de lo que el hombre puede imaginarse. En realidad la felicidad que el hombre busca no es nada al lado de lo que Dios le ofrece. Dios siempre supera toda expectativa, todo deseo, toda esperanza. Natanael, el desconfiado, de repente ha quedado cogido por Cristo y un sentimiento de entusiasmo se apodera de él. En adelante será un don, una gracia, un privilegio servir a aquel Maestro que ya le había visto cuando estaba debajo de la higuera.

Si nosotros dejáramos a Dios entrar en nuestro corazón a fondo, si nosotros hiciéramos una experiencia auténtica de Dios, si nosotros nos liberáramos del miedo a abrir las puertas del corazón a Dios, también diríamos, llenos de entusiasmo y gozo, "Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios".

Este Apóstol, con su admiración por Cristo, nos puede enseñar a nosotros, hombres de hoy, una serie de actitudes muy necesarias frente a las cosas de Dios, pues a lo mejor es posible que nuestra vida espiritual y religiosa esté impregnada de modos fríos, racionalistas, calculadores, lejanos todos ellos de ese talante alegre, cordial y humano que debe caracterizarnos como hijos de Dios. Hay que decir que a veces el debilitamiento en la fe de muchos hermanos nuestros ha sido culpa de no ver en la religión a una persona, sino sólo un conjunto de principios y normas. Si nuestra religión no es Cristo, si el porqué de nuestra fidelidad no es su Persona, si en cada mandamiento no vemos el rostro de Jesús, la religión terminará agobiándonos, porque se convertirá en un montón de deberes, sin relación a Aquél a quien nosotros queremos servir. Vamos, pues, a exponer algunas de las características que deben brillar en la vivencia de nuestra fe y de nuestros deberes religiosos.

Si Cristo, don de Dios al mundo, es lo mejor para el hombre, entonces es imposible no vivir con gozo y alegría profunda la fe, es decir, la relación personal del hombre con Dios. Muchas veces los cristianos con nuestro estilo de vivir la fe, marcado por la tristeza, la indiferencia, el cansancio, estamos demostrando a quienes buscan en nosotros un signo de vida una profunda contradicción. El cristianismo es la religión de la alegría y no puede producir hombres insatisfechos. Al revés, la religión vivida de veras, como fe en Jesucristo, confiere al hombre plenitud, gozo, ilusión. Frente a todas las propuestas de felicidad, que terminan con el hombre en la desesperación, Cristo es la respuesta verdadera que no sólo no engaña sino que colma mucho más de lo esperado. Esta certeza debe reflejarse en nuestro rostro, rostro de resucitados, rostro de hombres salvados.

Si Cristo está vivo y es Hijo de Dios, mi relación con él tiene que ser mucho más personal, cercana e íntima. Tal vez ha faltado en muchas educaciones religiosas ese acercamiento humano a la figura de Cristo, un acercamiento que nos permite establecer con él una relación más cordial y sincera, como la que se tiene con un amigo. Es fácil comprender por qué con frecuencia la vida de oración de muchos creyentes es árida, seca, distraída. No se entra en contacto con la Persona, sino sólo tal vez con una idea de Dios, aun dentro del respeto y de la veneración. De ahí el peligro para muchos hombres de racionalizar la misma oración, convirtiéndola en reflexión religiosa, pero no en experiencia de Dios. Lógicamente la fe se empobrece mucho así. Y no debe ser así. La fe ha de ser vivida como experiencia personal de Cristo, y por tanto en un clima de cordialidad y de cercanía.

Si Cristo es, en fin, la esperanza del mundo, de la que hablaron Moisés y los profetas, entonces hay que vivir en la práctica la fe con seguridad y convencimiento. Podemos dar la impresión los cristianos de que creemos en Cristo, pero no lo suficiente como para abandonar otros caminos de felicidad al margen de él, de su Evangelio, de su Persona. Y esto en la vida se convierte en una contradicción práctica. Aparentamos tener lo mejor, pero nos cuidamos las espaldas teniendo reemplazos. Es como si afirmáramos que tal vez la fe en Cristo no es del todo segura y cierta, que tal vez él nos puede fallar. El mundo necesita de nosotros hoy la certeza de nuestra fe, una certeza que nos lleve a quemar los barcos, porque ya no los necesitamos, seguros como estamos de que hemos elegido la mejor parte.

