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lunes, 21 de julio de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2014

Autor: H. Benoit Terrenoir | Fuente: Catholic.net
Escribas y fariseos piden una señal
Mateo 12, 38-42. Tiempo Ordinario. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Reclamamos una señal del cielo.
 
Escribas y fariseos piden una señal
Del Evangelio según san Mateo 12, 38-42

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón».

Oración preparatoria

Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo!

Petición

Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida!

Meditación del Papa Francisco

El signo de Jonás, el verdadero, es lo que nos da la confianza para ser salvados por la sangre de Cristo. ¿Cuántos cristianos, cuántos son los que piensan que van a ser salvados solamente gracias a lo que hacen, por sus obras. Las obras son necesarias, pero son una consecuencia, una respuesta al amor misericordioso que nos salva. Sin embargo, las mismas obras, sin este amor misericordioso no sirven. En cambio, el "síndrome de Jonás" tiene confianza solo en su justicia personal, en sus obras.
Jesús habla entonces de "generación malvada" y "a la pagana, a la reina de Saba, casi la nombra jueza: que se levantará contra los hombres de esta generación". Y esto porque era una mujer inquieta, una mujer que buscaba la sabiduría de Dios.
Es así que el "Síndrome de Jonás" nos lleva a la hipocresía, a aquella suficiencia, a ser cristianos limpios, perfectos, "porque hacemos estas obras: cumplimos los mandamientos, todo". Es una gran enfermedad… (Cf. S.S. Francisco, 14 de octubre de 2013, homilía en Santa Marta). 

Reflexión 

Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo.

Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía "¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!". Y, sin embargo, perseveró hasta el final.

Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico Epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31).

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Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo.

Propósito

Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad.

Diálogo final

Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti!


«Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. [...]Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. [...] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10).




  • Preguntas o comentarios al autor
  • H. Benoit Terrenoir 

    PROBLEMAS




    Problemas
    Autor: Sergio Perez C df.

    me gustaron los problemas,
    aunque uno a veces es tan inexperto
    que sin querer, se los busca y los
    encuentra.

    Mis padres trataron por todos los medios
    a su alcance que no conociera lo que eran
    los problemas económicos y crecí dentro
    de una burbuja, en la cual ninguna penuria
    penetraba.

    Cuando adulto en vez de agradecerles
    su dedicación y buena intención, se los
    eché en cara , sin hacer caso de su mirada
    dolida y confundida por mi ingratitud.

    Y así tuve que aprender de los problemas,
    tardíamente, de repente me vi en la
    necesidad de aplicar mi libre albedrío,
    sin haberlo experimentado antes.

    Y me equivoqué, el mundo real me azotó
    el rostro. con toda su miseria y grandeza,
    con sus héroes anónimos y sus respetables
    deshonestos, pero eso si con grandes
    apellidos y exageradas vanidades.

    Me equivoqué al escoger pareja,
    me equivoqué al buscar amistades,
    me equivoque al analizar el amor
    de mis padres, y así siguieron una
    serie de equivocaciones en el
    transcurso de mi vida.

    Mi vida ha sido un problema
    sin resolver, es una lastima que
    hasta hoy, haya aprendido la
    ley universal de su existencia.

    Los problemas no se pueden posponer,
    exigen una pronta y correcta solución,
    los problemas son míos, y no puedo
    echárselos a la carga de los demás.

    Los problemas a veces de penas se
    convierten en alegrías, un problema
    sin resolver es una tarea sin hacer.

    Los problemas son generales, todo
    mundo los tiene, la diferencia es que
    los demás los enfocan a su manera
    muy personal de ser, por esa razón
    nadie puede resolver los problemas
    de los demás.

    Por esa misma razón, no hagamos
    los problemas ajenos, propios, aunque
    sean de alguien muy allegado, la peor
    ayuda que podemos darle  es resolvérselos,
    lo mejor es enseñarles con nuestro ejemplo,
    de como resolvemos nuestros problemas
    personales.

    Dicen, que los problemas propios, son como
    una cruz, que nos tocó cargar y que su peso
    corresponde exactamente a los problemas
    que podemos resolver, si le agregamos
    los de otro, el peso de la cruz nos aplastará.

    Los problemas son como un saco de papas,
    hasta que terminemos de pelar la ultima,
    hasta entonces nuestra tarea terminará.

    Cuando eso suceda, tomate un respiro y
    descansa, que esa paz y tranquilidad......

    ! Bien que nos la hemos ganado. !

    EL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO VATICANO

    Autor: Santa Sede | Fuente: Varias
    Observatorio Astronómico Vaticano
    Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, es uno de los Observatorios astronómicos más antiguos del mundo
     
    Observatorio Astronómico Vaticano
    Observatorio Astronómico Vaticano
    El Observatorio Astronómico o Telescopio Vaticano, es un instituto de investigación científica que depende directamente de la Santa Sede, teniendo como órgano superior de referencia el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.

