Páginas

sábado, 9 de mayo de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 9 DE MAYO DEL 2015


Ustedes no son de este mundo

Pascua


Juan 15, 18-21. Pascua. No temamos, Dios siempre está con nosotros. Debemos orar y confiar. Él ha vencido al mundo. 



Por: Rafael Santos Varela | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. 

Oración introductoria
Ser un elegido de Cristo, ¿tiene alguna influencia en mi vida? Permite, Señor, que esta oración taladre la dura costra de mi indiferencia. No puedo seguir absorto en la rutina, inmerso en el conformismo, ciego ante las injusticas del mundo. Ayúdame a descubrir en las dificultades una oportunidad para afianzar mi vida en Ti.

Petición
Señor, enséñame a recorrer el camino de la cruz, que es el camino del amor.

Meditación del Papa Benedicto XVI
Hay una razón más para pensar que sea de nuevo el momento de abandonar con audacia lo que hay de mundano en la Iglesia. Lo que no quiere decir retirarse del mundo. Una Iglesia aligerada de los elementos mundanos es capaz de comunicar a los hombres -tanto a los que sufren como a los que los ayudan- precisamente en el ámbito social y caritativo, la fuerza vital especial de la fe cristiana. (...) Sólo la profunda relación con Dios hace posible una plena atención al hombre, del mismo modo que sin una atención al prójimo se empobrece la relación con Dios. Estar abiertos a las vicisitudes del mundo significa por tanto para la Iglesia "desmundanizada" testimoniar, según el Evangelio, con palabras y obras, aquí y ahora, la señoría del amor de Dios. Esta tarea, además, nos remite más allá del mundo presente: la vida presente, en efecto, incluye la relación con la vida eterna. Vivamos como individuos y como comunidad de la Iglesia la sencillez de un gran amor que, en el mundo, es al mismo tiempo lo más fácil y lo más difícil, porque exige nada más y nada menos que el darse a sí mismo.Benedicto XVI, 25 de septiembre de 2011.

Reflexión
Muchos de nosotros tenemos algunos caracteres que nos identifican como hijos del señor "Y" y la señora "X". Son los rasgos heredados de nuestros padres. Lo que los científicos llaman el patrimonio genético. De ellos heredamos unos ojos oscuros o claros, el color de nuestro cabello, nuestra estatura, y también algo de lo que será nuestro temperamento.

Como cristianos, también heredamos rasgos espirituales de nuestra madre la Iglesia. Lo dice claramente Jesucristo: pertenecemos a algo que va más allá de nuestros pobres horizontes materiales. No somos de este mundo. La gracia nos eleva a un orden superior.

Pero debemos ser conscientes de que también muchos de nuestros hermanos en Cristo sufren el desafío continuo de la fe, ya sea con la persecución, las calumnias, o hasta con la misma vida.

Pensaríamos que dentro de las cosas heredadas, esta sería una de esas enfermedades mortales que se tienen sin ser deseadas. Pero la realidad es que Dios en su infinita sabiduría, lo ha puesto como el vínculo más estrecho entre su Reino que espera. Y nosotros peregrinos buscamos siempre la forma de acercarnos más a Él. No temamos, pues, su brazo siempre está con nosotros. Debemos orar y confiar. Él ha vencido al mundo.

Propósito
Colaborar en un proyecto apostólico en mi parroquia o en algún movimiento o asociación.

Diálogo con Cristo
Jesús, tu Evangelio me recuerda que para seguirte tengo que recorrer el camino de la cruz, que no es otra cosa que el desprenderme de todo obstáculo que me impida amarte más y mejor. Ayúdame a seguirte el día de hoy, ofreciéndote mi cumplimiento esmerado y fiel a mi deber, el control de mis reacciones y la renuncia a todo lo que me impida donarme a los demás.

EL ADULTERIO



El adulterio



El pecado de adulterio ha sido y sigue siendo algo muy frecuente en la historia humana. Surge por diversos motivos y lleva a resultados nefastos: infidelidad al propio esposo o esposa, tensiones en la familia, problemas con los hijos.

A pesar de la frecuencia de este pecado y de la condena firme que encontramos contra el mismo en la Biblia, un extraño silencio parece envolverlo en nuestros días.

Sí: se habla de pecados muy graves, como la trata de seres humanos, o el tráfico de drogas, o el crimen, o el robo, o la usura, o la especulación económica que daña a miles de inocentes. Pero del adulterio, ¿qué se dice?

Para que el tema no quede abandonado en el limbo del olvido, podemos entresacar algunas ideas presentes en el “Catecismo de la Iglesia Católica” (abreviado como CIC).

Una caracterización de este pecado aparece en dos números del Catecismo, en los cuales encontramos varias citas de la Sagrada Escritura. En el n. 2380, el adulterio queda definido así: “Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque ocasional, cometen un adulterio”.