Conclusión. Cómo se necesita en estos momentos en nuestra vida de cristianos y creyentes estas características en nuestra relación con Dios: un estilo de fe lleno de gozo y de entusiasmo, una relación con Dios cercana y cordial, una certeza absoluta de Dios como lo mejor para el hombre de hoy. En esta sociedad en que por desgracia la fe se ha convertido en una carga, hacen falta testigos vivos de un Evangelio moderno y verdadero. En este mundo en que falta alegría en muchos cristianos que viven un poco a la fuerza su fe, hacen falta rostros alegres porque saben vivir su religión en la libertad. Y en este peregrinar hacia la eternidad en el que muchos creyentes miran hacia atrás acordándose de lo que dejan, hacen falta hombres que caminen con seguridad y certeza, sin volver los ojos atrás, hacia el futuro que Dios nos promete.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 24 DE AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 24


No busques el éxito menospreciando a los demás.

No digas nunca palabras hirientes; hieren a los demás, pero más te hieren a ti mismo; sales tú más perjudicado y te rebajas.

No seas jactancioso; tienes cualidades, pero también las tienen los otros; tienes cosas que ellos no poseen, pero ellos quizá te aventajen en muchas otras cosas.

No pongas la cara larga, como pidiendo un poco de compasión; sé más bien alegre y muéstrate sonriente; es más agradable y hasta más bonito.

Entierra el hacha, envaina la espada, esconde el martillo; nadie se ha elevado menospreciando a los demás. Elévate tú, pero sin rebajar a nadie; reconoce los méritos de los demás, sin negar los tuyos y sin enorgullecerte por lo que Dios te dio; al fin y al cabo todo mérito es nada más que de Dios, que es la fuente de todo bien.
“Así habla el Señor: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío. Si cruzas por las aguas, yo estoy contigo, y los ríos no te anegarán; si caminas por el fuego, no te quemarás, y las llamas no te abrasarán. Porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador” (Is 43, 1-3).


* P. Alfonso Milagro

CÓMO CONFESARSE TRAS CUARENTA AÑOS SIN HACERLOS? PADRE FORTEA NOS ORIENTA

¿Cómo confesarse tras cuarenta años sin hacerlo?
El P. Fortea nos presenta un ejemplo de como podría ser una confesión luego de muchos años sin hacerlo



Por: P. Antonio Fortea | Fuente: BlogDelPadreFortea.blogspot.com 





Alguien podría pensar que hacer una bien hecha, es decir, una confesión íntegra, y, por lo tanto, con la materia, número y especie de los pecados graves, requeriría de una hora por lo menos. No es así. Aquí pongo un ejemplo hipotético de una confesión tras decenas de años sin recibir las aguas purificadoras de ese sacramento.
  • Ave María Purísima.
  • Sin pecado concebida.
  • Padre, me confesé hace cuarenta años y me acuso de los siguientes pecados:
  • -He dudado de la fe algunas veces.
  • -Me he enfadado con Dios, en un par de ocasiones.
  • -Le he faltado el respeto a Dios alguna rara vez contando chistes acerca de Él.
  • -He dicho en estos años tres o cuatro blasfemias, pero sin pensar plenamente lo que decía.
  • -He faltado a misa dos terceras partes de los domingos.
  • -Cuando he ido misa, en los primeros cinco años, comulgué en pecado mortal.
  • -No he visitado a mis padres todo lo que he debido.
  • -Varias veces me he enfadado con mis padres al hablar, hablándoles con acritud o levantando la voz.
  • -He odiado a varias personas durante largas temporadas y les he deseado el mal.
  • -He tenido relaciones sexuales de forma regular con varias parejas durante todos estos años.
  • -En todos estos años, me he masturbado. Dado que he tenido pareja, la media habrá sido un par de veces al mes.
  • -He visto pornografía. Dos o tres veces al mes.
  • -He tenido pensamientos y deseos impuros al ver a las mujeres de forma habitual.
  • -En estos años, he practicado pequeños hurtos. Entre todos ellos unos 200 euros.
  • -He mentido, pero mentiras que no han hecho daño a nadie.
  • -He sembrado discordia entre compañeros de trabajo. Pero lo que he dicho era verdad.
  • -He consultado regularmente el horóscopo.
  • -Una vez fui a que me echara las cartas un tarotista.
  • -No he guardado, practicamente nunca, los ayunos y abstinencias de carne mandadas por la Iglesia.
  • -Me he emborrachado una media de una vez al año.
  • -He probado el cannabis unas cuatro veces.
Éste es un ejemplo de cómo podría ser una confesión bien hecha en la que se repasan los pecados de más de cuarenta años. Haciéndola así, no se tarda más allá de un par de minutos.