    El Telescopio Vaticano puede ser considerado uno de los Observatorios astronómicos más antiguos del mundo. Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, cuando en 1578, el papa Gregorio XIII hizo erigir en el Vaticano la Torre de los Vientos y encargó a los jesuitas astrónomos y matemáticos del Colegio Romano que preparasen la reforma del calendario promulgada después en 1582. Desde entonces, la Santa Sede no ha cesado nunca de manifestar el propio interés y apoyo a la investigación astronómica. Esta antigua tradición alcanzó su cénit en el siglo veinte con las investigaciones realizadas en el Colegio Romano por el famoso astrónomo jesuita, padre Angelo Secchi, que fue el primero en clasificar las estrellas según sus espectros. A partir de esta larga y rica tradición, León XIII, para contrarrestar las persistentes acusaciones contra la Iglesia de ser contraria al progreso científico, con el Motu proprio Ut mysticam del 14 de marzo de 1891, fundó el Observatorio de la colina vaticana, detrás de la Basílica de San Pedro.

    El Observatorio funcionó en el Vaticano poco más de 40 años, con director y personal procedente de varias órdenes religiosas como barnabitas, oratorianos, agustinos, jesuitas, ocupándose principalmente de la ejecución, junto con otros observatorios, del gran programa internacional de la Carta Fotográfica del cielo. En 1910, San Pío X amplió los espacios del Observatorio con la asignación del inmueble que León XIII había mandado construir en los jardines vaticanos, y nombró como Director al jesuita, padre G. Hagen. A comienzos de los años treinta, debido al aumento de luz eléctrica por el crecimiento urbano de la Ciudad Eterna, el cielo de Roma adquirió tal luminosidad que hizo imposible a los astrónomos el estudio de las estrellas más débiles. Pío XI dispuso entonces que el Observatorio se trasladase a la residencia estiva de Castelgandolfo, sobre las colinas Albani, a unos 35 km al sur de Roma. En este ambiente tan rico de historia, en torno a 1935, fue refundado y confiado a los jesuitas un moderno Observatorio dotado de tres nuevos telescopios y de un laboratorio astrofísico para análisis espectroquímicos. Entre los varios programas de estudio que inició el nuevo ente se encuentra, de modo particular, una importante investigación sobre las estrellas variables. Más tarde, en 1957, con la instalación de un telescopio de campo amplio, tipo Schmidt, y de un moderno centro de cálculo, se pudo extender la investigación a otros campos, como el desarrollo de nuevas técnicas para la clasificación de las estrellas según sus espectros, investigación todavía en curso en el Observatorio.

    Debido a la constante extensión de la ciudad de Roma y de sus entornos, el cielo de Castelgandolfo se hizo tan luminoso que obligó otra vez a los astrónomos a cambiar de lugar para sus observaciones. Así, en 1981, por primera vez en su historia, el Observatorio fundó un segundo centro de investigación, el “Vatican Observatory Research Group (VORG)” en Tucson, Arizona. Los astrónomos del Vaticano poseen sus oficinas en el Observatorio Steward de la Universidad de Arizona y, con una absoluta paridad de examen de las propuestas de observación, pueden acceder a todos los modernos telescopios situados en la zona. En 1993 el Observatorio, en colaboración con el Observatorio Steward, concluyó la construcción del Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada (VATT) que fue colocado en el Monte Graham (Arizona), el mejor sitio astronómico del continente norteamericano. El VATT es el primer telescopio óptico-infrarrojo que forma parte del Observatorio Internacional del Monte Graham: un proyecto que se completará en los próximos años con la construcción de otros grandes y sofisticados telescopios. El espejo primario del VATT, de casi 2 metros de diámetro, es el primero que ha sido construido con la nueva técnica de horno girable. Teniendo a disposición un telescopio propio, los astrónomos del Observatorio pueden finalmente desarrollar en Tucson, como lo hicieran en años pasados en Castelgandolfo, programas continuos de investigación a largo plazo. De este modo, desde los dos centros de Castelgandolfo y Tucson, el Observatorio Vaticano continua sus estudios sobre modelos cosmológicos, clasificaciones espectrales de estrellas peculiares, distribución de estrellas ricas y pobres en metales, estrellas binarias con cambios de materia, material presente en las nubes oscuras en las que se forman nuevas estrellas, polvo que rodea las estrellas jóvenes, historia de la ciencia, y otros. El Observatorio desarrolla estos programas en colaboración con muchos institutos astronómicos internacionales como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Finlandia, Italia, Lituania, Sud Africa y Estados Unidos, y es miembro de la Unión Astronómica Internacional (IAU) y del Centro Internacional de Astrofísica Relativística (ICRA).