Inmediatamente después, ese mismo n. 2380 recuerda pasajes de la Escritura que hablan del adulterio: “Cristo condena incluso el deseo del adulterio (cf. Mt 5,27-28). El sexto mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio (cf. Mt 5,32; 19,6; Mc 10,11; 1Co 6,9-10). Los profetas denuncian su gravedad; ven en el adulterio la imagen del pecado de idolatría (cf. Os 2,7; Jr 5,7; 13,27)”.

El número siguiente explica la grave injusticia que se comete en cada adulterio. Quien lo comete “falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete el bien de la generación humana y de los hijos, que necesitan la unión estable de los padres” (n. 2381).

Se trata de un acto que siempre es moralmente ilícito, que nunca puede ser llevado a cabo, ni siquiera para obtener algún bien (cf. CIC n. 1756). Por eso se explica cómo en los primeros siglos de la Iglesia el adulterio era considerado como uno de los pecados más graves, como lo eran también el homicidio o la idolatría (cf. CIC n. 1447).

Con una doctrina tal clara, y en un mundo tan confundido y manipulador, vale la pena enfrentarnos al adulterio para denunciar sus males y para ayudar a tantos hombres y mujeres a huir de este pecado. Y, si alguno ha caído en el mismo, para acompañarle, con respeto y tacto, a dar el paso que permita una conversión madura: reconocer que uno ha pecado, arrepentirse, pedir misericordia en el sacramento de la confesión, y reparar los daños causados en la propia familia.

Sólo con católicos valientes, que sepan imitar la audacia de san Juan Bautista al denunciar el adulterio de Herodes, incluso a riesgo de su vida (cf. Mt 14,1-11), podremos desenmascarar un mal dañino para cada matrimonio. Así, desde una auténtica conversión, muchos esposos superarán los males del adulterio, renovarán su amor, y trabajarán con más entusiasmo para ser fieles a sus compromisos matrimoniales.


© Fernando Pascual

LA PARTE MÁS IMPORTANTE DEL CUERPO



La parte más importante del cuerpo




Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo.  A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta..      

Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije, "Mis oídos, Mamá". 
Ella dijo: "No, muchas personas son sordas y se arreglan  perfectamente. Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo."      

Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la respuesta correcta.
Y es así que le dije: "Mamá, la vista es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos."
Ella me miró y me dijo: "Estás aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es correcta porque hay muchas personas que son ciegas, y salen adelante aun sin sus ojos".      

Continué pensando cuál era la solución. A través de los años, mi  madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas la suya era: 
"No, pero estás poniéndote más inteligente con los años, pronto acertarás".

El año pasado, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto sobre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar.
Mi madre me miraba cuando fue el momento de dar  el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó  "¿No sabes todavía cuál es la parte más importante del cuerpo, hijo?".

Me asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese era un juego  entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo: "Esta pregunta es muy importante. Para cada respuesta que me diste en el pasado, te dije que estabas equivocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo."      

Ella me miraba como sólo una madre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces cuando apoyada en mí, me dijo:
"Hijo, la parte del cuerpo más importante es tu hombro".

Le pregunté, "¿Es porque sostiene mi cabeza?", y ella respondió: 
"No, es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hijo mío. Yo sólo espero que tengas amor y amigos, y así siempre tendrás un hombro donde llorar cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo."

FLORECILLAS A MARÍA: 9 DE MAYO

Flor del 9 de mayo: Madre del buen consejo
Fiesta de Nuestra Señora de los Milagros


Meditación: María nos aconsejó en las bodas de Caná, “Haced lo que El os diga” (Juan 2,5), y nos lo vuelve a dictar. ¿Qué quiere Cristo de mi?. ¿Lo podemos seguir cuando nos dice “deja todo y sígueme?”.
“Hijo, ¿por qué nos haz hecho esto?” (Lucas 2,48). Cristo tenía que mostrarnos ante todo más el amor a Dios que el de la familia. ¡Pero cuántas veces abandonamos a nuestra Madre por amores, caprichos, vanidades y miedos!.

Oración: ¡Oh dulce consejera del alma, oh hermosa Esclava!. Entrega a Dios nuestra alma para que se haga santa, que abramos nuestros oídos y seamos hijos solícitos. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ser un verdadero Cristo al aconsejar a mi hermano.

LA ORACIÓN ES CLAVE EN EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL


La oración es clave en el discernimiento vocacional
Junto con la oración, o más bien, apoyándose en la oración, la joven analizará cuál es el origen de esos deseos profundos que se manifiestan a través de sentimientos, emociones, razonamientos y pensamientos que afloran en este momento de su vida. 


Por: Germán Sánchez | Fuente: Germán Sánchez



a. El corazón no es ciego, tiende a un fin.