DE VERDAD SON TAN MALOS LOS HORÓSCOPOS?

¿De verdad son tan malos los horóscopos?
La Iglesia ha hablado sobre este tema -desde la antiguedad- condenando la creencia en la astrología


Por: Fr. Nelson Medina O.P. | Fuente: fraynelson.com 



Pregunta:

¿No es exagerado el énfasis que algunos predicadores ponen en el tema de la Nueva Era y de los horóscopos? Para mí es algo simplemente divertido, a lo que no le doy mucha importancia pero que, de vez en cuando, tiene coincidencias asombrosas con lo que luego me sucede en el dia. Y es por eso por lo que me he vuelto aficionado a leer mi horóscopo todos los días, aunque en realidad no creo en eso. ¿De verdad estoy haciendo algo muy malo? --B.S.

Respuesta:

El portal católico Aciprensa tiene una respuesta interesante, que transcribo aquí:
La Iglesia ha hablado sobre este tema desde lo antiguo condenando la creencia en la astrología; en el Concilio de Toledo del año 400, o el Concilio de Braga del 561, por citar algunos ejemplos. El juicio del Magisterio de la Iglesia puede resumirse en lo que dice el Catecismo de la Iglesia: "Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone 'desvelan' el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a 'mediums' encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios".
Todo género de adivinación, en definitiva, nace de la falta de fe en el Dios verdadero; y es el castigo del abandono de la auténtica fe. Por eso, en uno de sus cuentos escribía Chesterton: "La gente no vacila en tragarse cualquier opinión no comprobada sobre cual­quier cosa... Y esto lleva el nombre de superstición...
Es el primer paso con que se tropieza cuando no se cree en Dios: se pierde el sentido común y se dejan de ver las cosas como son en realidad. Cualquier cosa que opine el menos autorizado afirmando que se trata de algo profundo, basta para que se propague indefinidamente como una pesadilla. Un perro resulta entonces una predicción; un gato negro un misterio, un cerdo una cábala, un insecto una insignia, resucitando con ello el politeísmo del viejo Egipto y de la antigua India... y todo ello por temor a tres palabras: SE HIZO HOMBRE".
En conclusión, si uno recurre a las prácticas astrológicas o consulta los horóscopos, creyendo seriamente en ello, comete un pecado de superstición propiamente dicho (pudiendo, incluso, llegar a la idolatría); si lo hace sólo por curiosidad y diversión, no hace otra cosa que recurrir a un pasatiempo fútil, que va poco a poco desgastando peligrosamente su fe verdadera. Si lo hace para granjearse la "protección" de los demonios, comete un pecado de idolatría diabólica, y tal vez tenga que decir alguna vez con el poeta Goëthe: "No puedo librarme de los espíritus que invoqué".

SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL DE CRISTO, 24 DE AGOSTO


Hoy 24 de agosto es la fiesta de San Bartolomé, Apóstol de Cristo
Por Diego López Marina




 (ACI).- San Bartolomé fue uno de los 12 apóstoles de Cristo que predicó el Evangelio después de la Ascensión del Señor. Según la tradición esta misión la llevó a cabo en la India y Armenia, donde recibió la corona del martirio.

Bartolomé es mencionado en tres de los Evangelios sinópticos (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14) siempre en compañía de Felipe, y en los Hechos de los Apóstoles (1:13) donde se hace presente en Pentecostés.

En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé, muchos eruditos lo han identificado con Nathanael (que significa "regalo de Dios"), que también aparece siempre con Felipe.