    En 1987, el Observatorio Vaticano, en colaboración con el Centro para la Teología y las Ciencias Naturales con sede en Berkeley, California, inició una serie de seminarios de estudio en campo interdisciplinar para estudiar la acción divina en perspectiva científica desde la ciencia, la filosofía y la teología.

    En la Biblioteca de Castelgandolfo, que agrupa unos 22.000 volúmenes, se encuentra una preciosa colección de libros antiguos con obras de Copérnico, Galileo, Newton, Kepler, Brahe, Clavio, Secchi. Hay también una importante colección de meteoritos, preciosos para aportar informaciones sobre el inicio del sistema solar. Los resultados de las investigaciones realizadas se publican en revistas internacionales. El Informe Anual se envía a unos 400 institutos esparcidos por todo el mundo. Aproximadamente cada dos años se organizan encuentros internacionales a los que se invita una veintena de científicos para tratar argumentos que son objeto de estudio del Observatorio, y cuyas actas se publican después en un volumen propio. En 1986, por primera vez se organizó en Castelgandolfo una escuela estiva de astronomía de un mes para 25 estudiantes procedentes de varias partes del mundo, en la que estudiosos eminentes desarrollaron programas sobre argumentos particulares. La iniciativa se repitió en 1988 y desde entonces ha adquirido un ritmo bienal. En Castelgandolfo además, en períodos más o menos largos, se da acogida a científicos que desean colaborar en las investigaciones de nuestros astrónomos.

    El Observatorio está financiado anualmente por la Santa Sede, sin embargo, para la realización de programas específicos como el VATT, cuenta con la ayuda de amigos y benefactores y, con este fin se ha fundado la Sociedad “Vatican Observatory Foundation”, exenta de tasas en el Estado de Arizona.

    EL PECADO, TRAMPOLÍN A LA SANTIDAD

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    El pecado trampolín para la santidad
    Un pecado nos apena porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros.

    El pecado  trampolín para la santidad


    Un pecado nos apena. Porque ofendimos a Dios, porque pisoteamos nuestra conciencia, porque dañamos a otros (aunque no nos demos cuenta), porque herimos a la Iglesia. 

    Desde esa pena, si tenemos confianza y nos abrimos a la gracia divina, surge el arrepentimiento. Llega la hora de pedir perdón. Entonces acudiremos al sacramento de la confesión, y tomaremos un generoso propósito de enmienda. 

    Pero a veces el pecado deja en nuestras almas la idea de que ya no podemos ser santos. Quizá habíamos trabajado por un tiempo para evitar un pecado, para extirpar una mala tendencia y para ser más buenos. Un momento de rabia, un pacto con el placer, una ambición que nos impidió ayudar a un pobre, y un nuevo pecado apareció en nuestras vidas: ¡otra vez caímos! 

    Se insinúa en nuestro interior una voz engañosa: la santidad no es para ti, no vas a poder, el mal siempre acaba por imponerse en tu alma, eres demasiado frágil... 

    Esa voz puede surgir desde el orgullo herido: pensábamos que aquel defecto ya estaba superado, y de repente renace con una fuerza que confunde y entristece. O puede surgir desde el demonio, experto en desalentar y mentir, hasta el punto de insinuar que ni siquiera Dios puede perdonarnos. 

    Necesitamos romper con ese orgullo destructor y cerrar los oídos a la voz del diablo. Porque para el cristiano el pecado no es nunca algo irremediable. Existe la gracia, existe la misericordia, existe un Dios Padre que envió a su Hijo y derramó el Espíritu Santo. 

    Entonces es posible algo maravilloso: ese pecado que para muchos parece un obstáculo para la santidad se convierte en un medio que nos conduce a ella. ¿Cómo? Porque nos hace humildes, nos acerca a Dios, nos permite acoger su misericordia. 

    Se hace realidad aquella maravillosa idea que expresó san Pablo desde la experiencia de su propia vida: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rm 5,20). O lo que dijo en otro de sus textos: “cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte” (2Co 12,10). 

    De esta manera, el pecado se convierte en un auténtico trampolín para la santidad. No porque sea un medio para mejorar (nunca hemos de escoger el pecado en sí mismo), sino porque Dios es tan bueno que se vuelca con un cariño inmenso sobre el pecador arrepentido. 

    He pecado, lo confieso con pena. Acudo a Dios, acojo su perdón, me dejo guiar por su gracia. Entonces se produce el milagro: brilla la esperanza, la santidad está más cerca, y hay banquete de fiesta en el Reino de los cielos... 