Hemos dicho que son muchos y muy constantes los deseos que emergen en esta etapa en el corazón de la chica. Necesitamos precisar. No es que en este momento surjan de improviso estos deseos. Lo que sucede es que se patentizan, se materializan o se hacen más fuertes en el momento en que se debe tomar una decisión fundamental en la vida.

La Psicología de consultación explica que el grado de salud psíquica depende de la forma en que la persona establece y alcanza sus prioridades en la vida (opción fundamental). Los sentimientos, las emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias que nos rodean son tan sólo el resultado externo de la opción fundamental de nuestra vida. A través de un complejo mecanismo, estudiado y profundizado por la Psicología cognitivista, llegamos a conocer cuál es la opción fundamental que da origen a los sentimientos, emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias en nuestra vida1. Como decía Epicteto, no son las cosas en sí las que influyen a los hombres. Es la interpretación de las cosas la que influye a los hombres.

Junto con la oración, o más bien, apoyándose en la oración, la joven analizará cuál es el origen de esos deseos profundos que se manifiestan a través de sentimientos, emociones, razonamientos y pensamientos que afloran en este momento de su vida. A través de un método de introspección que ella misma puede aprender, debe indagar el origen profundo de eso que siente, desea, piensa, quiere. ¿Por qué quiero ser profesora? "Para ganarme un sustento en la vida". ¿Y no existen otros medios de sustentación? ¿Qué busco en realidad con ser profesora? "La admiración de todos". ¿Y por qué lo busco precisamente en la docencia? "Por que me reporta una satisfacción personal..." Y así hasta llegar a la opción fundamental que le ha hecho elegir el ser profesora.

Mientras la labor de la psicología de consultación se centra en el mecanismo para llegar a la opción fundamental, la oración (el diálogo íntimo con Dios) servirá para poner en evidencia esos deseos y confrontarlos con Dios, lo que veremos en el siguiente capítulo. En este punto del desarrollo de la psicología de la respuesta vocacional nos señala que la candidata, por ella misma o con la ayuda de la directora espiritual, deberá detenerse para analizar los deseos que co-existen en su corazón ho topos tou Theou.

Pero el corazón no es ciego, obedece a un fin. La vida no se guía por golpes magistrales del momento, sino por una opción fundamental. La coherencia y fidelidad a esa opción fundamental garantiza la felicidad en la vida. Cuando la llamada de Dios se hace presente en la joven a través de las causas secundarias, la llamada re-mueve o ratifica la opción fundamental. Las causas secundarias tienen como objetivo, entre otros, llegar al corazón de la chica, con el fin de que ella re-ordene su vida sobre la base de la nueva opción fundamental o ratifique el rumbo que llevaba, quizás bajo una nueva perspectiva y dirigida hacia ahora a un bien preciso. El proceso que siguen estas causas secundarias es el de tocar aquellas áreas en las que mayor sensibilidad puede tener la chica, y así, a través de esa sensibilidad desencadenar un proceso de cuestionamiento interno que llegue a tocar la opción fundamental de su vida.

b. Analizar y ver todo.

Para que el proceso se lleve a cabo con la eficacia requerida, será necesario enseñarle a la chica que "saque afuera" todos los deseos que alberga en su corazón. Que analizando todo aquello que sienta, piensa o razona, pueda llegar al profundo de su "yo" y determine su opción fundamental.

Al percibir la llamada en forma de causas secundarias, éstas tocan diversas esferas de la vida de la chica, replanteando, como ya hemos señalado anteriormente, los planes que habían dado origen a diversas posturas frente a la vida. Los deseos generados por las causas secundarias llegarán, a través del proceso de sensibilización, a hacer que la chica se pregunte la razón o las razones de las decisiones tomadas. La acción de la gracia mueve el intelecto, el sentimiento, la razón, todas las facultades superiores para hacerles vibrar en una sola dirección: "Dios necesita <> de mí".

Este sólo pensamiento, razonamiento, sentimiento, genera una cadena interminable de preguntas, hasta hacer que se llegue a una sola: ¿qué es lo que Dios quiere de mí? Esta pregunta lleva en sí misma, por la respuesta que debe darse, la opción fundamental de buscar en todo la gloria de Dios y la salvación de los hombres, que no es otra cosa sino el amor de Dios.

Dejar que salgan a flote las intenciones que han generado todos los sentimientos, emociones y pensamientos es una etapa necesaria en la psicología de la respuesta vocacional. Sin ella, la joven se replanteará una y otra vez su decisión vocacional. En esta etapa del proceso se le debe pedir a la chica que "abra los ojos" y que no tenga miedo de sacar afuera no sólo lo que siente, piensa o razona, sino los motivos que fundamentan todo aquello que siente, piensa o razona.

