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lunes, 21 de mayo de 2012

OBSEQUIOS A LA VIRGEN MARÍA


    Obsequios a la Virgen María

Que los hijos amantes suelen tributar a su Santísima Madre; y pueden servir de flores
espirituales.
1) Consagrarle el mes que va desde el 7 de noviembre al 7 de diciembre.
2) Tener una imagen de María adornada en casa, y obsequiarla lo mejor que se pueda.
3) Saludarla afectuosamente al pasar delante de alguna iglesia o imagen suya.
4) Pedirle la bendición al levantarse por la mañana, y al acostarse por la noche.
5) Al salir de casa pide a la Virgen que bendiga tus pasos y acciones.
6) Inspirar la devoción de María a otros, sobre todo a los hijos y amigos.
7) Decir con grande afecto el Avemaría cuando diere el reloj.
8) En los peligros y tentaciones acogerse al manto de la Virgen invocando su auxilio.
9) Decir mañana y tarde un Avemaría con alguna oración a la Virgen.
10) Decir con toda confianza el “Acordaos” para alcanzar una buena muerte.

11) No dejes pasar día alguno sin ofrecer tu familia y tus trabajos a la Virgen.
12) Hacer a María protectora del hogar y la familia.
13) Llevar siempre algún escapulario o medalla de la Virgen.
14) Oír o hacer celebrar Misa en honor a María Santísima.
15) Visitar alguna Iglesia o altar consagrado a María.
16) Dar limosna a los pobres en obsequio de nuestra Señora.
17) Visitar y consolar algún enfermo por amor a María.
18) Socorrer a las almas del purgatorio más devotas de María rezando por ellas.
19) Entrar en alguna Congregación de la Virgen y observar fielmente sus estatutos.
20) Llevar medalla de la Virgen, y, apretándola de cuando en cuando al corazón, decirle: yo te lo  entrego para siempre, oh Madre mía.

21) Compadecerse de los dolores de la Virgen y rezar en su honor siete Avemarías.
22) Tener los sentidos, principalmente la vista, recogidos en honor de la Virgen.
23) Rezar con especial devoción el Angelus.
24) Ejercitarse en algún trabajo bajo y humilde por amor a María.
25) Ofrecer de cuando en cuando las penas y trabajos a María.
26) Imitar las virtudes de la Virgen, y para esto preguntarse a menudo: ¿qué haría María puesta
en las circunstancias en que yo me hallo?
27) Ofrecer el Corazón a la Virgen.
28) Trabajar en la conversión de algún pecador.
29) Frenar la lengua en honor de María.
30) El principal obsequio y el más agradable a María es perseverar, en su devoción, cualquiera
sea.

31) Rezar por el Santo Padre.
32) Hacer comuniones espirituales durante el día.
33) Rezar con fervor el Santo Rosario. 34)Hacer alguna mortificación en la comida.
35)Rezar por las misiones y los misioneros.
36) Hacer una visita a Jesús sacramentado.
37) Lectura espiritual sobre la Virgen.
38) Rezar por nuestro Padre Fundador y sus intenciones.

Fuente: cristorey.org

EL ABRAZO DE OSO...



El abrazo de oso


 
Este cuento se refiere a un hombre joven cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papá.

A este personaje lo llamaremos Alberto y en su corazón reinaba la alegría y los sentimientos de amor que brotaban a  raudales dentro de su ser.
         
 Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir  del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
        
        Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza.
        Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares,
        cuando de repente vio posada en una rama a un águila, el cual desde el primer instante lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
        El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar  y formar a sus aguiluchos, era enfrentar los retos que la vida ofrece al cumplir con la misión encomendada; era su único objetivo.
        
        El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fijamente y le preguntó:
        
        "¿A dónde te diriges buen hombre?, veo en tus ojos la alegría"; por lo
        que Alberto le contestó: "Es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco  confundido ".

        El águila insistió: Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?,
        Alberto le contestó: "Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré  de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y  nunca dejaré que pase situaciones difíciles".

        "No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada", y para finalizar agregó: "Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe".
        El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído.
        Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miró fijamente y dijo:
        
        Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar a mis  hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un  nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué?, porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido.
         
Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo y aspiración para conquistarlo, con todo y sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos.

Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir. Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran
        vergüenza, pues tendría que cosechar la  impertinencia de mis actos, viendo a mi decencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas.
 
" Yo, amigo mío", dijo el águila, "podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de
        entender su juventud, pero no  participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que
        abusen de mí en aras de este amor que les profeso".
        
 
El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte.
         
Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso  en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.

Alberto, reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo sólo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera. A partir de ese día Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.

RESERVADO PARA SUS AMIGOS..

Reservado para sus amigos
Autor: Santa Clara de Asís



"Coloca tus ojos ante el espejo de la eternidad,
coloca tu alma en el esplendor de la gloria,
coloca tu corazón en aquel que es figura de la sustancia divina
y transfórmate totalmente, por medio de la contemplación,
en la imagen de su divinidad.

Entonces también tú experimentarás
lo que está reservado únicamente a sus amigos,
y gustarás la dulzura secreta que Dios mismo ha reservado
desde el inicio a los que lo aman.

Sin conceder siquiera una mirada a las seducciones,
que en este mundo falaz y agitado
tienden lazos a los ciegos para atraer hacia ellas su corazón,
con todo tu ser ama a aquel que por tu amor se entregó"

¿DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN, QUÉ?

Autor: Karime Alle | Fuente: Catholic.net
¿Después de la Ascensión, qué?
¡No podemos quedarnos mirando al Cielo! Ahora nos toca a nosotros ser la voz de Jesús para alentar y consolar.
 
¿Después de la Ascensión,  qué?

Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que anuncie la Buena Nueva. Ahora nos toca a nosotros, sus discípulos, hacerlo. Los Sacerdotes predicando(sobre todo)con la palabra, los laicos predicando(sobre todo) con el ejemplo, los padres de familia predicando con la palabra y el ejemplo.

Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que compadezca a los pobres y lo enfermos. Ahora nos toca a nosotros.

Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que multiplique los panes y los pescados para alimentar a las multitudes. Esa es ahora nuestra tarea, multiplicando nuestros esfuerzos para dar de comer sino a las multitudes, por lo menos a los pobres que podamos.

Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que cuide a sus ovejas. Ahora nosotros tenemos que velar por ellas, especialmente por aquellas (el cónyuge, los hijos, los hermanos, los trabajadores) que Dios nos ha encomendado a cada uno.

Después de la Ascensión a nosotros nos toca ser la voz de Jesús para alentar y consolar. Sus manos para tenderlas a todo el que necesite ayuda. Sus pies para llevarlo a donde no lo conocen.

Después de la Ascensión:

¡No podemos quedarnos mirando al Cielo!