Este Santo nació en Caná de Galilea y fue llamado por Jesús a través de Felipe para ser su apóstol (Juan 1, 45-51). También fue uno de los discípulos a los que Jesús se apareció en el mar de Galilea después de su resurrección (Juan 21:2).

Según una tradición recogida por el llamado “padre de la historia de la Iglesia”, Eusebio de Cesarea, Bartolomé marchó a predicar el evangelio a la India, donde dejó una copia del Evangelio de Mateo en arameo.

Por otro lado la tradición armenia lo considera, junto a San Judas Tadeo, como santo patrono de la Iglesia Apostólica Armenia por ser cofundador del cristianismo en ese país.


Se cree que su martirio ocurrió en Abanópolis (Armenia) en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto. Allí le arrancaron la piel cuando estaba aún con vida y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend.

Bartolomé es representado en el arte desollado y sosteniendo su piel con sus propias manos; sin embargo es más común verlo representado con barba, un libro y un cuchillo. Sus reliquias se cree que están conservadas en la iglesia de San Bartolomé en la Isla Tiberina, en Roma.

San Bartolomé tiene múltiples “patronazgos”: es patrono de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. También se le invoca contra desórdenes nerviosos.

DIEZ CONSEJOS PARA CONTROLAR LA LENGUA Y EVITAR LOS CHISMES


Diez consejos para controlar la lengua y evitar los chismes, las murmuraciones y las maledicencias
Un viejo y buen consejo, control, Ed Broom.


Fuente: Religión en Libertad 




Si no puedes decir algo bueno de alguien, cállate: un viejo y buen consejo, dice el padre Ed Broom.

17 agosto 2016

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio (Barriendo Conciencias). A continuación reproducimos un artículo suyo sobre el control de las malas lenguas, publicado en su blog.

De la abundancia del corazón habla la boca
Reglas para el control de la lengua

Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca, y que daremos cuentas de todas las palabras que salgan de nuestra boca. Santiago, en el capítulo 3 de su epístola, claramente nos invita a usar la lengua para alabar a Dios.

A continuación detallamos diez sugerencias útiles. ¡Leámoslas y apliquémoslas en nuestras conversaciones cotidianas!

1. Reza al Espíritu Santo. ¡Mira a los apóstoles! Antes de Pentecostés huyeron, e incluso Peddro negó a Jesús con su lengua. Después de la primera novena de Pentecostés, hay una transformación radical. Pedro pronuncia una homilía de Pentecostés y convierte… ¡a 3000 personas! ¿Cómo? Invocando al Espíritu Santo. He aquí una breve, pero potente oración: “Ven Espíritu Santo, ven a través del Corazón de María”.

2. ¡Piensa! Dice Santiago que deberíamos ser rápidos para escuchar y lentos para hablar. ¡Así que lo siguiente es evitar la impulsividad! ¡Piensa antes de hablar! ¡Con cuánta frecuencia hemos hablado impulsados por el momento, sin reflexión, y hemos herido a la persona y hemos pagado las consecuencias! La Imitación de Cristo afirma: “Pocos han lamentado haber mantenido silencio, muchos haber hablado en mal momento”.

3. La Regla de Oro. Recuerda esta preciosa y poderosa norma de Jesús: “Haz a los demás lo que quieres que los demás te hagan”. Podemos aplicarlo al hablar: “Dile a los demás lo que quieres que ellos te digan a ti”.

4. ¡Calla! Las madres suelen enseñar a sus hijos este axioma: “Si no tienes algo bueno que decir, entonces no lo digas”. ¡Buen consejo!

5. ¿Estás nervioso? En momentos de agitación, es mejor no hablar. Mejor retírate a tu habitación, reza una parte del Rosario, y luego regresa a la conversación tranquilo y sereno. En la agitación, el mal espíritu trabaja en nosotros y eso también afecta a lo que decimos.

6. ¡Da ánimos! Aprende palabras de ánimo. Todos necesitamos refuerzo, apoyo y consuelo. ¡Sé un Bernabé! Bernabé fue uno de los últimos apóstoles y su nombre significa “hijo de la consolación”. ¿Por qué no formar un Club Bernabé?