    HISTORIA DE LA DEVOCIÓN AL DIVINO NIÑO JESÚS EN COLOMBIA



    Historia de la devoción al Divino Niño Jesús

    Comienza la devoción al Divino Niño en Colombia en el año 1907, primero entre los carmelitas y después en la Comunidad Salesiana. Fueron tantos los favores concedidos que los devotos agradecidos propagaron la devoción por todas partes. Citamos el testimonio del milagro del 1915, reconocido por el obispo:

    Mi hija María de 18 años venía padeciendo terribles dolores de reumatismo. Eran tan grandes los dolores que padecía y tan devastadora la inmovilidad que el reumatismo le estaba produciendo, que viéndola ya en peligro de muerte llamamos al sacerdote que la confesó y le administró el viático y la extremaunción.

    No podía hacer el menor movimiento de pies o de manos sin sentir agudísimos dolores. Los medicamentos de los médicos no le producían ninguna mejoría. Uno de los mejores médicos de la ciudad venía cada día a visitarla, pero los ataques reumáticos eran cada día más fuertes y le daban unas convulsiones que la dejaban medio muerta.

    El 10 de noviembre del año pasado cuando en uno de los terribles ataques creí que se moría, al ver que recobraba otra vez el habla, se me ocurrió una idea: corrí a mi habitación y me traje una imagencita del Divino Niño que nosotros veneramos con mucho cariño, y acercándome a la enferma le dije: "Hija, Nuestro Señor hizo la promesa de que si le pedimos por los méritos de su infancia, nuestra oración será escuchada. Pidámosle por los méritos de sus 12 primeros años de vida, si te conviene para la salud del alma, te conceda la salud del cuerpo. Dále un beso a la imagen del Divino Niño y la colocamos luego junto a los pies que tanto te duelen".

    Ella besó amorosamente al queridísimo Niño Jesús y luego colocamos la imagen en lecho, junto a la enferma y rezamos con toda fe.

    Pasada una hora, de pronto mi hija gritó entusiasmada: "Papá, papá, estoy curada". Y para demostrarme que si era verdad, movía los brazos y los pies en todas direcciones sin sentir el menor dolor (siendo que hasta hacia unos minutos al menor movimiento de un brazo o de un pie daba un grito de dolor). Estaba totalmente curada.

    Pronto nos reunimos todos los familiares y emocionados dimos gracias al Milagroso Niño Jesús que hace tales maravillas. Después de once meses mi hija se encuentra muy robusta y sin el más mínimo dolor de reumatismo y recomendamos a las personas necesitadas a que en cualquier angustia, dolor o necesidad invoquen con toda confianza a l Niño Jesús que tanto goza ayudando a los necesitados. El Señor Obispo que nos honra con su amistad y que había venido varias veces a visitar a la enferma, atestigua también este milagro que los médicos no han logrado explicar.

    Certificamos que esta declaración es verdadera, firmado: Heladio, Obispo de Cali.

    Firmado, con inmensa gratitud al Niño Jesús: Manuel Sinisterra. Cali 1916.


    El padre Juan del Rizzo y la devoción al Niño Jesús

    El padre salesiano Juan del Rizzo llega a Barranquilla, Colombia, en 1914. Con gran esfuerzo se dedica a recaudar fondos para la construcción de un templo pero no tiene éxito. Fue entonces que tuvo la inspiración de pedir a Nuestro Señor por los méritos de su infancia. Desde entonces el éxito del padre fue  extraordinario y se convirtió en un gran devoto del Divino Niño, dedicando su vida a la propagación de la devoción.

    Después de 13 años de ministerio en Barranquilla, el padre del Rizzo fue trasladado a Medellín, donde continuó su labor exhortando a todos a confiar en Jesús por los méritos de su infancia. Al principio la devoción del padre del Rizzo se identificaba con la imagen del Niño Jesús de Praga, pero en Medellín una asociación de devotos a esa devoción se le opuso, alegando que ellos tenían la exclusiva sobre el Niño de Praga. ¡Posiciones absurdas que se dan entre los seres humanos! El padre del Rizzo buscó entonces otra forma de expresar su devoción al Niño Jesús. El sabía que los milagros no los hace la imagen sino el mismo Jesucristo que está vivo.  

    En 1935 el padre del Rizzo fue trasladado a Bogotá y, providencialmente, se encontró allí con una preciosa imagen del Divino Niño.  Colocó el padre la imagen en unos terrenos baldíos del Barrio 20 de Julio de Bogotá. Desde allí pregonaba a todo quien escuchase los prodigios que Jesús otorga a quienes honran su santa infancia. Los milagros se multiplicaron: Curaciones, empleos, reconciliación de familias, protección de negocios.... pero sobre todo muchas conversiones.