Hay que tomar en cuenta la labor del maligno, que lógicamente trabajará en la psique de la chica. Dice San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales que el demonio labora precisamente en aquel punto en el que es más débil la persona. Su trabajo consistirá básicamente en re-presentarle sus planes personales por ella más acariciados como compatibles con la voluntad de Dios. También le podrá sugerir la llamada de Dios como una quimera, un sueño, algo realmente inalcanzable. Le hará ver quizás que si bien el ideal de la vocación es acariciable y laudable, ella no tiene en posesión las cualidades necesarias para alcanzar ese ideal. Una y otra vez machacará en contra de la llamada, usando como "canal" de ataque el punto de débil de la chica. Siguiendo la terminología ignaciana, el demonio es como un jefe de ejército que ataca el punto débil del enemigo. Si son los sentimientos, hacia ellos enfilará todas sus baterías, sugiriendo sentimientos contrarios a la opción de Dios. Si la chica cojea por el lado de la razón, entonces propondrá sofismas difíciles de descubrir y resolver. Y así con cuantas circunstancias se le presenten propicias para "ofuscar" la voluntad de Dios. Son "ruidos" que genera para no escuchar adecuadamente la voz de Dios.

Otro factor nada desdeñable que debemos tomar en cuenta en esta etapa es la dificultad que muchas chicas tienen para hacer este proceso de introspección. Siendo "hijas de su tiempo" no han cultivado la capacidad de autorreflexión, dejándose guiar más por los sentimientos que por la razón. Con un pensamiento débil en boga, en donde pululan los slogans propagandísticos sin fundamentos racionales, con una promoción de valores materiales y hedonistas permeados de subjetivismo y personalismo, resulta muy difícil validar y sustentar racionalmente el actuar y el pensar del hombre. Por ello resulta difícil para las candidatas a la vida consagrada ponerse a trabajar seriamente en la autorreflexión y el auto-análisis. Es conveniente por tanto la cercanía de la directora espiritual para clarificar, entre otras cosas que el sentir, razonar o experimentar algo no es una señal definitiva de una situación, sino una puerta a través de la cual se puede llegar a descubrir los motivos profundos de aquello que se siente, se experimenta o se razona.

Y serán aquellas razones profundas las que deberán contrastarse con la voluntad de Dios, lo cual lo veremos en el siguiente capítulo.

NOTAS

1. De esta forma, según enseña el Prof. Antonino Tamburello, todos esos factores externos se presentan como "ventanas" a través de las cuáles podemos penetrar para ver el interior de las personas y así llegar a conocer la "causa de todas las causas".

PIROPOS QUE LOS SANTOS LE REGALARON A LA VIRGEN MARÍA


Piropos que los santos le regalaron a la Virgen
Recogemos en esta noticia 10 frases que santos de distintas épocas le dedicaron a Santa María


Fuente: http://www.opusdei.org




Los santos, a lo largo de la historia, han escrito numerosas prosas dedicadas a la belleza de la Virgen María. Piropos como "Estrella de la mañana", "Rosa mística", "Consuelo de los afligidos", "Puerta del Cielo" son repetidos a diario por los cristianos del mundo entero para honrar a la Reina del Cielo.

A continuación, 10 frases de santos que nos hablan sobre la Madre de Dios:

1. San Josemaría: "Y, si alguna vez no sabes cómo hablarle, ni qué decir, o no te atreves a buscar a Jesús dentro de ti, acude a María, "tota pulchra" -toda pura, maravillosa-, para confiarle: Señora, Madre nuestra, el Señor ha querido que fueras tú, con tus manos, quien cuidara a Dios: ¡enséñame -enséñanos a todos- a tratar a tu Hijo!"

2. San Juan Pablo II: "A ti, Virgen inmaculada, predestinada por Dios sobre toda otra criatura como abogada de gracia y modelo de santidad para su pueblo, guía tú a sus hijos en la peregrinación de la fe, haciéndolos cada vez más obedientes y fieles a la palabra de Dios."

3. San Juan XXIII: "¡Oh, María Inmaculada, estrella de la mañana que disipas las tinieblas de la noche oscura, a Ti acudimos con gran confianza!"

4. San Luis de Monfort: "María es el camino más seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús."

5. Madre Teresa de Calcuta: "A María, nuestra Madre, le demostraremos nuestro amor trabajando por su Hijo Jesús, con Él y para Él."

6. San Ignacio de Loyola: "Por mucho que ames a María Santísima. Ella te amará siempre mucho más de lo que la amas tú."

7. San Juan Vianney: "Claro que Dios podría hacer un mundo más bello que éste; pero no sería más bello si en él faltara María."

8. San Juan Pablo II: "Totus Tuus (Todo tuyo) a través de la Inmaculada."

9. San Juan Bosco: "Quien confía en María no se sentirá nunca defraudado."

10. Beato Pablo VI: "Al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza, para salir al encuentro del Salvador que viene."