7. ¡Perdón! Cuando te equivoques con lo que has dicho y hieras a tu prójimo, haz acopio de humildad y valor suficientes para pronunciar dos palabras muy difíciles: “¡Lo siento!”. Shakespeare dio en el clavo: “Errar es atributo humano, perdonar es atributo divino”.

8. Lectura espiritual. Puede ser que lleguemos a un vacío interior: tenemos poco que decir que tenga un valor real. Forja el hábito de una buena lectura espiritual (media hora al día) y muchos pensamientos santos, edificantes y santificantes transformarán tu mente y tu corazón en palabras que servirán para santificar verdaderamente a los demás. En la Contemplación para alcanzar amor, San Ignacio dice que el amor se expresa dando. ¿Por qué no compartir con los demás los tesoros espirituales de tu corazón?

9. ¡Recuerda la Santa Comunión! Recuerda que hablas con la misma lengua con la que recibes al Señor eucarístico, al Señor de los Señores y Rey de Reyes. ¡Ojalá lo que hablemos refleje a quién acabamos de recibir en nuestra lengua y en nuestros corazones!

10. El modelo de María. Mira a María y pide su poderosa intercesión para ayudarte en lo que digas. Imagina a María hablando a San José, a Jesús, a Santa Isabel, a otros. ¡Cuánto amor, cuánta atención, cuánta amabilidad, cuánta dulzura, cuánta humildad, cuánta discreción, cuánta alegría…! Sin duda, esa María que dijo “sí” a la Palabra de Dios alcanzará para nosotros la gracia de decir con claridad, convicción y caridad cada palabra que provenga de nuestra boca: “Mi alma proclama la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador”, proclamó en el canto del Magnificat.

Traducción de Carmelo López-Arias.

PAPA FRANCISCO REZA POR VÍCTIMAS DE TERREMOTO EN ITALIA


El Papa anula su catequesis en la Audiencia General y reza por víctimas de terremoto
Por Alvaro de Juana
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa





VATICANO, 24 Ago. 16 / (ACI).- El Papa Francisco ha cancelado la catequesis que tenía prevista pronunciar en la Audiencia General de este miércoles y en su lugar ha rezado una parte del Rosario, junto a miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, por las numerosas víctimas del terremoto que ha sacudido Italia en la madrugada de hoy.

“Había preparado la catequesis de hoy como todos los miércoles de este Año de la Misericordia sobre el argumento de la cercanía de Jesús, pero ante la noticia del terremoto que ha golpeado el centro de Italia devastando aquellas zonas y dejando muertos y heridos, no puedo dejar de expresar mi gran dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares golpeados por los temblores y que todavía se sienten agitados por el miedo y el terror”.

El Pontífice, después de hacer el habitual recorrido en papamóvil por la Plaza pronunció también estas palabras:


“Escuchar al alcalde de Amatrice decir ‘no existe más la localidad’ y saber que entre los muertos hay también niños me conmueve de verdad mucho”.

“Y por esto –continuó– quiero asegurar a todas estas personas presentes en Amatrice o en otros lugares de la diócesis de Rieti, di Ascoli Piceno y de la región del Lazio, de la Umbria y de Le Marche, la oración y decirles que estén seguros de la caricia y del abrazo de toda la Iglesia que en este momento desea darles con su amor materno, también del abrazo de los que estamos aquí en la Plaza”.

“Doy gracias a todos los voluntarios y los trabajadores de Protección Civil que están socorriendo estas poblaciones y os pido que os unáis a mí en la oración para que el Señor Jesús que se ha conmovido siempre frente al dolor humano consuele estos corazones doloridos y les done la paz por la intercesión de la beata Virgen María. Dejémonos conmover con Jesús”, solicitó.

“Por tanto, dejamos para la próxima semana la catequesis de este miércoles y os invito a recitar conmigo por estos hermanos y hermanas nuestros una parte del santo Rosario”, dijo para dar paso a la oración.

Esta madrugada en Italia, en concreto a las 3.36 horas, un sismo de magnitud 6,2 grados ha golpeado el centro de Italia, causando numerosos muertos y daños materiales.

Las zonas más afectadas son las de Umbría, Le Marche y el Lazio. El terremoto también se sintió en Roma y en el Vaticano.